05 | F A I T H

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pasado

—Te has olvidado de mí, Faith Leavit —escucho reprochar a mi mejor amigo mientras se coloca a mi lado por los pasillos de la escuela. Yo me volteo hacia él y lo acerco con un brazo para darle una especie de abrazo, mientras que con el otro sostengo algunos libros que iré a dejar en mi locker.

—Claro que no, Ian —lo abrazo más fuerte y el también lo hace—. Sólo que no nos vemos por irte de viaje en semana de escuela —digo con diversión.

—Eres una envidiosa, porque amo salir y a ti no —él se ríe después de decir lo anterior y yo igual.

—Sí, claro —ruedo los ojos y nos llegamos ambos a nuestros casilleros. Guardo lo que tenía en la mano y saco lo que necesito para la siguiente. Aprovecho para revisar la hora en mi móvil y me doy cuenta que en pocos minutos iniciará la prueba de Bastian para entrar al equipo de fútbol. Decido escribirle un mensaje.

Yo:

Bas. Te deseo toda la suerte del mundo. Eres increíble y tú mismo lo sabes. Demuéstrales que amas este deporte.

Te quiero.

Bloqueo la pantalla y lo guardo en mi bolsillo. Un poco muy de película motivadora, pero es exactamente lo que quería decirle.

—¿A quién le escribías? —pregunta divertido.

—¿Qué? A nadie —respondo muy rápido, casi de inmediato. Escucho su risa y escudriña mi cara con los ojos entrecerrados, provocando que mis mejillas se enciendan y comiencen a quemarme— ¡Ves que sí es alguien! —exclama y yo comienzo a negar con vergüenza. De verdad que he pensado muchas veces en contarle y siento que de alguna manera sería bueno para liberarme. Soy su única verdadera amiga y él para mí es alguien en el que podría poner toda mi confianza. Él comenzó a recibir mucho rechazo por todos cuando declaró ser abiertamente homosexual. Hubo un tiempo en el que los retrógradas de mis compañeros lo insultaban, llamándolo con apodos como "maricón" o cosas por le estilo. Ian comenzó a ser uno de mis amigos cercanos desde mucho antes que declare ser gay y recuerdo que todas las chicas morían por él. No puedo negar que es guapo porque lo es, pero por alguna razón supe que no me llegaría gustar, por más amigable y divertido que sea. Tal vez haya sido intuición o algo así, porque cuando me contó qué es lo que pasaba por su cabeza, no me sorprendí, pero por alguna razón asombró a todos sus amigos.

—Ya, déjame tranquila —digo riéndome y muriendo levemente en un grado impensable de vergüenza.

—Me lo contarás. Te advierto desde ya —suelta y me señala con su dedo índice. Vuelvo a negar riendo y me voy muy rápido, casi corriendo para evitar sus preguntas. Me detengo de pronto en el umbral de la puerta al ver a mi profesor ya en el aula. Gracias al cielo, la clase aún no comienza, pero saludo con respeto y entro ya más calmada.

Después de unos minutos veo a Ian asombrarse de la misma manera que yo al ver al profesor. Este profesor casi siempre se demora en venir a clases. Nadie tiene idea de porqué, pero siempre es así. O bueno, lo era hasta hoy.

La clase se hace más larga —obviamente— y un tanto aburrida, pero al final logro no quedarme dormida. Su voz a veces puede aburrir mucho.

Siento mi móvil vibrar en mi bolsillo y decido sacarlo con mucha discreción para que el profesor no se de cuenta que lo estoy usando. Es Bastian.

Bas:

Gracias por todo, Fee, pero no creo que lo logre. Siento que en algún momento me desconcentré y eso...

Leo su mensaje y estoy segura que está exagerando la situación. Sé que lo ha hecho muy bien y que lo admitirán dentro del equipo.

Tecleo rápidamente en para contestarle y le envío el mensaje.

LO QUE SIEMPRE SEREMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora