"Si no te atrapan, no es divertido"

873 32 2
                                    

Era cierto, ni Stefan ni Damon sabían que era lo que había pasado con ella, al contrario, lo último que habían sabido, era que se la estaban llevando lejos, a una familia materna suya, algo que le dolió a ambos jóvenes Salvatore.

Por otro lado, mejor dicho, en otro lado, mas precisamente en Mystic Falls, un joven castaño estaba sentado en su escritorio en su habitación, escribiendo en su diario. Pensando, ya Elena se había ido a la universidad, su hermano iba a verla seguido, y él, él no quería saber nada más sobre ella, ya estaba terminada esa parte de su vida, o al menos eso pensaba.

<< Querido diario:

 Ahora que Elena se fue a la universidad y Damon va a verla cada tres días, ya me resigne a volver a tener una chance de nuevo con  ella, ya nada es lo mismo, menos ahora que Silas sigue andando por ahí, tomando la forma de cada uno de los que conozco, volviéndonos locos para intentar averiguar si es que planeamos algo en su contra o no.

 Sea lo que sea, aun no encontramos la manera de acabar con él, menos ahora que Bonnie es un fantasma que solo Jeremy puede ver, aunque nos cuida desde el otro lado. Pero ya nada importa, si él quiere, le dejo mi vida, no podrá destruir algo que ya no este destruido hace tiempo…

 Lo que único que espero es que si apareciera otra oportunidad, no desaprovecharla y mucho menos que Silas la destruya…>>

Dejo de ver de ver la hoja en la que estaba escribiendo y miró por la ventana de su habitación mientras daba vueltas la pluma en su mano. Pensaba en aquella primera vez que se enamoró, aquella joven que realmente estaba prohibida. Había sido una de sus primeros amores, y de Damon también, si, aunque no lo crean, los hermanos Salvatore habían tenido un amor compartido antes de Katherine Pierce, una joven ¿su nombre? Hannah Lorden…

*1864 FlashBack*

Una jovencita de no más de 15 años correteaba feliz por los prados de su casa, la buena noticia es que en dos días sería su cumpleaños, lo malo es que nunca la dejarían tener lo que realmente quería: la pareja perfecta. Si, aunque no lo crean esa joven ansiaba el poder tener la mayoría de edad y poder casarse con quien mas quería, aunque su corazón estuviese divido en dos amores, mas precisamente entre dos hermanos, las dos personas que más la acompañaban.

                - señorita Lorden…- se escuchó una voz detrás, la joven dejo de corretear y de giro a ver al dueño de aquella voz con una sonrisa-

                - Si madame Shen - mirando a la mujer -

                - no debería andar por ahí sola, tenga cuidado que hay animales sueltos y podrían lastimarla- advertía la mujer-

                - si Madame Shen lo que diga -la mujer sonrió y se giró hacia la casa para adentrarse en ella-

La niña sé quedo pensando en eso de los animales que podrían atacarla, río para sí misma y se encogió los hombros y siguió en lo suyo, se dirigió hacia el establo donde iba a cuidar al caballo favorito de su madre y suyo, antes de entrar escucho dos voces que la descolocaron

                - ¡Miss Lorden! - dijo una voz más suave ella volteó y los miro con una sonrisa, antes de echarse a correr hacia ellos para abrazarlos a ambas personas que allí estaban-

                - ¿nos extrañabas preciosa? -Susurró uno de ellos en su oído-

                - mucho… me tenían abandonada - reprochaba mientras los soltaba-

                - ah… eso pasa cuando debes ayudar a tu padre - respondió algo divertido uno de ellos-

                - ¡Mis queridos Señores Salvatore! -Decía alegre una mujer de cabellos negros que se aproximaba a ellos con una sonrisa-

                - Madame Lorden - ella lo miró encarnando una ceja- lo siento, Samantha - se corrigió a sí mismo, después de todo, ambos habían crecido con ella en su vida, era como una tía para ellos, sin saber lo que había pasado.-

                - mis queridos Damon y Stefan -saludándolos cortes mente - ¿Qué los trae por aquí? -curiosa-

                - nuestro padre nos envió para responder a su invitación para mañana - respondió el menor de ambos-

                - imagino que vendrán a la fiesta ¿no? - Mirándolos con su mejor sonrisa-

                - aquí nos tendrá madame - respondió el mayode ambos-

                - me alegra saberlo señores, si me disculpan debo ir al centro de compras con madame Shen -les hizo una reverencia y se fue de allí- 

                - n-n-no es… n-n-necesario que vengan mañana - decía tartamudeando la jovencita un tanto apenada-

                - ¡claro que lo es! - Respondió Damon- es tu cumpleaños 16 y queremos estar aquí - con su sonrisa de lado, ella agacho su rostro sonrojada- además, vamos a ponerle diversión a esa fiesta -le guiño el ojo, ella río por lo bajo-

                - obviamente intentando no llamar mucho la atención ¿no hermano? -Mirando a Damon, el cual asentaba con la cabeza, aunque rodo los ojos y río-

                - si no te atrapan, no es divertido -dijo el morocho, algo divertido-

                - p-p-pero no h-h-hagan nada llamativo - pedía la chica conteniendo la risa-

Luego de un rato de hablar los tres, Damon se fue hacia su hogar, había quedado con su padre para acompañarlo a hacer un par de cosas. Stefan, Stefan no sabia si ir con su hermano o que hacer, solo miró como Hannah se iba hacia los establos para montar y decidió salirle adelante, sorprenderla.

 La jovencita se encamino hacia los establos, le hacía bien el estar montando, despejaba su mente y su alma, cuando ingreso dio 5 pasos dentro y sintió unos brazos rodeando su cintura y clavándola contra la pared de uno de los compartimientos vacíos del establo provocando que cerrase sus ojos al sentir el golpe. Sintió como unos labios se pegaban a los suyos con pasión y lujuria en sus besos, aun sin abrir sus ojos sintió como unas manos pasaban por su espalda y cintura y como los labios pasaban de su boca a su cuello. Cuando los abrió  vio el rostro de quien la estaba besando, Stefan era quien la tenia acorralada, ella no quería pero tampoco se resistía a lo que lo pasaba.

Stefan seguía entre sus besos y caricias hacia la joven, era algo que hacía tiempo esperaba hacerle, la deseaba, la amaba, era su amor prohibido y por alguna razón su padre no quería permitirle ni a él ni a su hermano que contrajeran matrimonio con ella, era algo que Stefan quería y ansiaba hacer pero, le estaba prohibido.

                - Stef… Stef - decía entre jadeos la joven mientras él le besaba el cuello  - Stef detente alguien… podría… encontrarnos -

                - no me importa -susurro el castaño, tomo el rostro de la joven y la miro a los ojos- no me importa que nos encuentren, te amo…- volviéndola a besar apasionadamente, ella se dejaba pero le dejaba pero al mismo tiempo le daba miedo el que los descubriesen-

Fin Flashback:

The Vampire Diaries 1: BloodlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora