Prefacio

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"Sombras"

La noche estaba comenzando a caer, el cielo era a simple vista la obra de arte del creador que había trazado pinceladas de diferentes colores en su lienzo, una hermosa pintura, me encontabra recostada en la ventana de mi habitación, el viento desordenando los mechones rojizos de mi cabello obligándome constantemente a peinarlo con mis dedos y apartarlo de mi rostro.

El bosque se extendía a lo largo, millas de terreno cubiertas por árboles, vivíamos en un pueblo llamado Filadelfia rodeados de bosque, un pueblo pequeño con grandes secretos.

La canción "I belive in you - II divo, Celine Dion" retumbaba por toda la casa provocando que las ventanas vibraran con su melodia, sonreí, era la canción que la abuela le había dedicado al abuelo minutos antes de morir y desde entonces se había convertido en su favorita, siempre cuando la noche comenzaba a caer el abuelo la coloca, dice que las caricias del viento cuando empieza a oscurecerse le recuerdan a la abuela.

Escuche a mi pequeño hermano llorar, las alarmas se encendieron en mi cuerpo automáticamente y corri a su habitación, ya me había acostumbrado a esta rutina, no podía disfrutar como cualquier adolescente un viernes en la noche porque debía cuidar al pequeño bebé Adams ya mis padres tenían que hacer su trabajo nocturno.

Nunca estaban en casa, sabía que la llegada del pequeño miembro a nuestra casa sería una carga para mi, debía cargar el peso de ser madre joven aunque no fuera mi hijo; y el abuelo... el abuelo fue sacado del asilo con un único propósito: "cuidarnos".

Llegue a la habitación de mi hermano aunque su llanto ya había cesado, aún así entre y prendí las luces, su habitación en tonos azules se iluminó y la tonada de una ronda infantil para dormir venía de su cuna, entonces un grito aterrorizado salió de mi garganta cuando vi a un extraño sujeto cargando al bebé susurrando cosas en su oido.

— ¡Por el amor de Dios! Ya se estaba quedando dormido — el extraño brama molesto en mi dirección.

Axel había comenzado a llorar de nuevo.

El extraño me mira molesto y dice: — Esta vez lo calmas tú.

Se acerca a mi y yo retrocedo aterrorizada chocando con la puerta detrás de mi — ¿Tú lo haces llorar de nuevo y ahora no quieres calmarlo? ¡atrevida!

La voz no llega a mi boca, quiero decirle que suelte a mi hermano, quiero llamar a la policía pero no encuentro mi voz.

— Tranquila Evaluna, soy inofensivo.

Parece leer mis pensamientos o quizás mi cara de pánico le dice todo.

Tomando una respiración profunda me obligo a hablar — ¿Q-quién carajos eres?

Él me sonríe poniendo un dedo índice en su boca, Axel se ha quedado dormido en sus brazos con una pequeña sonrisa, el extraño se gira y lo acuesta en su cuna, entonces, me enfrenta y camina hacia a mi, salgo de la habitación despavorida y corro escaleras abajo en busca del abuelo quien probablemente no me esta escuchando por su música tan alta.

Unos brazos me toman por la cintura — ¡Eva! No tienes por qué tenerme miedo, te lo dije, soy inofensivo.

Pataleo — ¡Sueltame loco! Llamaré a la policía.

SHADOW ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora