2.4 El primer día de clases.

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La mañana siguiente, Albus es despertado por Scorpius con un fuerte golpe de almohada que lo hace saltar sobresaltarse y por poco caer de la cama– Te llamé dos veces para que salieras de la cama –le reprende y a él le recuerda inevitablemente a su madre mientras se frota la cara pacientemente a pesar del cejo fruncido del rubio que le lanza la ropa a la cama– ¿Date prisa, quieres? Ya te perdiste el desayuno y mi madre es muy estricta en cuanto a la puntualidad –lo apremia dando media vuelta para salir de la habitación, pero el ojiverde, aún en su estupor lo detiene– ¿La primera clase es Historia de la Magia? –inquiere buscando con la mirada el horario que como cada año ha aparecido en la mesita de noche, y antes de que el pueda echar una ojeada siquiera, Malfoy asiente– Debe ser una broma, es la peor materia para comenzar el día –resopla tomando el pergamino y lanzándolo sobre la cama para sustituir la pijama con el uniforme– Me hace tan poca gracia como a ti el tener Historia de la Magia a la primera hora del día, aún más sabiendo que mi madre será la profesora –.

Albus sabe que Scorpius ama a sus padres, por supuesto que eso no quita lo incómodo que debe ser tenerlos como profesores en tu escuela, vigilándote a ti y tus notas constantemente. Además está el hecho de que son famosos, por una buena o mala circunstancia. Definitivamente a él no le gustaría que Harry o Ginny se colaran a impartir una materia, no lo soportaría. Ya tiene suficiente con ser el hijo del "Niño que vivo" y para colocar la cereza en el pastel: el rarito de la familia que cayó en Slytherin. Muchas veces se descubre pensando que su vida está opacada por la de su padre y que tarde o temprano el caos lo terminará alcanzando cómo a este, arruinando su vida a la espera de que el descendiente del gran Harry Potter sea también un héroe. 

Pero eso solo aumenta su ansiedad y los actos heróicos que probablemente podría realizar, se vuelven un sueño. Apenas y ha salido con vida del Torneo de los Tres Magos y del extraño secuestro sucedido dentro del mismo. Sus ojos y pensamientos van de vuelta hacia su rubio amigo y se pregunta ¿Si Scorpius alguna vez ha pensado lo mismo que él sobre su padre? Lo ha visto ser molestado por su descendencia, pero no recuerda escucharlo renegar nunca acerca de ello y por primera vez en cuatro años conociéndolo, desea preguntárselo, pero llevan prisa, así que simplemente lo sigue fuera de la habitación echándose la corbata al cuello y la mochila medio abierta al hombro.

Son los últimos entrando al aula, por lo que no pasan en absoluto desapercibidos para la madre de Scorpius ni sus compañeros los Gryffindor que comienzan a cuchichear entre ellos. Danielle les ha apartado un lugar a cada uno junto a ella, como ya es costumbre, así que no tienen que buscar un sitio en el aula– Página 167 señor Potter, señor Malfoy –a Albus le sorprende un poco no recibir reprimenda por sus diez minutos de retraso ¿Qué no acaba de decirle el rubio lo estricta que es su madre con la puntualidad? Abre el libro donde se le ha dicho, no sin antes dar una mirada curiosa a su amigo que ni se molesta en corresponder. Tiene la cabeza baja y podría jurar que las mejillas ruborizadas y pasa de cualquier participación en clase, aunque tampoco es como que antes con el profesor Binns fuera realmente participativo, de hecho nadie solía hacerlo, sus clases eran en extremo aburridas y tediosas, es por ello que él y los dos Greengrass preferían los asientos alejados, para intercambiar conversaciones en voz baja con el fin de no quedarse dormidos, como en alguna ocasión le había sucedido a él y Danielle siendo castigados por tres días y obligados a faltar a los entrenamientos de Quidditch. Algo completamente injusto si se lo preguntan. Pero está vez la clase fluye de forma bastante amena e interesante, probablemente porque la nueva profesora no es un fantasma que se mantiene sentado detrás de su escritorio todo el tiempo y busca la atención de sus estudiantes con preguntas al azar.

– Señor Potter ¿Qué sabe usted acerca de los sagrados veintiocho? –los ojos de varios se vuelven a él, debería estar acostumbrado a ese tipo de expresiones, pero la realidad es que no nunca lo estará– Eran familias originales, las de sangre pura y al parecer son muy pocas las que se mantienen hoy en día –Astoria asiente– Muchos de los que estamos aquí, y me incluyo, pertenecemos o pertenecimos alguna vez a dicho estatus. Claro que como su compañero lo mencionó, la pureza en la sangre cada vez es menos usual, pues magos y brujas se han mezclado con aquellos que denominamos muggles o incluso squibs. Práctica que hasta hace no muchos años era considerada una aberración, por algunos más que otros por supuesto –los Gryffindor volvieron a cuchichear, mirando de forma bastante obvia hacia los Slytherin– Ahora bien, durante los próximos tres días estaremos ahondando en el tema, así que todos prepararán un árbol genealógico para mañana sobre su línea de sangre, les pido extenderla lo mejor que puedan y evidenciar la procedencia de cada uno consultando libros o a su propia familia, yo sé que pueden hacer un gran trabajo. Dos de ustedes tendrán la fortuna de exponerlo a sus compañeros, así que estén preparados. Pueden retirarse –.

Los leones son los primeros en salir del aula, a diferencia de las serpientes, dónde un pequeño grupo se agazapa alrededor de la profesora para felicitarla o simplemente hacer alguna pregunta referente a la clase o el trabajo del día siguiente. Scorpius trata de no verse demasiado ansioso por salir de ahí, pero es muy obvio para sus dos amigos cuando la tinta de su plumero se derrama sobre la mesa y parte de su túnica haciéndolo maldecir. Es entonces que Astoria se despide del grupo y se acerca al trío– Pareces demasiado disperso esta mañana, Scorpius –el rubio levanta la vista rápidamente un tanto sonrojado. Danielle ya ha hecho volver el líquido negro que no ha caído al piso y la ropa de su primo, de vuelta al tintero mientras Albus busca desaparecer la mancha del piso– ¿Qué? No, por supuesto que no –se defiende de tal forma que hace sonreír a su madre.

– Tú y Albus han llegado al menos diez minutos tarde, no separaste los ojos de tu libro durante toda la clase y ahora te has derramado la tinta por la prisa ¿Acaso estás huyendo de mí? –el pelinegro se levanta tratando de no sentirse tan sorprendido al escuchar a la madre de su amigo llamarlo por su nombre de pila con tanta confianza– Solo quiero llegar a tiempo a mi siguiente clase, mamá, eso es todo –se excusa colgándose la mochila al hombro– Por supuesto, no los retraso más –ella se aparta del camino y Malfoy es el primero en dirigirse a la salida– Lamento llegar tarde, esa fue mi culpa, pero lo ha hecho muy bien profesora –decide felicitarla el ojiverde con una media sonrisa que ella no duda en corresponder– Gracias, Albus. Solo traten de que no vuelva a suceder, tengo algo con la puntualidad –él asiente y es Danielle quien lo apresura y dice adiós a su tía con un sutil movimiento de cabeza a modo de despedida. Potter cree que ser expresivos en esa familia definitivamente no es algo que practiquen con frecuencia.

Ellos no vuelven a hablar hasta dos horas más tarde, pues los dos chicos suben al ático de la clase de Adivinación mientras Danielle baja a Aritmancia y en el almuerzo, ella ni siquiera aparece– De seguro está en la lechuceria escribiendo a ese búlgaro. Se han enviado cartas un par de veces durante el verano –Malfoy menciona con simpleza y aquello causa en el estómago de Potter un revuelto que prefiere ignorar zampándose por completo su tarta de calabaza y haciendo oídos sordos cuando los Greengrass se encuentran en la siguiente clase, que es nada más y nada menos que Pociones y tocan dicho tema. Agradecido está que aquella clase se comparta con los Ravenclaw, desviándose hacia su prima Rose y haciendo equipo con ella apenas el nuevo profesor les comunica tendrán que realizar un poco de infusión de hipo cuyo efecto no dure más de un minuto para evaluar los conocimientos del año anterior. Claro que aquello último no lo agradece para nada, apenas y ha obtenido un aceptable en la materia y su cabeza parece haber reseteado cualquier instrucción para esa exactamente. No le queda de otra que abusar un poco de la inteligencia de su prima favorita.

– Albus me dijo que te vió con James en el tren... –suelta Scorpius de la nada cuando se aparta. Danielle frunce las cejas mirando un segundo a su contrario y apartandola para tomar los ingredientes necesarios para su poción– James sigue con la idea de que soy la responsable de lo que le pasó a Severus, advirtió que me estaría vigilando, ya que alejarme de su hermano es prácticamente imposible –explica sin poder evitar rodar los ojos mientras le pasa un par de frascos al rubio, que se inclina un poco más sobre ella– Podría ser peligroso ¿No lo crees? –ella suspira y se mueve hacia el caldero con él siguiendo sus pasos de cerca– No lo sé. Siempre hemos estado bajo los ojos ajenos por el simple hecho de nuestro apellido –y no solo hablaba de ellos, también de Cameron e incluso de Bullstrode y Goyle– Pero no creo que se nos considere una amenaza –y justo por ello es que los habían elegido. 

La realidad de sus palabras le cayeron como un balde de agua helada mientras colocaba el jugo de granada en el caldero. Mira hacía la mesa de enfrente, dónde Granger dirige la muñeca de Potter en movimientos constantes y suaves y le es imposible no sonreír pues el chico parece algo cabreado– No... nosotros no somos una amenaza para Severus ¿verdad, Scorpius? –el susodicho frunce el entrecejo y sigue la mirada de la rubia. Los orbes azules de Rose siendo lo primero que se atraviesa en su camino y le provoca una corriente eléctrica por todo el cuerpo. Ambos apartan los ojos del otro de una y es entonces que él puede responder– No... –titubea, porque ni siquiera sabe en qué posición están ahora debido a la nueva lealtad de sus padres, pero de lo que él si está seguro, es que no piensa dañara Severus ni a nadie de su familia– No lo seremos.



Astoria Malfoy en multimedia.

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Se que el capítulo tiene un poco de aquí y allá sin un contexto, pero con esto se busca establecer las bases para lo que viene.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2023 ⏰

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