Pasaron dos días desde que salí de casa, y comienzo a arrepentirme de haberlo hecho, en realidad solo soy una adolescente que siente que el mundo está en su contra como cualquier otro, pero siendo la persona más orgullosa que ha pisado la Tierra, me rehuso a volver. Ser yo en esos momentos debía ser bastante patético. Pero siendo sincera, ahora no tengo la más mínima idea de quién soy.
Lo que pasaba eran diecinueve años, diecinueve años de una vida que no sentía que fuera mía, así que impulsivamente hui de mi casa, ¿la razón? No sé en lo que estaba pensando.
Con no más que un boleto de pasaje a Londres, un sándwich, 20 dólares y mi nariz de un color rojo a punto de congelarse, la mejor idea que pasó por mi cabeza era quedarme en casa de mi tía, aunque ella ya no viviera ahí.-Que patética- me dije sin querer en voz alta. Como si todos los que estaban a mi alrededor pudieran escuchar lo que estaba en mi cabeza.
Subí al avión y me quedé profundamente dormida.
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Solo un café más
FanfictionY aún me seguía preguntando si en realidad eras tan importante como pensaba, supongo que la respuesta me la darías tu mismo si hacías sonar aquella campana de la entrada