— En serio madre, no sé como aceptaste que Ruggero venga a casa. Es decir, eso no es normal en una mamá. Que tenga una noche de pijamada con un chico. — me dejo caer en el sillón de la sala de estar. Mamá esta sentada en el otro, mientras ojea una revista de diseños de interiores.
— Ruggero es buen chico — se limita a decir, escogiendo los hombros. Su vista sigue estando en la revista.
— ¡Ni siquiera lo conoces!
— ¿Acaso te ha violado? — por primera vez, voltea a verme —, o ¿Te ha dado una nalgada? ¿Siquiera te ha dado un abrazo? — niego.
— ¿Y acaso quieres esperar a que pase? — miro a mamá con los ojos medio abiertos.
— No porque entonces me cansaria esperándolo.
Dicho esto, deja la revista en la mesa de centro donde se reune con los periódicos y demás revistas. Pasa a mj lado despeinandome el cabello y sube las escaleras.
Ruggero debió haberle dado algo a mi mamá la última vez que vino. Alguna pócima para encantar o enamorar. No lo sé.
El timbre de la casa suena. Intentó ignorar el sonido aunque esté Ruggero toque unas tres veces. Mamá baja casi corriendo y cuando me ve, menea la cabeza, susurrandome: "Eres mala".
— Pasa cariño — escucho decir a mamá — Karol estaba algo ocupada en la cocina.
— No se preocupe señora — él le responde —. ¡Karol, ya vine! — llega gritando Ruggero pasando por la sala.
— Estoy a tu lado — voltea la cabeza con brusquedad.
— He llegado — juguetea con sus cejas, levantando las manos para mostrarme las tres bolsas de supermercado llenas de dulces y chucherías.
Lleva una sudadera gris, unos pantalones cuadriculados color azul celeste mientras mas abajo, donde estan sus pies, lleva unas pantuflas de Mario Bross.
Resoplo por lo alto. Mamá nos desea suerte y diversión para esta noche. Asegurándose de que estará al pendiente por si se nos llega a ofrecer algo.
— No se preocupe señora, tenemos todo a nuestro alcance — Ruggero le guiña un ojo a mi madre y ella se aleja sonruendo. — ¿Y tu hermana?
— En su cuarto tal vez — le restó importancia. Subo las escaleras con Ruggero detrás mío.
— ¿Porqué no llevas la pijama puesta? — oigo cuestionarme —. Es noche de pijamas. PIJAMAS. O sea que debes llevar puesta la pijama.
— Ya lo sé — respondo pausadamente.
Llegamos a mi habitación. A decir verdad, no es la gran cosa. Una cama Queen Size donde lleva los colores blanco y morado gracias a las colchas, las almohadas y cojines. Las paredes llevan por color morado y el armario de madera blanca está aun costado del cuarto. En ma ventana encuentras eo alfeizar decorado para cuando gustes ver a través de la ventana las numerosas estrellas, como lo suelo hacer yo a veces. Luego está el escritorio de madera oscura y a la derecha está la puerta que conduce al closet.
— Pondré esto por aquí — Ruggero deja lad bolsas sobre la cama perfectamente tendida —¿Tienes tu cargador? — muestra su celular al aire. Ruedo los ojos.
— ¿Así que por eso querias venir? — me cruzo de brazos.
— Claro que no. Siempre tuve curiosidad por saber que hacen las chicas en noche de pinamada. — mientras habla, me voy acercando al escritorio para sacar el cargador blanco del cajón y se lo extiendo.
— Nunca he tenido ninguna — contesto, acercandome al armario para sacar mi pijama de short y blusa de tirantes.
— Debes estar bromeando — escucho que Ruggero conecta el cargador a la terminar que esta cerca de mi mesita de noche. —. Tienes a Valentina.
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Karol,¿Me prestas tú cargador?
KurzgeschichtenRuggero es guapo y popular. Karol es sarcástica y callada. Ruggero tiene un nuevo celular. Karol tiene el mismo celular. Ruggero necesita un cargador. Karol tiene ese cargador. Créditos A la verdadera escritora @AllySmith99 Todos Los Derechos Reserv...