▪️At eight o'clock▪️

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Habían pasado semanas desde aquello, el frío y la lluvia eran reemplazados por una fuerte nevada. Ese día, como muchos otros, estuve encerrada en la base, sin nada que hacer salvo entrenar.

Quizás gracias a McCree, había conseguida alejar algunos de mis problemas, en cuanto a experimentos dolorosos se refiere... Pero, algo seguía estando mal. Me sentía vacía y cansada, cansada de ver las mismas cosas y las mismas personas todos los días, quiero decir, no es como si no quisiera al cowboy o al ciborg, es más, incluso tenía un cierto aprecio hacia Reaper, es solo que necesitaba conocer gente nueva y alejarme por unos minutos de tanto extrés.

Estaba mirando por la ventana del laboratorio de Moría con una taza humeante de café con leche en las manos. No es como si me gustase estar ahí, pero me preocupaba Genji, Moira era realmente peligrosa cuando se proponía algo porque ni siquiera se preocupa por la vida de sus pacientes, si no de lo que puede descubrí con ellas.

-Hey -la voz de Jesse resonó en la puerta del frío laboratorio, haciendo que tanto yo como Genji mirasemos en su dirección.

-Hola -dije con un a pequeña sonrisa, y él me sonrió con dulzura.

Si embargo Genji no dijo palabra, llevábamos dos días sin hablar, y nada malo había pasado, dejó de hablar por que si, traté de preguntarle si estaba bien, pero tampoco respondió... Así que...

-¿Qué hacéis? -preguntó el de ojos café acercándose a mi.

-Le hago compañía a Genji... Pero no está muy hablador -dije algo apenada.

-Ya... -McCree miró a Genji con curiosidad- Hey ojalata.

-Púdrete Jesse -dijo el contrario molesto.

-Bueno, eso es un avance -respondió el vaquero con cierto toque de ironía.

-Anda, déjanos a solas, hablaré con él -Le susurré.

El castaño dejó la sala y Genji y yo nos miramos, el enseguida apartó la mirada y yo suspiré haciendo que algo de vaho saliese de mi boca por el frío.

-Genji -volvió a mirarme- ¿Quieres hablar?

-No -dijo.

-Bueno, ya lo hiciste -bromeé y él me miró alzando una ceja.

Negué aceptando que no conseguiría sacarle nada y decidí dejar mi taza de café a un lado para sentarme con él, recosté mi cabeza en su hombro y pasé mi brazo derecho por detrás de su espalda en un intento de abrazo.

-No sería la primera vez que me cuentas tus problemas... Quiero ayudarte, déjame intentarlo-pedí acariciando su espalda.

-¿porqué? ¿Porqué te preocupas por mi? -preguntó el contrario dejando caer su cabeza hacia atlante con la mirada en el suelo.

-Por que te quiero, eres un buen amigo, parte de mi familia, y no me gusta verte así -me separé para agacharme delante del chico y tomé su rostro con mis manos.

-Gracias... -dijo mirándome directamente a los ojos- yo también...

La puerta del laboratorio se abrió entonces con un fuerte estruendo, era Moira. Sus ojos reflejaban una noche insomnio, lo que quería decir que hoy estaría más insoportable que de costumbre. Sus ojos se posaron en nosotros, inmediatamente me levanté y la miré esperando a que dijera algo.

-Reyes te busca -fue lo único que salió de sus finos labios.

Salí de la habitación tras darle una sonrisa al japonés y seguí mi camino hacia donde se supone que debía estar Reaper. Y, claramente ahí estaba, pero no estaba solo, también estaba McCree.

-¿Qué ocurre? -pregunté al ver la postura sería de ambos hombres.

-Hoy a las 8 tenéis una misión, tu y Jesse -dijo Gabriel sin pedir opinión alguna, con un tono serio y casi de enfado.

Las miradas entre el cowboy y el ángel de la muerte decían miles de cosas, pero no era capaz de interpretarlas, casi me sentía fuera de una conversación inexistente.

-Supongo que haré la misma pregunta ¿Qué ocurre? -volví a questionar en busca de una explicación a aquella guerra de miradas.

Gabriel me miró, luego miró a McCree, luego McCree me miró a mi, yo a él y así, pero no había sitio para palabras.

-Sois raros de cojones -espeté ya algo irritada por la situación.

-Hay algo que no te va a gustar, pero espero que sepas controlarte y que no afecte a la misión -Reaper puso ambas manos sobre la mesa y se dejó caer en ella mirándome fijamente.

-Bien ¿Qué es? -interrogé por tercera vez.

-Se trata de Ángela -mis ojos se abrieron como platos ante tal revelación- Debeis conseguir algo que ella tiene, una parte de su trabajo sobre regeneración molecular.

-Wo... Echa el freno -exigí molesta- ¿Desde cuándo sabías de Mercy?

-Es una larga historia que te contaré después -traté de contradecir sus palabras con la intención de obtener la información cuanto antes, pero el capullo no me dejó hablar- Moira irá con vosotros, ella sabe mejor que nadie lo que necesitáis.

-Pero -traté de interrumpir de nuevo.

-Adiós, cerrad la puerta al salir -Gabriel hizo un gesto con su mano indicando que nos largásemos.

Le hice caso, sabía mejor que nadie que no debía jugar con los nervios de Gabriel, pues su paciencia, como la mía, era poca.

Salí de la habitación acompañada por Jesse, y en cuanto la puerta se cerró le di una patada a la pared de pura furia. ¿Porqué me ocultaba esas cosas? ¿Porqué no me dejaba hablar? ¿Porqué teníamos que darle el trabajo de una persona a Moira? ¿Qué haría un demonio como Moira con el trabajo de un ángel como Mercy? ¿Porqué debía ayudar a esa mujer?

-Hey, calma, te harás daño tontamente -pidió Jesse poniendo su mano sobre mi hombro.

-Es que no le soporto ¿Acaso tu si puedes? -pregunté sentándome en uno de los bancos que adornaban el pasillo.

-Aprendí a hacerlo -explicó él sentándose a mi lado con los codos apoyados en las rodillas.

Me crucé de brazos y me eché hacia atrás apoyando mi espada contra el respaldo del asiento.

-Vamos, no estés de morros, estoy aquí contigo y mientras esté aquí todo estará bien -dijo con una pequeña sonrisa mientras acariciaba mi espalda con cariño.

-No se que haría sin ti ¿sabes? -dije cuando mi mirada triste se tornó a una de dulzura y abracé a mi acompañante con mucha fuerza- Te quiero mucho.

-Y yo a ti, pequeña -nos separamos del abrazo, ya más reconfortados los dos y me levanté algo más animada.

Caminamos por los pasillos, al principio sin rumbo, hablando de cosas triviales, de recuerdos, de puras tonterías, nuestras tonterías, nuestros recuerdos, cosas bonitas que a cualquier otra persona le parecerían estupideces, pero yo estaba feliz porque hacía muchísimo tiempo que no lo hacíamos. Luego, algo más estrada la tarde fuimos a ver a Genji, que seguía cabreado con el mundo sin razón aparente, y no podía entender el motivo.

Decidí hacer cosas, como ordenar papeles o limpiar un poco para no parecer muy invasiva con él, no quería agobiarle con preguntas sobre cómo estaba, muchas veces es mejor dejar lidiar a la persona con sus propios demonios en silencio, si he hecho todo lo posible por mostrarle mi confianza e interés, se de sobra que acudirá a mi cuando realmente lo necesite.

Ahora debía empezar a pensar en la misión y por lo pronto, lo principal era descansar bien para esta noche.

The beginning of the end |°Genji x Reader|° primera parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora