Sueños

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Oh no...
Otra vez no

La joven de cabellos rubios estaba teniendo ese sueño de nuevo.

¿Por qué...

Se encontraba en un extraño lugar, y de no haber sido por el farol que llevaba en manos, se podría decir que no se veía casi nada.Ni una mísera partícula de luz natural.

¿Por qué siempre que soñaba con eso se encontraba arrodillada sin poder levantarse?

Y lo peor,

Delante suyo estaba la misma y particular señorita de siempre, arrodillada al igual que la joven.

¿Por qué esa señorita era la peor parte del sueño de Tabita?

Porque tenía los mismos rasgos faciales de ella, el mismo color de pelo, sólo que más largo, el mismo violeta fantasía en sus ojos, y una larga cicatriz en su brazo derecho

Justamente...

La misma que Tabita.

Esos ojos violeta de la señorita de apariencia algo mayor que Tabita, que miraban a esta, comenzaron a llenarse de lágrimas, llegando a desbordarse.

Esto iba de mal en peor.

La joven comenzó a sentirse desesperada, las palpitaciones de su corazón se hicieron de a poco y con sigilo más rápidas, pues si el sueño seguía tal y como ella lo recordaba, ahora la señorita iba a...

 ¡Ahh!

Soltar un horroroso grito.

Y ese no era el último, sólo era el comienzo de millones de gritos más.

A Tabita sólo lograban desesperada más.

¿Por qué lloraba esa pobre mujer?

La chica ni siquiera podía hablar como para hacerle esa simple pregunta, estaba demasiado asustada como para decir algo.Siempre le pasaba lo mismo en ese sueño.

La mujer siguió llorando, Tabita seguía paralizada.

Y ahí fue cuando un líquido de color azul comenzó a salir de la cicatriz de su brazo.

Esa era la parte que menos entendía de su sueño, ¿acaso era sangre? No podía serlo... La sangre es básicamente roja, ¿entonces por qué de su brazo salía un líquido simplemente azul?

Tabita miró por última vez a la señorita en frente suyo, esta ya no lloraba, ahora sin embargo parecía angustiada.

—Encuéntrame—  fue la primera y última palabra que dijo antes de que Tabita despertara.

Lo primero que logró divisar fue una gran carota -según ella- que la miraba atentamente.

—Oh, dios, mío — dijo pausadamente una chica bastante alta que aún la veía de la misma manera.

—Daka —  nombró a su querida amiga— tu cara mirándome tan de cerca después de tener ese horrible sueño no mejora nada —Tabita todavía parecía asustada, con la voz algo inestable, como de costumbre.

 —Jo —Daka bufó mientras sonreía forzadamente—¿Ni siquiera me das un "gracias" por despertarte de ese sueño?

La joven de cabellos rubios y lisos se levantó de su cama lentamente, y vio a Daka mientras arqueaba una ceja y se fregaba un ojo, aún parecía bastante tocada y asustada por el sueño, pero eso no impidió que le mostrara una pequeña sonrisa, un poco aterrorizada, si, pero seguía siendo una sonrisa.

 —Gracias.

Daka, con sus grandes y distintivos cuernos, movió su cabeza hacia un costado y hacia otro levemente, como restandole importancia al "gracias" que le había dado Tabita, aunque... Si le estaba restando importancia, ¿entonces por qué tenía una sonrisa de lado a lado en su rostro?

Que rara es.

Ese pensamiento siempre se le venía en la cabeza a Tabita sobre su particular demonio de amiga.

Porque si, Daka era un demonio, mientras que Tabita era...

—¿A estas horas ya habrá salido el sol?—Daka abrió las cortinas de la gran ventana rápidamente, haciendo que su compañera de habitación salga de un salto de su cama y se esconda bajo la misma.

—Da-Daka — Tabita volvió a tartamudear, ah... Odiaba eso de su forma de hablar.

La ya nombrada comenzó a reírse.

—Tranquila chupa sangre, aparentemente recién son las tres de la mañana, el sol no ha salido —un tono de burla se sentía en la forma de hablar de Daka—¿ves?—terminó de abrir las cortinas, dejando ver un cielo oscuro y estrellado—Que lío es tener a un vampiro de compañero de cuarto a veces.

Tabita salió lentamente de su escondite, mirando a Daka de una forma algo desconfiada aún.

La mayor simplemente le sonrió tranquilamente y suspiró.

—Bien, tu ganas, perdón—se quedó parada en frente de la gran ventana, admirando el cielo estrellado —Sé que no ha sido tu mejor día, o bueno, tu mejor noche—miró hacia atrás para ver a Tabita, esta también miraba el cielo, aunque de una distancia más alejada, por lo que Daka le hizo un leve gesto para que se pusiera al lado de ella, cosa que la más chica hizo.

—Tu crees que en algún momento... ¿ese sueño se acabe?

—A lo mejor —Daka le dio un par de palmadas en la cabeza a la pequeña vampiro, mientras que con la otra mano sacaba una caja de cigarrillos, a lo que Tabita respondió con una mueca de desagrado.

—Que.. asco... —dijo expresándose con un tono que su misma mueca decía por si sola.Pero en verdad, nunca hablaba de manera grosera o molesta, usualmente se veía y expresaba de una manera miedosa y dudosa.

—Créeme, luego se vuelve una adicción que no puedes dejar —la chica acercó la punta del cigarrillo a su boca, dejando que un pequeño aliento de fuego salga de esta y logre prender el mismo.

Tabita se quedó mirando a Daka.

—Pues espero que ese no sea mi caso... Cambiando de tema, ese truco es genial

Daka alejó el cigarrillo de su boca y miró a Tabita para sonreirle, sus ojos celestes y su cabello violeta recogido en un rodete eran magia para Tabita, pues ella envidiaba eso de su amiga, pero de la buena manera, si eso existe.

—Es el único truco que me sé en verdad

—Pues —Tabita se sentó en su cama -- yo no me sé ninguno, lo único que sé hacer y que da miedo es...— abrió un poco la boca sólo para tocarse sus característicos colmillos, largos y afilados como siempre, mientras miraba a su amiga.

—¿Morder? —Daka sonrió curiosamente, a lo que Tabita asintió, para después soltar una leve y escasa risa.

 —Bueno—Daka prosiguió —al menos ambas tenemos algo de qué presumir y con qué intimidar —también se fue a su cama, acostándose en la misma luego de terminar su cigarrillo.

 —Si tu lo dices—Tabita respondió con un tono indeciso frente a lo que su amiga dijo.

—¿Duermes?—Daka ya se había acomodado

—No tengo mucho sueño ya —la joven de colmillos afilados volvió a usar un tono raro e inestable en su voz, característico de ella.

Pero Daka ya estaba roncando.

Tabita simplemente se levantó de la cama y la miró por unos pequeños segundos.Ella sabía que Daka de vez en cuando se quedaba despierta -si el sueño no le ganaba- y esperaba a ver si Tabita no tenía la misma pesadilla de siempre, por eso a veces en el día se mostraba algo dormida o despertaba tarde.

Tabita se alejó de esta y miró hacia la ventana, para luego suspirar y levantarse la larga manga de su gran buzo azul, en su brazo derecho se hallaba su cicatriz.

Era raro en varios sentidos, pues ella no recordaba haberse dañado nunca, y si ese fuera el caso, los vampiros se recuperan de una forma asombrosamente rápida, de tal forma que ni siquiera logran quedar cicatrices.

 Sólo espero que este sueño deje de atormentarme... Incluso si no hay respuestas, necesito que deje de pasar.Se siente tan real a veces.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2018 ⏰

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