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Entre la vereda, apenas sus turbios y amarillentos ojos brillaban, una furia descontrolada le invadía...Permaneció oculto por largos y tortuosos minutos, en silencio con apenas murmullos coléricos que solo él podía escuchar, con la vista de vez en cuando nublada por lágrimas de odio.

¿Lo escuchas? - preguntó su irritable alma, pues aquel amado ser reía infantilmente y con ingenuidad, pronunciaba esas detestables palabras.

Tan pálido se levanto un momento, quería tomar aquello que alcanzaran sus débiles manos y arrogárselos. En acto inocente los vio, abrazados uno al otro, riendo, esperando como el a que la noche los ahuyentara ¿Por qué? Porque eran aun muy pequeños para comprender "el amor".

Cayó de nuevo, con el dolor en sus piernas, las lagrimas esta vez eran mas gruesas y ruidosas, comenzaba a gemir de dolor, ahogarse entre su ser, ni siquiera podía respirar bien.

- ¿Escuchas eso? - le pregunto ella a él.

-Iré a revisar.

Y en ese momento su alma se apago totalmente, esa voz preocupada y él en ese estado, la situación no pintaba para bien, Dio no podía pararse, ni siquiera arrastrarse, le dolía... el alma le pesaba, el corazón le dolía.

-No, estos rumbos no son buenos Jojo. Regresemos.

Su eterna rival le había salvado ya la vida en interminables ocasiones.

Dio ahogo sus penas nuevamente y espero, verlos alegar, con las manos juntas y riendo tranquilamente, mientras el moría, mientras él agonizaba de amor.

- ¿Dónde estabas? - pregunto Jonathan que lo vio pasar al estudio. - Dio es muy tarde ya.

-Estaba caminando. - le respondió pesadamente. - ¿Qué haces aquí? - pregunto sin mirarlo a los ojos, estaban hinchados y las marcas de las lagrimas en aquel rostro sucio eran tan visibles y dolientes, no quería preocuparlo, nunca.

-Estudiaba, tengo un examen mañana, de historia.

-Suerte con eso.

-Eres el mejor de la clase.

-Estoy cansado.

Pero Jojo se levanto de golpe y fue le tomo de los hombros tan bruscamente.

- ¡¿Qué te hicieron?!- aquellos enormes ojos azules, como debía... no, no podía mentirle ante esa mirada de protección.

Dio comenzó a temblar, sus labios a penas y emitían sonido, sus ojos comenzaron a lagrimear tan fuerte, su nariz y sus mejillas estaban totalmente rojas. Jonathan lo atrajo hacia él, lo abrazo por un largo rato, acariciándole la espalda y la nuca, tan suave y tierno, espero a que Dio se tranquilizara un poco, fue un largo tiempo hasta que Dio poso sus manos en los anchos hombros de su protector.

- ¿Qué tienes? - le pregunto al fin.

-Me estoy muriendo, Jojo. - su voz fue tan clara y lúgubre. - Me estoy muriendo de amor.

-Yo estoy aquí. - le dijo en un tierno consuelo.

-No estarás aquí para siempre.

-Por ti, lo estoy.

Ese fue el momento en el que Dio se le hizo un hueco en el estómago, palideció.

-No juegues así Jojo. - recupero su forma de ser habitual. - Deja que me siente.

-Dio creó que ese amor tuyo te esta lastimando mucho. ¿Por qué no dejas de verlo?

Los ojos amarillos se fijaron en Jojo.

-Siempre me va a seguir.

- ¿Cómo un fantasma?

-No seas tonto. - suspiro. - Ojalá tuviera el valor para...

Y Jonathan salto de emoción, en éxtasis fue por otra silla y se sentó frente a Dio.

-Es valentía lo que te hace falta. - le tomo sus manos. - Este helado. ¿por dónde caminaste? - Dio movió sus labios, pero lo interrumpió. -No importa, estas aquí conmigo. - comenzó a masajear aquellas manos delgadas y finas. - ¿Cómo es aquel amor tuyo?

-Bueno, es...- mientras Jojo veía las delgadas manos de su hermanastro, Dio miraba aquellos cabellos sucios y revueltos. - Es un ángel.

Jonathan lo miro ingenuo.

- ¡Bromeas!

-No. - dijo en un tono muy serio Dio. - Es un verdadero ángel, es muy tierno y generoso, es muy frágil... aunque no lo parezca, es inocente, tiene unos hermosos ojos azules. - sin que se diera cuenta Dio dirigió una de sus manos a la mejilla de Jojo. - Tiene una actitud de niño, creó que nunca va a madurar... tiene unos labios muy gruesos y definidos, algunas veces me intimida por eso, por su físico.

- ¿Creí que era frágil?

-No, es fuerte, pero tiende a no recibir afecto, es muy voluble.

- ¿Qué es voluble?

Dio pellizco la mejilla de Jojo.

-Es como ... una goma o como la arena, toma tantas formas... quiero decir, que toma distintas actitudes ante sus emociones.

- ¿Es una persona emocional?

-Ingenua. - Dio suspiro.

-No hay personas ingenuas. - comentó Jojo. -Solo...- se tocó el pecho-Puras.

-Eres alguien tan inocente. - Dio se levantó.

- ¿Te sientes mejor?

El rubio solo le sonrió para irse a su habitación, sus manos estaban ahora tan cálidas, ahora sus lagrimas eran tan tiernas y...volubles.

- ¿Despertaste mejor? - pregunto Jonathan en la mesa. - ¿Dio?

El rubio apenas y podía escucharlo, sonreía hacia la nada, con mirada triste y sombría.

-Creo que sí. - murmuro Jojo.

- ¿Qué hay de ti? ¿Estudiaste?

-Creí que no podías oírme.

Dio volteo con esa mirada perpetua, un leve brillo se reflejó en sus ojos ámbar, con una sonrisa poco más que amable.

-Como ignorarte. - se levantó de la mesa y miro el reloj- Aun tenemos tiempo para que estudies.

- ¿De verdad?

-Si, pero apresúrate, debemos irnos a tiempo para...

-Para que te confieses. - Dio lo miro confundido. - A ese amor tuyo, Dio.

Y como si un balde de agua helada le hubiera caído, una desesperación entro en él, apenas sus dedos fríos se movieron por el barandal de la escalera. Movió la cabeza hacia arriba y subió lenta y pesadamente. 

She Loves You (Ella te ama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora