Dereka

CAPÍTULO 5 TROPIEZOS CON LA LOCURA

        Eran las siete de la mañana y Antonio Midels entra en silencio a la habitación de Siri.  Trae consigo un maletín plateado con un símbolo pequeño incrustado en una esquina inferior del mismo, era una equis partida por la mitad, de forma vertical, donde en el centro tenía el símbolo de infinito, daba la impresión de que los dos círculos entrelazados formando el símbolo de infinito tenían dos alas, o dos brazos extendidos. 

            Antonio mira a su hija durmiendo, saca de su bolsillo una botella con un líquido transparente, moja una toalla pequeña en el y se lo pone a Siri en la nariz.  Abre el maletín, en una especie de base negra, se encuentran unos frascos pequeños con un líquido verde, otro con un líquido blanco, junto a dos inyecciones de tres puntas y otras dos inyecciones para extraer sangre.  Con cuidado pasa una toallita con el líquido blanco en el cuello de Siri, deja la toallita allí un momento, saca las inyecciones para extraer sangre, coge su brazo derecho y extrae dos frascos.  Luego, guarda la sangre en el maletín, saca la inyección de tres puntas, le pone el frasco de líquido verde, retira la toallita de su cuello e inyecta el líquido verdoso en su sangre.  Cuando retira la inyección pasa nuevamente la toallita con el líquido blanco y luego de unos segundos, los orificios provocados por la inyección de tres puntas desaparecen.

            Versiris Midels mira la escena desde la puerta, con cara de tristeza.

-Quiero verla Antonio, por favor-

-Es mejor que no, mientras menos te acerques a esto, mejor-

-Siri es tan hermosa, tan inteligente, deberías estar más cerca de ella, no entiendo porque has estado tan distante en su vida todos estos años, solo te acercas cuando está dormida, extraerle sangre, o, a inyectarle ese líquido verde.-

            Versiris se acerca y contempla a su hija junto a Antonio.

-Esa tristeza que siempre está en sus ojos, es por ti, Antonio, mírala, es tu hija, es un ser humano.-

-No lo entiendes Versiris, es mi trabajo, soy esclavo de mis decisiones.-

-De nuestras decisiones, fue mi decisión también… ¿Estas arrepentido? ¿Es eso? ¿Preferirías no haberla tenido? ¿Cómo puedes arrepentirte de tu progenie?

-Claro que no Versiris, es mi hija también, la amo pero es mejor así, que no esté tan cerca de ella porque…

-¿Por qué? ¡Termina Antonio! ¿Qué es eso que no me puedes contar?, ¿Acaso, nuestra hija está en peligro? ¡Dime! …Estoy cansada de que me ocultes cosas.-

-Por favor, necesito que confíes en mí, cuida de Siri y quítale esa idea que tiene de irse a vivir sola.  Me tengo que ir, te amo y créeme cuando digo que ustedes son lo más importante para mi.- Le da un beso en la boca a su esposa y se retira.

            La madre de Siri se sienta al lado de su hija y le quita la toalla de su nariz, le da un beso y le acaricia el pelo.

-Espero algún día puedas perdonarnos por todo lo que te hemos ocultado. Te amo mi Sirika.  Eres su reflejo, su otra mitad, si tan solo pudiera…-  

            Versiris comienza a llorar mientras observa a su hija dormida.  Se levanta de la cama con tristeza y se va de la habitación.

            Dan las nueve de la mañana, Siri se levanta algo mareada y adolorida.  Poco a poco se sienta en la cama.

-Otra vez con este maldito mareo y este dolor de cabeza.-

            Se mira y nota que todavía tiene puesta la ropa de Fings y da una media sonrisa.  Coge su teléfono y observa que tiene tres mensajes, todos de Marco.

-Te llevaste mi bata favorita, te la voy a cobrar; ¿Cómo te sientes? Me dejaste preocupado;   Por favor, contéstame, necesito saber que estas bien.-

Siri le contesta: Llegué bien, estoy en casa y me acabo de levantar.  Tu bata, la boté, lo siento…es broma, te llevo tu ropa más tarde.

            Es día libre para Siri, se levanta, se quita la ropa de Marco, se coloca una bata de baño, todavía un poco mareada va al cuarto de lavado, hecha la ropa de Fings a lavar y se dirige a darse una ducha.  Mientras se lava la boca y el rostro la madre de Siri toca a la puerta.

-Sirika, amor, Susy va a preparar el desayuno ¿Qué vas a comer?-

            Siri contestaba mientras terminaba de enjuagarse la boca.

-Cuantas veces te tengo que decir, que me gusta hacerme el desayuno, madre. Dile a Susy que este pendiente de una ropa que eché a lavar, para pasarla a la secadora, por favor.-

            La madre de Siri contrató a Susy desde que su mano derecha empezó a darle problemas, debido a un quiste ganglionar que comenzó a crecerle cerca de la muñeca.  Aunque ya estaba operada y recuperándose, pensaba quedarse con Susy ya que era una gran ayuda en todos los quehaceres de la casa.

-Lo sé, pero para adelantar, espero no se te haya olvidado nuestro compromiso de hoy.-

            Tenía toda la razón Versiris, se le había olvidado por completo que hoy irían a La Galería: El Antagonista a través de la historia en El Museo de Arte Nordest.  La Galería Antagonista se trataba de una exposición de obras de arte cual presentaba el antagonismo a través de la historia de Oregón, de diferentes entidades de poder y cómo este antagonismo crea la sociedad contemporánea.

-Tienes razón, quiero huevos con pimiento y unas tostadas con jalea de uva.-

            Después de Siri haber lavado su rostro y boca, se quita la toalla, la pone encima del lavabo y poco a poco mete los pies en el agua tibia de la bañera.  Luego se recuesta, comienza a echar el jabón con olor manzana que tanto le gusta en el agua, se relaja y comienza a pasarse la esponja de baño en el cuerpo mientras se forman burbujas de jabón.  Cuando termina de limpiar su cuerpo, se acuesta debajo del agua, completamente sumergida y aguantando la respiración.  De momento abre los ojos y está en la capsula con el agua verdosa, completamente desnuda, esa imagen que había visto antes, cuando se desmayó en el apartamento de Fings.  Asustada cerró los ojos de nuevo y cuando los abrió salía asustada su cara de debajo del agua. Comenzó a temblar y sintió esas ganas de vomitar de nuevo.

-¿Qué diablos está pasando? ¿Me estaré volviendo loca?-

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