「Rain of stars」| The Night We Met

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✯Cuento lunar: 04 | Rain of stars

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Cuento lunar: 04 | Rain of stars

Título: The Night We Met

Género: Drabble | AU | Drama

Fandom: Banana Fish

Pareja: Ash Lynx x Eiji Okumura

Advertencia: Muerte de un personaje

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La sangre escurrió de sus manos.

Y su corazón rugía, rechinaba y se estremecía como la locomotora de un tren que acaba de estrellarse. Un hueco se creó en su garganta. La herida en el estómago no dolió, simplemente se vio envuelto en una gélida sensación.

Cayó de rodillas, con las lagunas jade clavadas en los ojos otoñales del moreno y con su ticket en mano.

Su viaje, aquel que todo mundo llamaba «vida», había terminado y era momento de rendir cuentas. Pagar el precio por haber respirado, sufrido y amado, sonaba despiadado pero era lo justo.

Su visión se nubló dando su última carga de energía, solo quería un poco más de tiempo, lo suficiente para pensar qué hacer para cesar las lágrimas del chico frente a él.

Obtuvo todo de esa persona y él lo había recompensado con sufrimiento. ¿Eso era justo?

Su última bocanada de aire la dio cuando Eiji sujetó su mano, el tacto era cálido y reconfortante, incluso hasta en su último segundo de vida había obtenido tanto de ese inocente japonés.

Que misericordiosa fue la muerte. Permitió que se llevará consigo ese toque, aquella dulce calidez y el recuerdo de una fantasía jamás cumplida.

Si la muerte era así de bella y predilecta entonces ahora entendía por qué nadie regresaba de ella. Te permitía regresar y sentir, soñar y volar. Sin un cuerpo material podías hacer lo que quisieras.

Ash decidió volver a la noche en que conoció a la persona que le mostró el amor desinteresado. Regresó a su fantasía ideal.

Un cuarto casi en penumbra, con sutiles luces blancas imitando el brillo de las estrellas, una suave melodía que juntaba sus cuerpos en un lento baile. Sus manos entrelazadas, aun recordando aquel último toque del moreno, sus cabezas hundidas en el cuello del otro, moviéndose al compás. En silencio, siendo conscientes únicamente de la presencia del otro, de su sutil respiración, del calor de su cuerpo, del latido de su corazón.

Una armonía perfecta que opacaba a la música de fondo. Eran, en esa fantasía nocturna, poesía para los sentidos.

Eso fue lo que la Vida envidió y por eso decidió separarlos. Por suerte, Muerte era sinónimo del descanso eterno, de la paz interior, gracias a ella podían permanecer juntos aunque todo fuera un agónico sueño.

La noche podía ser eterna, las estrellas estarían vivas y ellos jamás se separarían. Por que Ash no podía dejar ir al fantasma que tanto amor le brindó.

Permanecer en la noche en que se conocieron, antes de que la crueldad los tocara y mucho antes de que ellos mismos fueran conscientes del peligro, era buscar un cielo en el infierno.

Era perfecto.

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