2.-Los Akatsuki

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Naruto cayó al suelo, exhausto. La ilusión hizo su trabajo fácilmente gracias a lo débil que estaba el chico. El usuario del temido sharingan del clan Uchiha se agachó y cargó a Naruto en su hombro como quien lleva un saco de patatas. Sonrío levemente y a grandes altos se alejó rápidamente de la escena.

Durante todo el camino, nuestro protagonista se hallaba en una ilusión inofensiva en la que no había nada. Se preguntaba varias cosas,  ¿Quién le había recogido?, y más importante ¿Por qué razón? Pero el tiempo de reflexión fue escaso, ya que cayó agotado y finalmente se durmió. Pudo escuchar varias voces de manera muy difusa, sin siquiera poder diferenciar si las decía un hombre o una mujer.

Unas horas más tarde, perezosamente abrió los ojos y se encontró con un techo que desconocía, una cama extraña y un montón de vendas por todo su cuerpo. Se miró las manos mientras recordaba el día anterior, sin resultados.

- Oye - dijo una voz a su lado.

Fue entonces cuando Naruto se dio cuenta de que había una persona sentada en un lado de la cama y por poco no sale disparado del susto que se pegó.

Un hombre relativamente joven con unos ojos extraños estaba a su derecha. Tenía el pelo rojo oscuro, liso y estaba muy delgado, aunque lo disimulaba con el manto de nubes que portaba. A pesar de que sus recuerdos de ayer eran borrosos distinguió la prenda al instante. Se levantó de un brinco.

- ¡Tú eres uno de los que me secuestraron! - exclamó Naruto.

- Tranquilízate, es malo para tus heridas - respondió él.

El rubio se tuvo que calmar, ya que el dolor punzante de sus heridas cada vez era más notorio.

- No me vais ha hacer daño, ¿verdad? - preguntó Naruto temeroso.

El desconocido sonrió.

- No te preocupes, somos de fiar - le tranquilizó - Soy Nagato, de Akatsuki, una organización que lucha por la paz.

- ¿Por la paz? - preguntó él - entonces por qué me habéis secuestrado.

Nagato puso su dedo en el pecho del chico.

- Porque eres muy especial, Naruto, y aquí tienes algo que cambiará el mundo - dijo Nagato.

Naruto no entendió aquella frase en aquel momento, pero asintió como si así fuera.

- Tendrás muchas dudas, pero primero te presentaré al resto del equipo - dijo Nagato, antes de que pudiera preguntar algo más. Le acompañó a través de estrechos pasillos e intrincados laberintos.

Por fin llegaron a una sala amplia donde se encontraban varias personas. El pelirrojo empezó a presentarlas una a una.

- Primero, tenemos a Deidara, Sasori, Kakuzu, Hidan, Zetsu, Itachi, Kisame, Konan y Orochimaru, de la Hoja, como tú.

Este último le dedicó una mirada cruel mientras se relamía. Naruto le miró asqueado, y le devolvió una mirada prudente.

- Y luego estoy yo, Nagato Uzumaki, el líder - se presentó.

El chico se dio cuenta de que ambos compartían el mismo clan, pero no dijo absolutamente nada. 

- ¿Entonces este es el chico del nue- empezó a decir Deidara, pero Konan le cortó.

- Naruto se va a quedar con nosotros una temporada con nosotros - anunció Konan solemne.

- ¿Quéeee? - preguntó Naruto, mientras su mentón tocaba el suelo.

Todos los miembros de Akatsuki le aterraban, incluido el tal Itachi que le secuestró, no sería capaz de pasar siquiera un día con ellos.

- No te preocupes - continuó ella - esto no es la Hoja, nadie te mirará mal por nada.

Entonces le vinieron a la mente todos aquellos días solitarios, esas palizas, empujones, cuchicheos y demás.

- ¿De verdad? - preguntó él, esperanzado.

- Nosotros somos tu nueva familia, Naruto - dijo Nagato.

Pero realmente, el rubio no estaba para nada convencido de sus palabras y quería volver a su casa cuanto antes, pero, ¿realmente quería volver?, ¿volver a la rutina de desprecio continuo en la que no se puede confiar en nadie? 

Nagato se fue de la estancia, volvió rápidamente con un protector de frente de la Hoja y un kunai y lo dejó frente a Naruto.

- Naruto, para poder confiar en ti debes cortar los lazos que unen con la Villa de la Hoja, para ello tienes la banda y el kunai, vamos, sabes que hacer.

El chico agarró el kunai, sin saber exactamente que querían que hiciera y miró el símbolo de la Hoja. Éste le trajo malos recuerdos, desprecio, soledad, y por encima de todo, odio. Empezó a agarrar el arma con más fuerza y descargó todas esas emociones sobre el protector, causándole un corte que cortaba el símbolo por la mitad. Acto seguido se lo puso en la frente.

- Bienvenido a Akatsuki. Naruto - dijo Nagato.


Naruto, miembro de AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora