-Hola pequeño- saludó después de lo que pasaron segundos sin dejarnos de ver, me sonroje y mi impulso me llevó a abrazarlo fuerte -Pensé que no me recordarías para nada- habló bajo acariciando mi cabello sin soltar mi cintura, negué aferrandome a su espalda -Es algo nuevo para mí también ¿Sabes? No esperaba encontrarte, llevo algunos años lejos de este lugar- me separé un poco viéndolo a los ojos que seguían brillando intensos transmitiendo paz
-No puedo creer que haya olvidado esto- susurré, tome sus manos sintiéndolas, admirando cada detalle en él -Eres mi Luke- dije aún incrédulo, él se rió
-Y tú eres mi pequeño Ashton, te extrañé- dijo con sinceridad, lo envolví en otro abrazo
-También te extrañé mucho Luke- nuestros corazones parecían sincronizados al mismo ritmo intenso, se sentía bien, se sentía más que un simple reencuentro.
Volvimos a casa, ese día decidí saltarme las clases sólo por estar de nuevo con aquel precioso ángel, una vez en casa me paré frente a él emocionado -Vamos en verdad necesito tocar de nuevo tus alas- pedí, él se sonrojó y quitó su chaqueta de mezclilla extendiendo sus grandes alas a lo largo del pasillo, eran de un blanco aperlado, suaves y demasiado llamativas, mis manos no tardaron en tocarlas como si de oro se tratasen, Luke cubría la mitad de su cara intentando ocultar su sonrojo
-Eres demasiado tierno Ash, no has cambiado en nada- susurró y rio, a lo cual contesté con una sonrisa, él entonces me jaló contra si mismo y me cubrió con sus alas armando un pequeño fuerte entre ambos -¿Recuerdas lo que pasa en tus libros de romance, aquellas veces en que el protagonista es acorralado y llevado a su límite?- preguntó en voz baja mientras sus manos tomaban mi cintura, me sonrojé y asentí, juraba que cerraría mis ojos y él me besaría
-¿Ashton estás en casa? Me dijeron los profesores que no te vieron en todo el día- Mi papá llegó interrumpiendo el aura del momento por lo que empujé a Luke y me alejé de él para bajar, Dylan me miró, después miró a Luke quien intentaba guardar su ala derecha -¿Luke?- preguntó, yo asentí y mi padre corrió a abrazarlo -Tanto tiempo sin vernos ¿Cómo estás? Más importante ¿Ya viste a Ashton?- Luke asentía sonrojado
-También los extrañé mucho a ustedes, me alegra volvernos a encontrar Dylan- ambos se dieron un apretón de manos -La buena noticia, como administrador de almas gemelas le asignare un ángel a Ash, él podrá guiarlo a formalizar con Matthew- mi padre lo miró y me miró de nuevo a mi
-¿Entonces él es el chico de la cafetería?- preguntó, yo asentí -Qué lindos son los destinos, me alegro por ambos, debo volver al trabajo, quería asegurarme que estuvieras aquí, pero vaya que estás aquí y en buenas manos, no tendré que preocuparme- me guiñó un ojo y salió de la casa dejándonos a Luke y a mi solos nuevamente
-¿Me asignarás un ángel?- pregunté, él asintió
-Ya te confesé quién es tu destinado pequeño, es mi deber terminar un trabajo como ese- hice un puchero, que claramente él notó -No estés triste, nos veremos de vez en cuando, también tengo trabajos que hacer antes de irme- tomé su mano jugando con ella -Oh vamos, eso funcionaba cuando tenías cuatro, ya tienes 14 años Ash, no va a funcionar- lo miré ahora con mis ojos lagrimosos, él suspiró -Eres un caprichoso- entrecerro sus ojos y se soltó de mi agarre -Está bien, ¿de acuerdo? Seré tu guía- yo sonreí encantado pues pasaría más tiempo con él cosa que había extrañado por diez años
-Por cierto Luke... ¿Tienes 25 años, cierto?- él negó avergonzado
-Tengo 15, los ángeles no cumplimos años después de que ascendemos al cielo- yo asentí llenándome de más dudas -No, no te diré como morí Ash, así que ni lo preguntes- dijo callando mis preguntas por lo que no continúe con el tema.
Esa tarde la pasamos poniéndonos al día, se sentía como volver a casa después de un día agotador.
ESTÁS LEYENDO
Between Heaven And Earth
Fantasi¿Destinados? ¿Almas gemelas? ¿Ángeles? Para Ashton no tenía mucho sentido, reencontrarse con aquel ángel de su infancia lo había envuelto en algo que no hubiese creído de no ser porque sus padres ya habían pasado por aquello Una experiencia que envo...