IV

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Jungkook le había ayudado en todos sus problemas, lo aconsejo, cuido y también lo quiso, quizá nunca de la forma que Jimin lo quería a él. Sin embargo, comenzó a hacerse una costumbre para el menor el mimar al mayor, abrazarlo, besarlo y tenerlo solo para él a pesar de tener pareja. No le importaba, Jimin era su punto débil y no podía decirle que no; entonces al verse terminaban siempre en la misma situación, besándose y acostándose. Se había convertido en algo necesario y adictivo para ambos él estar juntos aunque sea físicamente. Cuando lo estaban Jimin sentía que Jungkook era suyo, aunque sea por un momento. Se sentía capaz de vivir de aquella manera, solo teniéndolo los fines de semana cuando no estaba viendo a su novio y viviendo en un mundo de fantasía donde Jungkook lo amaba.

Un día, en medio de una discusión el menor le dijo que lo quería, que dejaría a su novio por él y que serían felices juntos. Las semanas pasaban y las ilusiones del mayor aumentaban, se encontraba expectante y ansioso; pero aquella ruptura jamás llego.

Al romper el beso busco a Jungkook alrededor de la sala solo con su mirada pero era en vano, el menor se había ido de la habitación. Siguió bailando con Yoongi hasta que Taehyung se acercó a él y lo arrastró hacia un costado donde no había gente bailando.

—Jungkook está en el pasillo —su expresión se suavizó al suspirar. —Él está llorando.

El corazón de Jimin dio un vuelco, la culpa comenzaba a quemar su cuerpo y el alcohol pareció desaparecer de su cuerpo de repente. Ignorando a su amigo caminó rápidamente hasta el pasillo y efectivamente ahí estaba el menor, apoyado contra una pared mientras uno de sus amigos parecía estar brindando apoyo y hablándole.

—Jungkook-ah —lo llamó, el nombrado ni siquiera elevó la vista para verlo. —Jungkook, hablemos —pidió. Negó con la cabeza, manteniendo su mirada baja. Se enderezó y comenzó a caminar hacia la puerta que daba al jardín, Jimin lo tomó por la muñeca obligándolo a quedarse.

—Háblame, Jungkook. ¿Qué te pasa? —preguntó exasperado. El menor se zafó de su agarre de manera bruta, mirándolo fijamente. Sus ojos estaban cristalinos y brillantes, la tensión podía palparse en el aire.

—No quiero hablarte ahora. —se retiró dejando a un Jimin totalmente confundido y aturdido. Su rostro estaba carente de expresión alguna y se había quedado solo con el amigo de Jungkook en aquel pasillo iluminado de manera tenue con una luz roja parpadeante.

—Lo lastimaste —la voz de Yugyeom se hizo escuchar de manera clara sobre la música distante. —¿Eso querías? —el corazón de Jimin se estrujó en su pecho. Al ver a Yugyeom recordó todo lo malo que le había hecho en un pasado. Como amigo de Jungkook, era una mierda. Jamás había querido a Jimin y busco millones de maneras para hundirlo, incluso cuando nunca se habían dirigido la palabra.

—Cállate —elevó la voz, la cólera inundando su cuerpo.

—Eres una mierda, Jimin. —se acercó peligrosamente hacia él, Jimin le dio un empujón y su espalda chocó contra la pared detrás suyo.

—Háblame tú de ser una mierda, tú eres peor que yo —escupió sin filtrar sus palabras. —¿Soy una mierda por qué? ¿Por seguir mi vida? —avanzó unos pasos hacia Yugyeom. —¿Por qué él puede y yo no? Jungkook tiene novio, ni siquiera debería dolerle esto. —lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

—Eres una mierda —repitió. —Lo único que haces es lastimarlo.

Jimin se cansó, su vista se cegó y su puño se cerró. Se adelantó para golpearlo cuando alguien lo tomó de la muñeca y lo arrastró hacia afuera mientras gritaba todos los insultos existentes.

estigma ; kookmin [short story]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora