Epílogo (FINAL 3/3)

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El festival de fin de año se llevaba a cabo aquella noche, las calles de la ciudad fueron convertidas en peatonales para la libre circulación de los habitantes y se había llenado en demasía. Las festividades de diciembre estaban a la vuelta de la esquina y los locales aprovechaban el consumo cegado de la población para exponer la gran variedad de productos para decorar las viviendas, árboles de navidad, moños, luces de todo tipo y hasta adornos absurdos. Los faroles negros iluminaban claramente las calles de aquella ciudad y pequeños lazos blancos, rojos y verdes estaban adornándolos por la próxima navidad. Vagas nubes desaparecían poco a poco en lo alto del cielo nocturno dando lugar a las estrellas, la brisa fresca le acariciaba el rostro suavemente y el bullicio de su alrededor lograba ponerlo inquieto.

Park Jimin se encontraba caminando inquieto por las calles de Seúl en compañía de sus nuevos amigos. Una parte de él estaba triste por no poder encajar el cien por cien, otra parte agradecía estar fuera de su casa aquella noche y la parte predominante de su cerebro estaba magullada por pensamientos destructivos hacia su persona, recordándole que sería su fin si volvía a Jeon Jungkook entre la penumbra de la noche.

Jeon Jungkook... brevemente, lo más cercano al amor que había sentido su corazón. Tan pronto como llego a su vida se fue, dejándole un vacío, 3 años irrecuperables de amistad y amor no correspondido. Jamás se sintió como amor para él, mientras que para Jimin fue todo lo contrario. Uno sentía lujuria y pasión; otro se derretía ante su insignificante persona.

Su presencia era ausente mientras observaba su alrededor, ida; su aura era oscura, desprendía tristeza y ansiedad por cada rincón de su cuerpo. Sólo pedía que su cabeza se callara por unos minutos.

Desde que puso un pie en la zona céntrica no pudo evitar pensar en Jeon. Se torturó mentalmente con incógnitas a las que ya sabía las correspondientes respuestas, sin embargo la presión en su pecho le obligaba a hacerse frente a sí mismo.

"¿Lo extrañas, verdad?" "¿Y si lo ves con su novio? Seguro querrás desaparecer luego." "Admite que anhelas verlo aunque sea 5 segundos, así sea besando a aquel chico que tanto ama; sólo para que te duela, porque lo mereces. Él te enseñó que lo mereces."

No, no lo extrañaba ni un poco. El hecho de pensar en su sonrisa o mera presencia le llegaba a repugnar apenas; no podría seguir extrañando a alguien como él.

Sacudió su cabeza en un inútil intento de disipar aquellos pensamientos monstruosos hacia sí mismo.

Había sufrido una recaída días anteriores y aún le provocaba estragos en su cotidianeidad, intentó recomponerse pero al fin y al cabo llegó a la conclusión de que cada esfuerzo será en vano.

Su grupo de amigos se dirigió a una plaza cercana para aislarse de la gente. Al llegar un gran inflable de Santa Claus adornaba el centro de la plaza. Jimin pensó que se veía ridículo, incluso la cantidad de gente amontonada a su alrededor cantando y festejando.

Odiaba tanto navidad, odiaba quedarse solo y sufrir todo el mes de diciembre. Su mente no lograba comprender por qué le daban tanta importancia a un festejo tan vacío e hipócrita como aquel. Las familias estaban rotas, sillas solitarias en la mesa que recordaban constantemente la pérdida de un ser querido. Ya no era como antes, menos para él.

Pasó su mano por sus cabellos al ingresar en la plaza, la cual no estaba menos repleta de gente que la zona céntrica en general. Bufó por lo bajo, sus pensamientos hacia Jeon siendo esfumados momentáneamente. Caminó observando el rostro de las personas, varias reían, sonreían, cantaban, incluso algunos tenían semblante triste como el suyo.

Se sentaron alrededor de una fuente y Jimin comenzó a comer un aperitivo que había comprado minutos antes con un pequeño sentimiento de culpa en su pecho; estaba subiendo de peso y era consciente de que era provocado por su ansiedad repentina aquellos últimos días. Finalizó obligado por sí mismo a terminar cada bocado, reprochándose mentalmente que no podía darse el lujo de caer totalmente.

Mientras sus amigos y algunos desconocidos que se les unieron hablaban entretenidos, Jimin se dedicó a observar las estrellas. Las tres Marías lo saludaban desde el cielo con un destello magnífico, la Luna se encontraba brillante en pleno paisaje nocturno y no pudo evitar sonreír totalmente maravillado. Su pequeño momento de paz fue interrumpido por bullicio en el centro de la plaza. Un oficial de policía llevaba arrestado a un joven de no más de 17 años. Quiso reír ante su imprudencia y estupidez, "¿quién demonios robaría en una noche como esta, sabiendo que está custodiado más que cualquier día común?" pensó mientras seguía con la mirada el andar brusco de aquel policía.

Todo ruido exterior lo sintió lejano de repente y su alrededor pareció ralentizarse en un pestañeo fugaz. Parpadeo varias veces para cerciorarse de que lo que veían sus ojos era real; Jeon Jungkook a su diagonal, a pocos metros, riendo y sonriendo de manera espléndida. Allí estaba un año después de haberse separado y peleado, de haber tomado caminos totalmente opuestos, justo frente a sus ojos. Su corazón dio un vuelco en su pecho latiendo vorazmente, desbocado y desenfrenado. Su respiración se cortó y de repente olvidó cómo volver a respirar normalmente. Maldijo en voz alta llamando la atención de los demás, no respondiendo cuando le preguntaron el por qué. Observó el cielo con lágrimas en los ojos, sus manos temblando y su llanto amenazando con salir. Se recordó respirar.

Se recordó a si mismo que ya no podía lastimarlo; que no podía manipularlo psicológicamente de nuevo. Sus ojos vagaron hacia él una vez más por inercia, encontrándose con la mirada del contrario puesta en él a lo lejos, su postura derecha y arrogante con sus manos en sus bolsillos, desafiante. Se sintió pequeño, diminuto e inservible ante su mirada. Miró otra vez hacia el cielo por varios segundos y al voltear en busca de aquel hombre que le había arrebatado la estabilidad mental y lo había destruido psicológicamente en 2 años, este ya no estaba.

Logró ver su espalda ancha caminar en dirección contraria, su brazo tomando la cintura de su aparentemente nueva pareja.

No sabe por qué, pero un grito quedó atorado en su garganta. Quería gritar su nombre, quería gritarle con todas sus fuerzas. Sin embargo no lo hizo, sólo lo observó irse sintiéndose a sí mismo temblar, acariciando sus brazos lentamente y repitiendo que algún día todo mejoraría.

Repitiendo que algún día el también seria feliz y podría enamorarse sin tener miedo a que alguien como él vuelva a cruzarse en su vida y lo destruya. Suspiro y sonrió triste; ¿algún día sería capaz de volver a amar?

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⏰ Última actualización: Jan 28, 2023 ⏰

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estigma ; kookmin [short story]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora