Capítulo 4

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Esa mañana las tres desayunaron juntas en la cafetería, no había rastro del mal momento vivido ayer. Solo algo diferenciaba este dia del anterior, y era que el lugar estaba rebosante de gente, todos miembros del gremio Big cocodrile. Por un segundo las muchachas creyeron estar entre su gente, en su alocado gremio. Pero de una manera muy diferente a la vez, nadie peleaba o gritaba, todos estaban muy concentrados en celebrar a los que llegaban de sus misiones.

Lucy: este parece ser un lugar muy cálido, me hace recordar nuestro hogar y a los chicos. . . – dijo mientras miraba a los demás.

Levy: De seguro estarían peleando, gritando, y habrían ya sido golpeados por Erza.- dijo animada Levy con una caída sonrisa.

Ambas rieron al darse cuenta de lo que hacían, pero poco después notaron a Juvia distraída. Ambas chicas miraron en la dirección donde algo o alguien distraía a su amiga que parecía soñar despierta.

Lucy: Parece que alguien se ha vuelto a enamorar. . .- dijo acompañada de una sonrisa coqueta, pero la mencionada ni cuenta se dio.

Levy que vio la intención de Lucy toco el hombro de Juvia, cuando esta volteo la vio suspirar profundo, había algo diferente en ella.

Levy: ¿Pasa algo Juvia? – pregunto algo preocupada.

La cara de Juvia de pronto se colocó completamente roja, había sido descubierta, y a penas ahora lo notaba.

Juvia: Yo. . Yo. . ¡¡HE TRAICIONADO A GRAY SAMA!! - grito la muchacha, mientras enormes lagrimas caían por sus mejillas.

Nadie a su alrededor sabia nada de lo que pasaba, Lucy y Levy intentaban desesperadamente calmar a su amiga sin mucho éxito. Cuando alguien se acercó a su mesa.

Sergio: ¡Hey guapas! – Dijo al estar frente a ellas, pero todo cambio cuando vio a Juvia que comenzaba a sollozar en vez de llorar- ¿Qué le pasa a su amiga? ¿ y quién es ese Gray?

Ambas chicas se miraron entre sí, no sabían que contestar, porque la verdad recién estaban conociendo a Sergio. El momento pudo ser mas incomodo, cuando de entre ellas surgió la voz de Juvia de una manera algo nerviosa, los ojos del muchacho se posaron en ella con una mirada muy comprensiva.

Juvia: Gray sama es. . . es el amor de Juvia, es maravillosa y Juvia lo ama profundamente.- su cara se volvía cada vez más roja tras cada palabra.

Sergio: ¡Qué suerte tiene! Que daría yo por tener una novia tan bella, inteligente y amable como tu.- aseguró el chico con una sonrisa.- ¡AH! Qué envidia me da ese Gray, salir con una belleza como tú.

Juvia: No, Juvia y Gray aun no son novios, pero pronto Gray sama aceptará su amor por Juvia y seremos felices.- decía Juvia algo nerviosa por la cercanía de Sergio.

Sergio: ¡Oh ya veo! - su mano tomo el mentón de la muchacha.- así que tengo una oportunidad con esta bella señorita.- dijo con coqueta mirada, para alejarse ante la confusión de las tres.

Poco a poco la gente se fue marchando de la cafetería, todos se despidieron del maestro Burn con una sonrisa, algunos de ellos se presentaron con ellas, otros solo les saludaron con gestos agradables. Nada de esto parecía real para las tres, y buscaron acercarse al maestro para aclarar algunas dudas que tenían desde que habían sabido de su existencia.

Lucy: Buenos días maestro Burn.- dijo Lucy al acercarse.

Burn: Buenos días muchachas ¿han pasado una buena noche? – dijo el hombre a las tres.

Levy: Buenos días, si dormimos muy bien. La verdad queríamos hacerles unas preguntas, si no le molesta.- dijo Levy mirando al hombre.

Burn: Me encantaría, pero en este momento no puedo. Verán nuestro gremio es pequeño, y hasta yo hago trabajos ocasionales para mantenernos en pie, y hoy me toca recoger manzanas.- contó el hombre saliendo de detrás del mostrador.

Juvia: buenos días.- dijo al ver al maestro, luego tocó su frente y dijo.- Juvia tiene una idea, que tal si vamos con él, así tendría tiempo para nosotras.- comentó a las demás.

Levy: Podría funcionar, señor podemos. . . – pero sus palabras quedaron en el aire.

Lucy: Ya se fue, eso fue muy rápido.- mencionó al ver que el hombre ya no estaba en el lugar.

Para su mala suerte, ser forasteras no les ayudaba mucho, y a pesar de lo mucho que preguntaron por su paradero, poco sabían los habitantes de su ubicación actual. Por lo que después de algunas horas de recorrer las calles decidieron sentarse a descansar, todo parecía en calma y normal. Cuando de entre la multitud se escuchó un profundo grito de desesperación.

Pueblerina 1: ¡¡AUXILIO!! ¡¡AYUDENME!! ¡¡AYÚDENME!!.- gritaba desesperada.

Lucy corrió en su ayuda, la mujer le comentó entre nervios y frustración como había sido asaltada por dos rufianes. Decidida a ayudar, Lucy corrió en la dirección que le señalo la mujer, dejando atrás a las demás. Las calles estaban muy llenas pero a unos minutos de correr pudo distinguir a uno, de modo que para no perder tiempo lanzo su látigo y los envolvió a ambos, rompiendo un pequeño puesto en la persecución.

Lucy: Ya no podrán robar otra vez, ni aquí, ni en otro lugar.- dijo mientras algunos hombres se acercaban, en minutos los tomaron, y ataron aun inconscientes sobre los restos de unas cajas de fruta.

Pueblerina 1: Gracias muchacha, estos bandidos han robado parte de nuestras mercancías desde unos días, y nosotros los mercaderes estamos muy contentos por su intervención.- dijo el hombre.

Lucy: Pero ¿Y los del gremio? ¿No les piden ayuda a ellos? – preguntó al grupo allí presente.

El hombre con gran calma le respondió, la gente a su alrededor se acercó en modo de apoyo.

Vendedor: Burn y sus muchachos han hecho mucho por esta ciudad, nos ayudan dia a dia con su trabajo, misiones fuera del pueblo, y el dinero que donan a nuestro orfanato. Por eso en esta ocasión quisimos ser nosotros quienes les ayudaran. . . pero no habíamos sido capaces.- mencionó el hombre antes de terminar.

Vendedora: Esto es vergonzoso, porque ellos son muy buenos con la ciudad.- hablo una mujer tras el hombre.

Lucy Se sintió conmovida, la gente de esta ciudad no era como otra que hubiera conocido, y eso le encanto.

Lucy: No hay nada que agradecer, como maga estelar y miembro de Fairy tail, lo tomo como mi deber ayudar a los demás.- dijo sonriendo a la gente que la miraba con fascinación.

Después de unos minutos la policía llegó y se llevó a los bandidos, la gente alrededor de Lucy comenzó a regalarle algunas cosas. A lo lejos se veía a Juvia y Levy correr en dirección en que su amiga se había marchado, cosa que no hizo falta. Acompañada de un mercader venía Lucy, las chicas se acercaron en ese momento a ella y juntas otra vez volvieron a la plaza donde la mujer las esperaba.

Xxxx: ¡¡MUCHAS GRACIAS!! – dijo la mujer haciendo pequeñas reverencias a las muchachas, en el momento que lucy le extendió su bolso..

Lucy: No es nada, por favor, solo tome su bolso.- Lucy entrego el bolso.

Las chicas que notaron al hombre junto a ella, le preguntaron a su amiga quien era.

Pppp: Yo me presento, soy Alfred, un mercader de esta ciudad.- el hombre les sonrió y mostro la caja que cargaba.

Juvia: ¿Y eso? – preguntó a Lucy mirando la caja.

Lucy: Es un agradecimiento de los mercaderes.- dijo animada.

Con la situación resuelta, y una vez más junto a sus amigas, las tres se marcharon de vuelta a la posada llevando consigo una victoria

¿¿¿¿¿:   Supongo que ellas deben ser las forasteras, tal vez, deba darles una gran bienvenida – dijo una misteriosa sombra entre la multitud, para luego desaparecer entre un los remolinos de viento.

Una aventura para tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora