ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᶜʳᵉᵉᵖʸᵖᵃˢᵗᵃ (ᵍⁱʳˡˢ).

Sagitario x Jeff The Killer

{Pedido}

Sagitario

Hoy es mi cumpleaños. Siempre que lo es despierto temprano.

Fui a la sala en pijama, aún no hay nadie. Todos son flojos así que no bajarán hasta medio día. Fui a la cocina y lo primero que vi en la mesa fue un pastel decorado con rosas rojas y negras pequeñas, a un lado del pastel había una nota. «No tocar, es para Sagi» Me reí. En un tazón eché cerales y luego vertí leche, si, un desayuno gourmet. Comí mi desayuno viendo caricaturas en la sala.

Cuando me aburrí fui por una sartén y un cucharón a la cocina, subí al primer piso donde están las habitaciones y comencé a tocar ambos implementoa de cocina con estruendo. Mis amigos no tardarón en salir de sus habitaciones con unas caras de zombies que ni el maquillaje quita.

—¿Qué hora es?— llega Jeff a mi lado.

—Nueve de la mañana.

—Creo que te pasas al despertarnos a esta hora, en especial a mi, que soy tu novio.

—Estaba aburrida y quería compañía, ¿es tan malo eso?

—No, pero necesito mis horas de sueño necesarias. Ven, vamos a mi habitación y dormimos un poco más.

—Bueno.

Me tomó de la mano y caminamos al fondo del pasillo, donde se encontraba su habitación. Nos acostamos, seguido de esa acción cerré los ojos, pero al instante sentí una mano de Jeff debajo de mi blusa y otra apretando mi trasero.

—¿Pero qué...?— me hizo callar con un beso.

—Tú solo disfruta tu regalo.

Se posicionó sobre mi cuerpo mientras dejaba besos humedos, comenzaba por mis labios y terminaba en el nacimiento de mis pechos. Ambos soltabamos pequeños jadeos producto de nuestra excitación. El miembro de Jeff comenzó a hacerse notar y yo ya lo quería dentro de mi, lo necesitaba dentro de mi.

Comenzamos a desvestirnos rápidamente. Me puse en cuatro y de una sola estocada Jeff entró en mi, al principio eran estocadas suaves, pero profundas, luego la velocidad aumentó. La habitación estaba inundada de gemidos de parte ambos, Jeff gemía de forma ronca y poco constante, estaba concentrado en su labor.

Finalmente, llegamos al climax juntos soltando un gran gemido que de seguro se escuchó hasta en el patio.

—Feliz cumpleaños, Sagi— dijo con la respiración agitada.

—Te amo— me lancé a besarlo.

•Fin•