CAPÍTULO 5

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"¿Cómo mierda sabe dónde vivo?" susurre preguntándome a mí misma.

Salí de la cocina y me dirigí a la entrada.

"Hola Teresa, ¿Me podrías decir quién es este perro?" pregunto molesto.

"Eso es algo que a ti no te importa" respondí cortante.

"Bien, ¿Me permites algo de tu tiempo?"

"Voy a desayunar, ¿Podemos hablar luego?" trate de echarlo, pero se negó

"Está bien, puedo esperar. O me puedes invitar" entro a mi casa como si nada.

A regañadientes lo invité y comencé a hacer más huevos.

Claro, aquí está su sirvienta para lo que gusten y ordenen. Bruno se sentó y en eso volvieron a tocar el timbre, y por el olor, reconocí quien era.

Otros huevos más...

"Cuida aquí Mario" le ordené que moviera los huevos. Me dirigí a la entrada y abrí la puerta.

"Hola, ¿Podemos hablar?" pregunto Caín apenado.

"Pasa, estaba a punto de desayunar" él asintió y lo senté en la mesa.

Tomo asiento a lado mío y Bruno comenzó a gruñir en desaprobación.

"A mí no me gruñas perro" peleo molesto Caín con Bruno.

"Detente Bruno" ordene.

Los cuatro comenzamos a desayunar en silencio y muy incómodos. Hasta que Mario termino y llevo su plato a la cocina. Al salir de esta me miro con malicia.

"Gracias por todo mi hermosa Teresa, la noche fue muy... estimulante." Comenzó a caminar hacia la entrada "¡Ah!, deje la toalla mojada en el baño, por ahí la sacas a secar ¿Si?" me pidió guiñándome un ojo y saliendo rápidamente.

Cierto lobo y humano se quedaron observando muy molesto a Mario.

"¡Tú!" grité tratando de detenerlo, pero la pareja me detuvo.

"¿Durmió aquí?" pregunto Bruno.

"¿En tu cama?" preguntó Caín.

"Si" trate de tranquilizarlos "Él es mi compañero militar, y mi mejor amigo. A veces se queda a dormir en mi casa... y en mi cama" susurré lo último.

Ambos estaban muy molestos, así que, para apaciguarlos, cambie de tema.

"Bruno, tú llegaste primero. ¿De qué quieres hablar?" pregunte tratando de dar por terminado todo este alboroto.

"Quiero que regresemos" hablo sin importarle la presencia de Caín. Este me miro alarmado. "Tú necesitas a tu mate para ser completamente feliz"

"Sí, claro que necesito a mi mate para ser feliz" afirme lo que dijo "Pero recuerda que tú rompiste el lazo que nos une. Ya no tengo ningún mate y no necesito uno"

Caín ríe silenciosamente, burlándose de Bruno.

"Tú y yo seriamos perfectos, Teresa"

"Claro, seriamos en pasado" me levante de la mesa y lo mire amenazantemente "Tú te encargaste de dejar en claro que no me quería. Me rechazaste sin siquiera conocerme, ahora yo no estoy dispuesta a aceptarte"

"No Teresa, yo"

"Basta, Bruno" lo interrumpí "Entiende que nuestro lazo está completamente roto. No hay nada entre nosotros ni abra."

Él guardó silencio por unos segundos, aceptando el hecho que nunca más estaríamos juntos.

"Tienes razón, lamente mucho haberte rechazado"

ME LLAMAN LA RECHAZADA. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora