Abuelo

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Estábamos todos reunidos alrededor de la camilla, yo sostenía una de sus arrugadas manos, estaban heladas, estaban pálidas, pero seguían siendo esas suaves y dulces manos que recordaba con tanto amor, miles de recuerdos pasaron por mi mente en ese momento, las risas, los abrazos, los regalos, las charlas; sin darme cuenta las lágrimas comenzaban a bajar por mis mejillas, sabía que mi abuelo estaba muriendo pero también sabía que estaba sufriendo, apreté su mano con fuerza y él con una sonrisa y un último suspiro dejó este mundo, todo se derrumbó por un momento en mi, todos en la sala estallaron en llanto pero sé que en el fondo todos estábamos felices por qué nunca dejará nuestros corazones.

Escritos de dolor y otras emociones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora