1 º¿Un principio o un final?

133 21 3
                                    

 "Cuando una puerta se cierra, otra se abre, o eso creo recordar que me decían, pero, ¿qué pasa cuando no hay puertas para abrir o cerrar?. ¿Y cuando solo se ve oscuridad y el miedo se apodera de la mente? Si he de morir, ¿donde están todas las imágenes de los momentos que he vivido?

Mi mente está confusa, no logro recordar las cosas con la claridad suficiente, por mi cabeza, solo pasan uno tras otro un montón de dichos, los cuales nunca me había parado a pensar con claridad. No entiendo que o quien me ha llevado hasta esta tesitura, pero tras todo lo acontecido este tiempo ¿ debo tirar la toalla? Si es el momento de morir, no estoy de acuerdo con el destino, no pienso dejarme ir tan fácil.

Observé lo que me rodeaba... ¿Nada? No podía ser posible, si mis ojos no me ayudan en este momento, tendré que valerme de otros sentidos. Me incorporé como pude, al intentar levantarme noté un dolor punzante en el pecho. No llegaba con tener la cabeza como un bombo. ¿Qué demonios estaba pasando? No conseguía aclarar nada, me arrastré como pude y palpe los alrededores, tras unos minutos, me paré y me puse a hablar en voz alta para ver si así reorganizaba mejor mis ideas.

-Cálmate y piensa con frialdad, lo que tocas es madera, no tiene mucho espacio para recorrer, pero lo más inquietante es que no se escucha nada.

El silencio era peor que el ruido en exceso, no se oía ni el aire, ni ningún animal, ni nada.

-Si no escucho nada es que no he de estar al aire libre, pero en una casa algo debería de escuchar. He de liberarme para poder moverme de un modo más digno, si me libero podré ver las cosas de otro color.

La desesperación parecía estar llamando a mi puerta... otro dicho idiota en este momento puesto que no hay puerta, ni hay nada, ¿dónde estoy? Pasa el tiempo y lo único que tengo claro es que estoy encerrada, he de llevar horas aquí sin nada que me aclare la situación, y sin saber si alguien vendrá, pero no puedo tirar la toalla o dejar que la locura gane la batalla contra mi cordura. Alguien ha debido de meterme aquí, tarde o temprano ha de volver, aunque sea para asegurarse de que no sigo con vida, y no pienso darle ese gusto.

Todo lo que hice durante esas horas en las que cada vez más se palpaba mi desesperación, fue mordisquear las ligaduras que me amarraban las manos, y liberar mis pies. Ahora, al intentar incorporarme, me resultó más fácil al no tener nada que me impidiese ponerme de pie, pero el dolor del pecho y de la cabeza me lo querían poner difícil. Me llevé una mano al pecho y la otra a la parte posterior de mi cabeza, no puedo evitar asustarme al notar un líquido espeso entre mis dedos. Acto seguido llevé uno de mis dedos manchado a la cara...no era una eminencia en el tema, pero era sangre.

-¡Mierda!

Eso no podía ser nada bueno. Exploré como pude el lugar en el que me hallaba. El echo de poder moverme con mayor libertad me ayudó para comprender que estaba en una cajón de madera bastante grande. Me consolaba saber que no era un ataúd, pero no lo suficiente, ya que habían pasado horas y no había solucionado nada. Llegó un punto en el que deje caer mi cuerpo contra el suelo, no se oía nada, no conseguía encontrar una salida, lo que si, con lo que me estaba encontrando era con mi desesperación.

Llevé una mano a un bolsillo del pantalón, en el encontré un trozo de papel doblado, un caramelo de eucalipto y un lápiz. Que bien me hubiera venido ser Mcguiver, ese hombre seguro que conseguía salir de este aprieto. Por el momento me tomé el caramelo y despejé la cabeza para no entrar aún más en pánico. No se si sería el cansancio, la perdida de sangre o el paso del tiempo, pero ahora parecía que las dichosas imágenes de mi vida querían pasearse ante mis ojos. Que pena no tener algo a mayores que este caramelo para ver la triste historia de mi vida."

Remontándonos a los inicios de esta historia

Ahora os voy a presentar a una persona que no suele ser el centro de atención, el primer personaje que os voy a presentar es una chica de 20 años. Es callada, podríamos considerarla tímida, y no posee mucha autoestima a pesar de tener una mente brillante. Se sacó los estudios con unas notas dignas de enmarcar, saltándose 4 cursos en cuanto sus maestros se percataron de lo brillante que era y lo rápido que su cerebro devoraba todos los conocimientos que le ofrecían. A la par de sacarse los estudios de peluquería todos completos, se sacó varios cursos a distancia, de ramas bastantes heterogéneas, desde un curso de electricidad hasta uno de enfermería.

Un Paso Más Allá De La Imaginación // Pausada :(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora