-Vamos, ven sígueme, ¡rapido!- Ordenó Kaya, mientras tiraba de la mano de Bryson, ella tiraba de el sin importarle el tumulto de alumnos que habían en los pasillos de la preparatoria, simplemente pasaba de ellos, como siempre.
-Tranquila, ¿puedes decirme de una vez que pasa? - Pregunto Bryson una vez que se cansó de correr sin sentido. Meditó su pregunta durante unos minutos pues tomar la mano de Kaya era lo mejor de su semana, si no es que de su mes, tal vez estaría en la lista de cosas que lo hicieron feliz, después de aquel abrazo de hace tres semanas, que solo fue porque era su cumpleaños.
-Esta bien, te lo diré, pero caminemos un poco más.- El asintio, llegaron a uno de los pasillos más solitarios de la escuela y fue solo entonces cuando ella pronuncio estas sencillas palabras que los guiarían a un futuro todavía más incierto.
-Al rato iré a tu casa, tengo que decirte algo completamente importante, deja la puerta abierta, no puedo decirte a que hora ire, solo espero que estes preparado.- Bryson no sabia que esperar, con Kaya nunca se sabia, era un volcán con erupción de ideas todo el tiempo, la chica más obstinada en el planeta. Antes de que el pudiera decir algo, el timbre sonó, otra multitud de alumnos impacto en los pasillos.
-¡Kaya!- gritó Pilar.
-¡Ahora voy!- al fin soltó la mano de Bryson, y se giró para alcanzar a su amiga, sin decir nada más, no era necesario.
Kaya y Pilar no eran amigas desde la infancia, pero eran buenas amigas, las mejores, habian pasado pruebas de todo tipo, hay un recuerdo en la mente de Bryson que jamas podrá olvidar.
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Pilar era demasiado timida al entrar a la preparatoria, no habkaba con nadie, y nadie la molestaba, no porque no quisieran, si no porque tenian miedo de que esta los matara, tenia un finta bien terrorifica.
Con el pasó de los meses Kaya se acerco a ella, se agradaron desde el instante en que cruzaron palabras, otro tiempo despues Pilar seguia siendo timida, tal vez un poco menos pero lo seguia siendo.
El día de la primera prueba de amistad entre ambas, el día estaba horriblemente frio, habia nieve pordoquier, el cielo era blanco, y en el horizonte no se distinguia la separación entre el cielo y la tierra, los chicos habian encontrado una gran razón para burlarse de Pilar; Su amor platonico por Astor Davis, el capitan del equipo de baloncesto.
Kaya no dejaba de burlarse de ella, decia que el nombre del tipo era como "castor" y tenia toda la razón, pero a Pilar no le importaba, juraba que el chico estaba hecho para ella, pintado a mano para ella.
Sus amigas la retaron a hablarle a Astor, con toda la valentia que reunio en toda la semana, se encamino a hablar con el, fue en la hora de salida de la escuela, todos la verian, era la primisia de la escuela.
Mientras caminaba sus delgadas piernas perdian estabilidad por el hielo que habia en el aparcamiento de la escuela, Kaya la seguia de cerca, preparada para ayudar a su amiga si esta lo requeria.
A casi dos metros de Astor, las piernas de Pilar no pudieron más, sus converse de la suerte le iban a jugar una mala broma, el tiempo se veia eterno, un mal paso, y todo al suelo. Y cuando digo "todo" me refiero a "Pilar" sin más resbaló tan duro, que me preocupaba que hubiera lastimado la espalda.
Kaya se quedó sin poder creerlo como por tres segundos, despues se carcajeo un poco, caminó y fingio una caida, más fuerte y más graciosa, la cara de Pilar ardia en rojo, estaba muy avergonzada. Todas las miradas se deviaron de Pilar a Kaya y en pocos días solo recordaban la caida epica de Kaya.
