Capítulo 1

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Susan's P.o.V

- ¿Isa?- Me levanto de, lo que supongo, es el suelo y miro hacía abajo pero, en lugar de ver el piso de la habitación de mi amiga, vi el suelo del Gran Comedor. Demasiadas personas mirándome. Siento como mis mejillas se calientan. Seguramente me sonroje. No puedo evitarlo, soy demasiado tímida. Todavía recuerdo mi primer día aquí, de no ser por Isa, hubiera sido un chicle rosa gigante.

Fred y George Weasley habían preparado una gran broma para los de primer año. Sobre las puertas del Gran Comedor habían unos grandes tarros con pintura rosa chillón, la idea había salido de una película Muggle.

Detrás de la gran puerta se encontraba la profesora McGonagall a punto de entrar con los niños de primero.

Una niña pelirroja había oído algo sobre una broma en el tren mientras que ella misma estaba haciendo bromas. Algo irónico, si. Intentó alertar al resto de sus compañeros, pero nadie la oía debido a las bromas que estaba haciendo en el tren. Y dicen que los Muggles son desconfiados. Le avisó a todos excepto a una niña castaña, bastante tímida a su parecer. Pero, ¿qué perdía con intentar? Susan dudó si hacerle caso o no por la misma razón que los demás.

-Haz lo que quieras, yo sólo quería decirte que nada bueno va a pasar si entras por esa puerta. No se qué es, exactamente, pero sé que no es nada bueno- se encogió de hombros la pelirroja restándole importancia, de todas formas casi todos la habían tratado de loca, así que, una más no haría daño.

Abrieron las puertas y entraron. Claro que, la pelirroja y, para sorpresa de la primera, la castaña fueron las únicas que no entraron.

Una vez que creyeron que todo había pasado entraron por la gigantesca puerta encontrándose con la madre del caos. Todos los que pasaron por la puerta, incluida la profesora McGonagall, estaban totalmente cubiertos por pintura rosa chillón.

La pequeña pelirroja oji-verde comenzó a caminar hacia el frente con la cabeza en alto y una sonrisa entre socarrona, arrogante y seductora, mientras que Susan caminaba detrás de ella con la cabeza gacha a causa de la vergüenza.

-Hey, no tienes de que avergonzarte, somos geniales. Somos las únicas que sobrevivimos a eso- dijo mientras se volteaba y señalaba a los que estaban pintados. Rió contagiando a su acompañante- Parecen chicles gigantes- volvió a reír.

- Pero fue gracias a ti. Yo no lo habría sabido si no me lo hubieses advertido-

-¿Y qué con eso? Al diablo. Ambas somos geniales, si no me hubieses creído estarías ahí- volvió a señalar a los niños chicle- Aún no se tu nombre-

-Oh, soy Susan Adeline Longbottom- extendió su mano para presentarse.

-Un gusto- estrecho la mano de la chica.

-Y tu, ¿cómo te llamas?-

-Yo soy la grandiosa, hermosa, insensible, poderosa y humilde Isabella Diana Amelia Potter- se presentó provocando un leve asombro por parte de su nueva amiga debido a su gran nombre y descripción- pero dime futura mejor amiga- sonrió bromeando.

La profesora McGonagall se para de donde estaba sentada y se acerca a mi. Rayos, necesito a Isa. ¿Cómo demonios llegué aquí? Eso no importa, lo importante aquí es; ¿qué le diré a McGonagall? ¡No! Eso tampoco importa, lo más importante aquí es; ¿dónde está mi amiga? 

Isabella's P.o.V.

Siento como el viento choca con mi cuerpo. Al parecer estoy cayendo. ¿Acaso la jodida explosión me hizo salir por la ventana de mi habitación o que? Abro los ojos y me giro viendo dos escobas. Uno es, claramente, mi hermano menor; Harry, sin embargo no logro reconocer al otro sujeto. Ambos se detienen al verme caer y, con rapidez, vienen hacia mi. El único inconveniente con eso es que no van a llegar a tiempo; mi caída es bastante acelerada para que me alcancen antes de que yo alcance el suelo. Por lo tanto, saco mi varita conjurando un hechizo, logrando que mi cuerpo se detenga a unos cinco centímetros del suelo por un momento. Suelto el aire contenido para, luego, terminar de caer de cara al césped. Unos segundos mas tarde siento unas pisadas que se acercan y unos gritos de algún maniático. 

Nada es imposible para una Potter - Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora