pecado endemoniado

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La pausa de la conversación fue incomoda y para más de uno completamente innecesaria.

Ichigo no dejaba de mandar miradas acusadoras directamente a Toshiro. No tenía razón para ocultar algo que para más de uno era obvio y para muchos era lago comprensible- Al menos para Byakuya- Karin estaba más que distraída en la computadora. Observaba como el programa de comunicación estaba cargando.

La paciencia le estaba jugando una mala pasada. Sentía la presión a su espalda entre su hermano y su compañero peli-blanco.

Quería mandarlo todo a la mierda y largarse de allí, emprender el viaje que iniciaría en al menos una hora a la base de Xcution.

Después de la discusión que hubo entre los integrantes del grupo por su supuesta relación con Toshiro, Shihiro le informo que habían logrado encontrar el paradero de la base. Todo gracias al líquido en los insectos. Si estos recibían la señal y la volvían a recrear, significaba que de alguna manera, también podía guiarlos a su ubicación. Era algo acelerado, pero, debían acabar con eso antes de cualquier otra cosa.

Por eso estaba allí, nada más...

La chica volvió en si en el momento en que la maquina género unos pitidos, en aviso a que se había hecho contacto.

-Todos, posiciónense, no quiero desorden en la conversación.-

Nadie reprocho nada, pues la muchacha ya estaba li suficientemente mal como para generar temor a los que estaban a su alrededor.

La tela blanca ubicada en la pared, con la ideología de funcionar como pantalla para el video-bin se cubrió por el color azuloso de la pantalla mostrada en el computador. Después de un rato, el negro reino en la pantalla.

-¿Hola?, no veo nada...- Yukio hablo, con su tono tan característico, demostrando lo feliz que estaba por tener esa conversación _Nótese el sarcasmo_

-Está cargando- Respondió Karin a secas.

Después de unos cuantos segundos, la imagen mostro al rubio, con el cabello corto y un uniforme negro bastante simplón, al menos eso ignorando que sus brazos estaban atados al puro estilo de un saco de fuerza.

-Valla, es un gusto saludarte, preciosa- Una sonrisa socarrona ocupo su rostro.

-No digo lo mismo, solo mírate. Pasaste de ser un niño rico y mimado a estar vestido como delincuente, aprisionado en una cárcel subterránea-

-Detalles irrelevantes, supongo. Ahora tomate tú tiempo. No tengo muchas ganas de regresar a mi celda ¿Sabes?-

-Me lo imagino, bien, cuéntame todo lo que sepas.-

-¿Y si no quiero?-

-Si no quieres, mi querido amigo que está parado detrás de esa puerta de vidrio antirreflejo te dará una descarga eléctrica en cuanto yo de la orden, ¿Verdad que si Oswald?-

Al pobre se le empalideció la cara, cuando un tipo alto, de cabello rubio y facciones remarcas, salió tras de la puerta con una manguera eléctrica en sus manos. El tipo daba miedo con solo ver sus ojos tan remarcados por los músculos de su cara...Bueno, de hecho todos sus músculos.

Con todas las características de boxeador profesional, el hombre dio una mirada a la cámara, asintiendo lentamente.

-Gracias por confirmar tu presencia, por favor, vuelve a tu posición.- Karin no dudo en darle una sonrisa pequeña.

El hombre se retiró con paso pesado, tal como había ingresado. Cerró la puerta y luego de un rato, encendió la luz de la otra habitación, mirando a Yukio por la ventana, haciéndole señas con sus dedos de sus ojos a él, advirtiéndole que le estaría vigilando.

Guerra a contratiempo (Hitsukarin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora