;005;

940 127 4
                                        


Jennie contó hasta tres suavemente y quitó sus manos de los rostros de los hombres, JiMin miraba su reflejo con una sonrisa tocándose el cabello con pura suavidad admirando su nuevo y oscuro color. Sabía que su novio estaría más que sorprendido por su reciente cambio, no podía esperar para mostrarselo cuando éste lo viniera a buscar dentro de unas horas.

El ahora rubio sólo miraba con sorpresa lo que ahora era su nuevo color de cabello, su boca formaba una perfecta "O" mientras se acariciaba las hebras rubias. Cuando sus finos dedos terminaron de recorrer su cabello, una sonrisa se formó en sus labios, una sonrisa que ahora marcaba un antes y un después en su vida.

No paso mucho para que JiMin le de uno de sus ahora famosos abrazos de Koala al mayor por la felicidad del momento, aunque ésta fue la primera vez que Jin correspondió con aún más fuerza el abrazo y seguro no sería la última, presentía que en el día vendrían más abrazos.

Al deshacer aquél conmovedor abrazo, JiMin vio que Jennie seguía ahí y sólo pudo darle un beso en la mejilla como agradecimiento. Aunque algo en la mente del ahora peli negro no cuadraba ¿Por qué aún no los habían llevado a la sección de belleza facial? Sus cejas se fruncieron tratando de sacar una solución.

La castaña notó como JiMin examinaba el salón con una mirada de confusión mientras parecía que buscaba algo que le faltaba o a alguien que debería estar ahí.

─Si buscas a JiSoo, ella está muy enferma, le dijimos que se quede en casa por hoy y talvez por mañana ¿Acaso no notaste cómo Rosé estaba tan necesitada de amor?─Recalcó la pregunta como si fuera algo obvio para el ahora peli negro.

Jin se detuvo un minuto ¿Acaso todas las que trabajaban ahí eran parejas entre ellas? Hasta se puso a pensar "¿Sí yo trabajo aquí tendrán que contratar a otro chico sólo para que sea mí pareja?" Aunque ante aquél pensamiento negó con la cabeza mientras sonreía.

─Bueno, no importa. Jin-hyung y yo igual tenemos una cosa más que hacer. Así no podemos retrasarnos ¿Verdad, hyung?─Sonrió y le tomó la mano al recién nombrado, quien sólo logró ascentir mientras que con la otra mano saludaba a Jennie─¡Adiós, Jennie!─Y sin esperar más, ambos salieron del salón.

Caminaron lo que para Jin fueron cientas y cientas de calles, pero en realidad fueron unas once o doce calles que según JiMin "son pocas". Al llegar, totalmente exaustos, el aliento les volvió al admirar el gran centro comercial que había frente a ellos. Jin pudo jurar ver mas de treinta tiendas, sabía que iban a estar así hasta la tarde.

Y así fue, estuvieron de tienda en tienda, comprando como mínimo un producto en cada una. El paseo se basó en diversos look's para el rubio y la compra de algunas prendas para el peli-negro, luego un ligero almuerzo para "tener fuerzas para seguir comprando" según JiMin y luego... ¡Más compras!

[...]

Las horas que estuvieron se basaron en "Jin, pruébate ésto", "Jin, éso no te queda bien, quitátelo", "JiMin, ésto no funciona", "Shh, calla y obedece", "Si no estuviera con YoonGi no perdería la oportunidad contigo ¡Te ves grandioso!", entre otros más.

Pero al final, llegaron a la salida del Centro Comercial; esperaban a que cierto chico pálido los recoja y de una vez por todas llegar al apartamento en donde, según YoonGi, "debían dejar las millones de prendas que compraron".

Porque a YoonGi le dolía, no sabía cuanto habían gastado su novio y su mejor amigo, pero sabía que debía hacer horas extra por el resto del año para recuperar cada centavo que los chicos habían gastado en ropa y comida.

Pero que gran sorpresa se llevó al ver el nuevo tinte en la cabellera de su novio, su boca soltaban incontables "wow", mientras su mente procesaba ver a la cosa más tierna del mundo con un tinte del mejor color del mundo.

[...]

Actualmente, eran las seis de la tarde y por el aspecto del cielo se venía una tormenta, tres muchachos caminaban entre charlas y risas cargando apróximadamente siete u ocho bolsas cada uno, aunque en realidad el más palido cargaba entre trece o catorce, pero no se podía quejar, él sabía que al final haría todo éso.

Llegaron al apartamento después de unos diez minutos de caminar, apenas entraron dejaron todo tirado por ahí, no les importaba a ninguno el doblar las prendas; en parte JiMin odiaba doblar ropa, YoonGi aún tenía sueño y su especialidad no eran las tareas domésticas; mientras que Jin, bueno, era su apartamento, podía hacer lo que el quisiera.

─Jin-hyung─El nombrado miró al más bajo─Mí trabajo aquí ya acabó, creo que es hora de irme, no creo poder ayudarte más de lo que ya hice.

─No te preocupes, ahora te aseguro que estoy mucho mejor, gracias Jimin-ah─El rubio sonrió luego de tanto tiempo ocultando la triste mueca que tuvo los últimos días.

─Si, si. Como sea─Comenzó a hablar el pálido─Jin se ama, JiMin ama a Jin por amarse y yo amo a JiMin porque la vida lo quiso así, ahora si me disculpan─ Y dicho ésto abrazó a su novio por la cintura llevándolo hacia la puerta─Tengo otras cosas más importantes que hacer en éste momento─Luego abrió la puerta y salió del apartamento sin que su novio pudiera quejarse al respecto.

─Suga, nunca cambias─Exclamó entre risas mientras veía como la pareja se retiraba.

Sonreía viendo al menor patalaear por querer caminar por su cuenta, mientras el contrario lo abrazaba con fuerza ignorando sus gritos y de vez en cuando robándole un beso para que se calle.

Ver la pareja lo animaba en demasía, le causaba ternura lo mucho que el par podía llegar a amarse, sabía que tanto JiMin como YoonGi eran capaces de dar todo el uno por el otro y éso era algo que, estando con NamJoon, no le afectaba; aunque ahora... Era complicado.

Cerró la puerta dejando escapar un suspiro mientras se deslizaba apoyándose en ésta, terminó sentándose en el piso dejando escapar otro suspiro en evidencia de su notorio cansancio ¿Así era el proceso para olvidar a alguien? ¿Sentirte bien estando con alguna compañía amistosa y cuando ésta se valla empiezes a recordar a tú antiguo amor?

Ahora que ninguna otra alma parecía encontrarse junto con él en su apartamento, decidió no llorar, decidió aprovechar su soledad de una manera positiva. Sin pensarlo dos veces, se levantó de su lugar y se encaminó hasta la cocina, empezó a poner agua calentar para prepararse un café; se venía pronto la lluvia y para el rubio no había nada mejor que beber algo caliente mientras admiraba las gotas caer desde su ventana.

Y así fue, preparó su café, caminó hasta la ventana, se acomodó abrazando una almohada, apoyó su cabeza en la ventana esperando aunque sea la más mínima gota... Y nada. No ocurría nada, no caía la lluvia, no se oían relámpagos, las calles vacías no se inundaban y la poca gente que había caminaba con tranquilidad porque aún no caía agua del cielo.

Empezó a mirar a la gente, ¿Cómo ésta estaba tan tranquila si se venía un diluvio?

"Ojalá yo fuera así" pensó.

Ojalá el fuera despreocupado, ojalá el pudiera tomar la vida con calma y que una simple lluvia le arruine el día. Pero no, el debía vivir con inseguridades, no podía dejar pasar las cosas y ya.

"NamJoon es como la lluvia" volvió a pensar mientras escuchaba como las pocas gotas chocaban suavemente contra su ventana.

Y era verdad, existe gente que sufre a causa de la lluvia, gente que se queda inmobil esperando solamente que las gotas de agua dejen de caer, gente como SeokJin, que siente que la lluvia podría ser algo eterno e insuperable.

| E P I P H A N Y | [NamJin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora