El verano apenas comienza para Dave, el piensa que tendrá unas vacaciones normales trabajando en el local de su amigo.
Pero la llegada de un chico a su mostrador hará que su vida sentimental cambie por completo.
¿Se atreverá a dar todo por mas que...
Era la mañana del primer día del verano, el viento soplaba y el sol estaba saliendo, yo me dirigía a lo que sería mi trabajo durante este mes de vacaciones. Se trataba de un puesto de helados que estaba a la orilla de la playa. "Helados Fugases" era el nombre del lugar; para ser realistas Costa luna es un lugar muy turístico por su gran vegetación y sus hermosas playas de aguas cristalinas.
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Por ello y por la temperatura que es bastante alta aquí, a este puesto de helados le iba muy bien vendiendo. Me propuse a trabajar en las vacaciones después de que mi padre nos abandonó a mi mamá y a mi, lo hizo después de que le dije que era gay. El simplemente dijo "no puedo con la vergüenza de tener un hijo al que le gusten los hombres" y se fue. Al principio me sentía muy mal por haber hecho que mi padre se separara de mi mamá, pero ella me dijo que me apoyaría en todo y que no importaba si mi padre no estaba por qué ella y yo saldríamos adelante juntos. Mis papás se divorciaron hace un año y desde entonces mi mamá a trabajado mucho en enseñarle a los niños de la primaria de costa luna el lugar donde vivimos. Y yo le ayudo consiguiendo trabajo cada que puedo. Cuando llegue a la Heladería salude a lo que podría decir que sería mi jefe y dueño del local. Era mi mejor amigo Esteban; el local lo había hecho su papá, pero se lo había dado a él como regalo en su último cumpleaños. si, ellos tienen bastante dinero. - Buenos días jefe. Le dije con un tono serio y la mano puesta al costado de mi cabeza como un militar. - Hola Dave, llegas temprano. Me dijo sorprendido. - claro mi turno es el de la mañana o acaso lo olvidaste? Le pregunté. - Claro que no, pero un segundo, por qué no te di el turno de la tarde. Me cuestiono el. - Fácil. Por qué si tuviera ese turno, no haríamos estupideces por las tardes como siempre. Le respondí con una sonrisa. - Y si tuvieras ese turno, no tendríamos tiempo para ensayar la coreografía para el concurso de baile. - El concurso! Exclamé sorprendido. - Como pude olvidarlo. El concurso al que Esteban se refería era uno que se hacía anualmente aquí en costa luna en las vacaciones. Se trataba de grupos que presentaban su coreografía y el ganador ganaba 10 mil pesos, o al menos ese fue el premio del primer lugar hace un año. - Este año tenemos que ganarlo amigo. Así que prepárate por qué en estos días empezaremos los ensayos con los demás chicos. Pero bueno te dejo por que tengo cosas que hacer, cuida este local Dave, cuídalo como a tu vida. Me dijo mi buen amigo con un tono autoritario pero normal para ser el. - Entonces no esperes encontrarlo en pie cuando regreses. Le dije riéndome a carcajadas. El se volteo y me miro seriamente. -tranquilo yo lo cuido. Le dije con mucha tranquilidad. El sonrío y salió del local.
Puse música en la bocina que estaba en el local. La coloqué en modo aleatorio y empezó a soñar la canción de Traicionera de Sebastián Yatra. No se por que me recordó a todo lo que había pasado en mi vida desde que salí del closet; mi papá nos abandonó y se divorció de mi mamá, odiaba admitirlo pero la verdad me dolió mucho que el me rechazara, que dijera que le doy pena y mas cosas hirientes para mi. También perdí amigos, pero creo que en esa cuestión fue una depuración de amistades que no necesitaba en mi vida. Estaba pensando en eso cuando alguien entró al local. Levante la mirada y tome la compostura, era una pequeña niña de 7 o 8 años, de piel clara, cabello castaño y rizado. Tenía ojos verdes y tenía puesto un vestido rosa con mayas blancas y zapatos negros. Todo se veía costoso y de buena calidad. - ¿En que te puedo ayudar pequeña? Le pregunté amablemente. Ella me miro desafiante y me pregunto: - ¿ Por que el nombre de Helados fugases? - podría decirse que por qué se entregan muy rápido y hacen que lo comas muy rápido y por supuesto que quieras más. Respondí muy seguro. Y es que era masomenos cierto lo que le dije, o bueno eso es lo que Esteban me pidió que dijera cuando me preguntaran por el nombre; que pasaba muy seguido según el. - Bueno, quiero probarlo; de qué sabores hay? - preguntó la niña. - Bueno, tenemos de nuez, chicle, fresa, pistache ... A cada sabor que mencionaba a ella no la convencía y siempre movía la cabeza como un no rotundo. - Bueno, veo que eres difícil de convencer, me gusta. Le dije. - Que te parece si te hago uno que es una combinación de todos los sabores de los colores del arcoíris? Cuando termine mi oración a la niña le pareció interesar el trato. - por que ese no está en el menú? Pregunto ella. -Por que es algo que solo hago para mis amigos y para mi. Pero viendo que eres muy difícil y que necesito una aprobación de un cliente; lo haré para ti. -Esta bien. Respondió ella con una sonrisa en los labios. Yo no perdí el tiempo y empecé a montar los colores de helado en el cono. Era cierto que solo lo hacía para mis amigos y para mi, Esteban me presto el local para practicar unos días antes de hoy. El padre de el pensaba que si lo poníamos a la venta perderíamos nosotros, yo le propuse que lo podíamos vender a un costo mayor pero dijo que lo pensaría. Curiosamente eso pasó hace una semana. Suficiente tiempo para perfeccionar esta creación. Me demoré al rededor de 4 minutos haciéndolo cuando termine le puse una servilleta al cono y se lo entregue a la niña. -Aqui tienes pequeña. No olvides que me tienes que decir lo que piensas sobre el helado. Ella empezó a probar el primer color que era el amarillo con sabor a mango, luego el naranja con sabor a la misma frita y así sucesivamente. Termino de probar todos los sabores. - A mi me parece que es bastante... No pudo terminar por qué un - Sofia! Aquí estás! Proveniente de la entrada del local la interrumpió.
