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—¿Estás listo? —preguntó, sosteniendo en cada mano un cable y su respectivo interruptor.
—Hazlo.
Las luces tricolores iluminaron de pies a cabeza el pequeño árbol de Navidad que Eddie había comprado días atrás. Ni si quiera había pensado en comprar uno hasta que Venom lo convenció de hacerlo. Su curiosidad por saber de qué trataba esta festividad le parecía adorable. Además, era la primera que celebraba durante su estadía en la Tierra, por lo tanto, se esforzó para que todo saliera lo mejor posible.
—Es hermoso, Eddie.
Sus grandes ojos blancos estaban atraídos por el fulgor de las luces que cambiaban de color rápidamente y se reflejaban en su figura sin forma. Todo esto era nuevo, tan extraño, pero le gustaba, y al parecer a gran parte de la humanidad también. Aunque Eddie no estaba tan interesado al principio, ahora parecía estar muy contento de ver toda esta ''aura'' navideña rodeándolo.
El reducido departamento estaba repleto de adornos que lo hacían lucir más acogedor que de costumbre. Guirnaldas de pino rodeaban las ventanas y el balcón, mientras unas cuantas calcetas rojas descansaban en la entrada, cerca de la puerta principal. El entusiasmo de Eddie por mostrarle lo que era esta celebración era tanto que hasta tenía puesto su gran suéter rojo con líneas blancas y verdes, y con uno que otro copo de nieve bordado en él. Prometió deshacerse de esa horrible prenda algún día, pero en verdad era de ayuda para entrar en el espíritu navideño.
—¡Y todavía te falta ver la nieve! —gritó desde la cocina, de donde empezó a emanar un olor dulce que terminó por invadir toda la sala de estar.
Venom escuchó unas suaves pisadas detrás suyo que venían acercándose, acompañado de ese aroma que ya lo estaba volviendo loco. Hasta que la cálida mano de Eddie se posó sobre su cabeza sin aviso, haciéndole mimos. Le encantaba sentir sus dedos rascando ligeramente su cuerpo con tanta ternura, como acostumbraba hacer con cualquier perro de la calle cada vez que salían.
—Tu favorito... —depositó una taza de chocolate caliente a su lado— Pero con un toque especial.
De inmediato se acercó a echar una mirada dentro del recipiente y vio unos cuantos malvaviscos flotando en él con una fina capa de canela que los cubría. Ese olor tan delicioso a chocolate mezclado con la intensa canela impregnaron sus minúsculas fosas nasales, dejándolo casi atontado. Y sin poder resistirse un segundo más, empezó a devorar las blandas golosinas, mientras bebía todo el contenido del gran tazón a pesar de lo caliente que estaba.
—Hey, tranquilo —le miró divertido. Le costaba creer que después de haber devorado una bolsa entera de papas fritas seguía teniendo un hambre voraz—. Nadie te lo va a quitar, no tienes por qué comer tan rápido.
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one-shots symbrock ✧
Conto❛ Historias cortas del perdedor número #1 del mundo y... Bueno, el perdedor número #1 del universo. ❜ (✦)﹕ Mucho fluff, momentos soft y uno que otro smut entre medio. (✦)﹕ Los personajes de esta historia pertenecen a Marvel y a sus respectivos crea...