Todo era perfecto en la vida entre Ash y Eiji, todo el imperio de Dino había sido acabado, sus aliados muertos, ya no había conexiones a la destruida institución, el Banana Fish había sido destruido, incluyendo toda información sobre ello, o al menos eso creía, pese a eso, comenzó un gran aumento de venta de drogas ilegales al igual que el crear nuevas igual o más peligrosas que dicha sustancia mencionada. Ya habiendo pasado por todo ello, Ash decidió alejarse de todo ello, comenzar de nuevo, dejando a Alex como el nuevo líder de la pandilla, enseñándole todo lo que sabía; estaba listo para irse hasta que ocurrió un evento desafortunado, había sido apuñalado por Lao, el hermano mayor de Sing, este tampoco se salió con las suyas, al haberle hecho daño a Ash, el susodicho le dio un tiro que terminó por matarlo de inmediato.
El rubio estaba extremadamente herido como para seguir de pie, no quería morir, estaba por empezar una nueva vida en Japón con el amor de su vida, ya tenían todo listo, Eiji compró su propio estudio de fotografía que pronto se pondría a funcionar, Ash estaba por ejercer como profesor de inglés por su idioma nativo, mas al parecer aquello último no podría realizarse. No tenía muchas fuerzas para seguir, lo único que tenía cerca era su fiel amiga la biblioteca pública, el único lugar donde se sentía a salvo, tranquilo, rodeado de paz y silencio; entró a duras penas, sus energías se iban drenando más y más, sentía como la sangre iba abandonando su cuerpo, el frío estaba apoderándose de su cuerpo, tomó asiento en su lugar predilecto, abrió nuevamente la carta que le había dado su amado para continuar leyéndola, sin embargo, no pudo llegar a las líneas finales, donde allí se le revelaba una gran noticia que les cambiaría la vida a ambos, había caído inconsciente en la mesa, nadie se había percatado de eso, ni siquiera la bibliotecaria quien intentó despertarlo. Pasó al rededor de hora y media hasta que un joven se dio cuenta del líquido carmesí que manchaba el suelo, eso lo alertó demasiado que no tardó en llamar a la ambulancia.
Por otro lado, el japones esperaba ansioso en el aeropuerto por su amado, sin embargo notaba que llevaba al rededor de casi dos horas de retraso, sabía que ello no era propio del de ojos jade, siempre que planeaba algo, se realizaba en tiempo y forma, cosa que esto no vendría a ser la excepción, el viaje, junto a nuevo comienzo en el país asiático del sol naciente, ya se había planeado desde mucho tiempo, incluso Eiji se impresionó ante el rápido progreso del neoyorkino al hablar japones que ya hablaba como uno nativo. Eiji no podía más, quería que llegara de inmediato, pero el retraso hizo que se viera obligado a abordar el avión sin la compañía de su pareja, algo dentro de él le decía que algo malo había ocurrido.
Antes de que el avión despegara, su teléfono celular comenzó a sonar, revisó la pantalla para ver de quien se trataba, pero era un número privado, no sabía si atender o no, mas la curiosidad pudo y atendió.
-Ash, estaba esperando tu llamada, ¿Qué... -.
-¿Usted es Eiji Okumura? -.
-S...Sí - de alguna manera esa pregunta no le gustaba para nada -.
-Le llamo para darl.... u...n...ci... -.
-¿Hola?, ¿¡SIgue ahí!?, ¡Hable por favor! -.
-Señor tiene que apagar su dispositivo celular, estamos por despegar - le anuncia la azafata-.
-C...Claro - desconcertado y preocupado guardo su celular apagado en su bolsillo-.
-¿Pasa algo Eiji?, no veo a Ash - habló Ibe viendo el rostro preocupado de su asistente-.
-Me llamó alguien desde el celular de Ash, sonaba como a la de un oficial, pero... La conexión se cortó y no tuve la oportunidad de saber que ocurrió, tengo miedo Ibe-san, ¿Y se le ocurrió algo?-.
-No te preocupes Eiji, es Ash de quien estamos hablando, estoy seguro de que está bien y vendrá pronto, confía en él, a demás seguro debe estar feliz de saber que será padre en unos meses -.
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Wolf & Sheep
FanfictionÉl es un lobo y él una oveja... Violencia e inocencia, mas la oveja nunca le tuvo miedo, aceptó su forma de ser, se enamoró de él... Pero se lo arrebataron, de una manera cruel. Aún así jamás pensó que eso fuese cierto y que algún día volvería y qu...