•~° Solo queremos un heredero. °~•

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Mi nombre es Cony, tengo 14 años y hoy me encargare de darles a conocer mi historia, una historia que realmente no vale la pena leer, puedes retirarte si así lo deseas y si no, quedate y presta atención que yo no repito.

Mi madre, una mujer de la que no puedo estar orgullosa. Creció en la pobreza y humildad, a pesar de esto siempre creyó que su lugar estaba en la clase alta y que su poder solo estaba tardando en llegar. Una personalidad envidiosa, orgullosa y sin una simple pisca de honestidad ¿Realmente era humana? Tal vez si.

Mi padre, un hombre fácil de manipular, si tan solo fuera mas fuerte no habría pasado nada de esto. Un hombre lleno de riqueza debido a la gran empresa que sus padres le han heredado, de un físico realmente hermoso y una personalidad que combina con su aspecto, siempre amable y humilde. Cayó en el embrujo de mi madre.

Mis padres se conocieron en un bar, en ese lugar mi madre iba frecuentemente a buscar algún hombre del cual aprovecharse pero ese día encontró a un hombre mas allá de lo que ella siempre encontraba, en toda la noche no paro de intentar conquistarlo, el era realmente manipulable y con el mínimo esfuerzo logro llevarlo a la cama.

Cuando ella supo de su embarazo, estaba realmente feliz, su plan había resultado.

Buscó a mi padre por cada rincón de la ciudad y cuando lo encontró, entre lágrimas falsas le reclamó de su embarazo, incluso le amenazo con abortar cosa a la que el se nego y ofreció a casarse con ella y además hacerse cargo del bebé que yacía en su vientre.

Ninguno se amaba pero aun así era algo a lo que ninguno podría negarse.

- ¡Felicidades, es una niña! -

El día que nací, mi madre ni siquiera quiso cargarme, mi padre fue el primero y el único de mis padres que me cargo y se hizo cargo de mis cuidados, a mi madre solo le importaba usar las ropas mas caras y a mi padre sin embargo solo le importaba su princesa, hacerla feliz y que siempre tuviera las mejores cosas.

Mi padre me enseño a hablar, caminar, escribir, leer, sumar, restar, multiplicar, etc. Era realmente cariñoso conmigo y los regalos nunca hacían falta.

Mi madre era una maldita zorra, sólo se encargaba de usar el dinero se mi padre en las cosas mas inútiles, comida cara, ropa de marca que ni siquiera usaba, zapatos, bolsos y operaciones, si soy sincera después de cada operación se veía peor.

Al menos yo heredé la hermosa personalidad de mi padre.

Durante los bailes de gala yo era la que bailaba con mi padre, no sabia bailar y era un poco incomodo por mi estatura de niña de 5 años pero aun así siempre nos divertíamos, en cada vuelta veía la cara de mi madre observándonos enojada por que mi padre me había sacado a mi y no a ella.

Mi padre siempre me arropaba en la noche con un cálido beso en la frente, dos besos en cada mejilla, un cuento y una frase de buenas noches.

Yo era muy feliz solo con mi padre, incluso a veces olvidaba el hecho de que mi mama existía, también hacia otros niños yo negaba la existencia de mi mamá y decía que por mi parte solo tenia a mi padre pero que era el mejor padre que cualquiera podría desear.

Durante mis primeros días de preescolar, solían burlarse mucho de mi debido a que mi madre solía encontrarse mucho en bares o ofreciendo su cuerpo, solo por diversión ya que realmente ella no necesitaba dinero. Yo le contaba todo a mi padre, recuerdo haberle dicho muchas veces que la dejara pero siempre era lo mismo...

- Papa, en la escuela se han vuelto a burlar de mi. — Dije mientras dejaba mi mochila en el sofá y volteaba a ver a mi padre preparando café.

- ¿Por tu madre? — Dijo sin voltear a verme.

- Sii, esta vez dicen que se beso con el señor Louis. — Dije de una manera fuerte, quería que mi padre dejara a mi madre. A pesar de ser tan pequeña (5 años) comprendía esta situación.

- Hija... Te juro que lo e intentado pero ella siempre me amenaza con quitarte de mi lado. — Dijo sirviendo su café en una pequeña taza con un estampado navideño. — Yo no soy nada sin ti y lo sabes... — El café comenzaba a desbordarse de la taza, el estaba pensando demasiado en esto. - No seria nada..

- ¡Papa! ¡El café! — Dije algo preocupaba ante la manera de reaccionar de mi padre.

- ¡Oh! Diablos, ahora necesitó un baño. — Dijo riendo de una manera apagada, incluso podía sentir como estaba conteniendo sus ganas de llorar.

- Papa... — Me sentía tan culpable, rodó esto había pasado por que le había exigido eso.

¿Le había exigido? Un escalofrío recorrió mi delgado y frío cuerpo en un instante, tenia miedo de estar volviendome como mi madre, yo no quería ser igual a esa peste.

- Cony, promete no volver a hablar de esto. — Podia ver como apretaba su taza de una manera molesta.

- ¡Pero papá, es por tu bien! — Fui callada por un golpe en la mesa por parte de mi padre.

- Ya lo he dicho, niña. — Dijo con una voz gruesa, en una forma de regaño. El nunca me había hablado así.

- Esta bien, lo prometo. -

Nunca volví a hablar con el sobre el divorcio.

Ahora mas que nunca, odiaba a mi madre.

Estaba haciendo sufrir a mi padre, yo podía aguantar todo lo que me dijeran en la escuela pero realmente me repugnaba el hecho de que estuviera haciendo sufrir a mi padre de esa manera.

Saber que esa seria la única y mejor respuesta que recibiría me llenaba de miedo, quería solucionar esto pero apenas era una cría, no podría hacer nada.

No puedo hacer nada.

No sirvo para nada.

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\\ Nueva historia!
Espero les guste ya que es todo por hoy!
Hasta el próximo capítulo!
Bai~

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