~• No soy normal •~

-. Una historia de buenas noches .-

Comencé a tolerar esas burlas de parte de mis compañeros, después de todo yo no podria acusarme mas, había prometido no volver a hablar de esto con mi padre aunque significara refundirme en mi dolor sin mas. 

Debido a todo esto, necesite encontrar algo que me mantuviera entretenida, para eso busque en cientos de juegos aunque todos me eran completamente tontos y fáciles, busque en redes sociales pero realmente no tenia nadie con quien hablar, busque aprender a tocar algún instrumentos, aprendí a tocar el arpa rápidamente y pensé "Si es así de fácil, no me va a entretener" fue ahí cuando me refugie en el estudio, siempre había mas por aprender y eso al menos me entretendría unos años ademas de que también con el tiempo lograría beneficiarme.

Yo no tenia muchos amigos, era muy tonta haciendo amigos, cuando alguien quería conocerme mejor yo solía tener muchas dudas en mi mente debido a si esa persona solo buscaba mi confianza para tarde o temprano aprovecharse de mi, eso hacia que yo tartamudeara mucho y ademas el ponerme muy nerviosa hasta el punto de pasar por ciertos escalofríos. 
Esto comenzó a empeorar cuando cumplí los 8 años, debido a que mis maestros comenzaron a notar que yo era muy antisocial y ademas de que solía sufrir un poco de acoso escolar, eso se notaba ya que mi pupitre siempre estaba forrado por insultos o dibujos perturbadores. Esto provoco que mis padres fueran citados a la escuela, en resumen solo mi padre llego ademas de que le ofrecieron el que yo entrara a unas clases especiales para la integración social al grupo, cosa que sin mi consentimiento el acepto. 

Ese mismo día, mientras cenábamos mi padre me dio la horrenda noticia.

- Hija, vas a participar en clases especiales para la integración social. —  El hablo en un tono bastante tranquilo, mi madre solo siguió comiendo mientras miraba detenidamente su celular.

- ¿Que? Yo no e decidido eso, no quiero ir a esas clases. —  Me altere bastante, ese tipo de clases especiales se trataban de hablar sobre tus problemas frente a un maestro y un grupo de inadaptados como tu, yo no quería ir a ese lugar.

- Tu no pero yo si, iras quieras o no.  — Lo dijo en un tono seco y demandante, me lo estaba exigiendo. 

- No iré. — Me levante golpeando la mesa con ambas manos cosa por la que mi madre solo miro un poco hacia mi y luego volvió a ver su celular. — No iré!

- Iras quieras o no, es por tu bien. — Dijo alzando la mirada mientras que se mostraba bastante enojado.

- Ya estoy llena. — Me retire de la mesa sin decir nada mas, procedí a ir a mi cuarto y recostarme mientras que comenzaba a llorar. — Yo no necesito esas clases. 

No paso mucho para escuchar algunos pasos subiendo las escaleras hacia mi cuarto de una manera lenta, era mi padre que venia a pedir disculpas por haberme gritado. 
Cuando entro a mi habitación se sentó en una esquina de la cama mientras yo fingía estar dormida sin mas. 

El comenzaba a hablarme pero yo no tenia ninguna intención de prestarle atención que termine sin comprender nada de lo que el me había dicho.

-No quiero hablar contigo, vete. — Dije de una manera seca mientras que me movía acorrucandome mas en mis cobijas.

-Al menos déjame contarte tu cuento de buenas noches. — Dijo en un tono apagado, realmente no vi que el tomara algún libro y eso me hizo voltear. — Es sobre historia...

Y ahí comenzó...

- En el bosque, se cuenta que viven unas criaturas realmente hermosas, todas tienen un poder realmente elevado hacia el de un simple humano, ellos pueden retener información mas fácil que cualquiera, en otras palabras no les es nada difícil aprender. 
Suelen tener la fuerza de dos hombres bien trabajados.
No suelen ser muy sociales a menos que se trate de su propia especia, de no ser así les es muy difícil manejar una conversación.
Posen poderes realmente extraordinarios aunque no todos posen los mismos poderes, suelen desarrollarlos a su tiempo y dependiendo de la capacidad de cada uno.
Algunos posen orejas y colas de animales y otros posen alas y orejas como de elfo, se les a dado en nombre de Kemono a los de apariencia animal y Ángel a los que posen alas.
En su raza solo hay muy pocos pero aun así son realmente poderosos, cosa que les asusto a los humanos, ellos pensaban que si se les dejaba convivir aquí tarde o temprano se reproducirían lo suficiente para retarlos y podrían perder la vida, ellos no querían eso así que optaron por retar a los pocos de esta especie a una guerra, guerra que en resumen fue una de las mas violentas y extrañas de toda la historia pero aun así ganada por la raza humana.
Los de esta especie fueron sentenciados a vivir separados de toda la raza humana en un bosque que realmente no es muy lejano a nuestra ciudad.

Dicen que si estas el suficiente tiempo ahí podrás llegar a ver a los ángeles jugar en el cielo y a los kemono correr y trepar arboles. — En su voz se escuchaba realmente la sinceridad, ademas de que al terminar de contarlo se mostró algo decaído o mas bien melancólico, algo me decía que esto era real y que no me trataba de jugar una broma.

- No lo se, necesitaría verlo para creerlo. Papa ¿Puedo visitar ese lugar? — En lo que el contaba toda la historia yo ya me había volteado mirándole de una manera fija y bastante impresionada.

- Claro, mañana después de tus clases especiales te llevare, —  Dijo mientras soltaba una leve carcajada. —  Si tomas completa toda la clase de hoy te llevare pero tendrás que seguir asistiendo. 

- Vaya, que mala condición. —  Dije de una manera bastante decaída e impresionada por su manera de convencerme. —  Acepto.

- Ademas, si consigues un amigo te dejare dejar de asistir. 

- Vaya, que malas condiciones pones. - Dije de una manera tranquila mientras reía un poco. — Ahora largo, debo descansar para mis clases de mañana. 

Mi padre se retiro y yo procedí a dormir imaginándome a aquellas criaturas. 

//Bueno mi querido lector, es todo por hoy,
Nos vemos en el próximo capitulo.
Les quiero

Baaai