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PCF Anne

Miércoles 23/06/25.

*Despertador*

Un nuevo día de desánimo, es irónico que toda mi vida sea así. Tan mala suerte tengo que todo siempre me sale mal. Empezando pienso que es lo correcto, pero a la final todo termina mal.

¡Vamos nuevo día!

Que hoy todo me salga bien, dame el valor para buscarlo y acabar con todo esto.

Con el incómodo ruido del despertador resonando por toda mi habitación, lo aviento contra el suelo. Escuchando como sus restos se dispersan, sin ánimos me levanto de mi cama, me estiro y un largo bostezo se escapa de mis labios.

-¿Hoy es el día Anne?

Me pregunto, hoy tengo que acabar con todo esto.

Sea como sea, ya no puedo vivir con el miedo de si me va a perdonar o no.

Actúe por impulso y por querer lo mejor para una amiga, que hice mal... Estoy consiente, pero a pesar de mi error quiero que el sepa la verdad, y que sin importarme nada también lo amo.

Siempre lo he querido, desde que eramos niños, desde la primera vez que fui a su casa a pedirle sal por culpa de mi madre.

Ese es uno de mis mejores recuerdo, hay varios; pero sin duda ese es el mejor.

FlashBack:

-¡Anny! Necesito que vayas a pedirle a los vecinos un poquito de Sal mi vida.

-¡No mamá! Tengo flojera y estoy viendo la nueva película de Barbie.

-Mi vida, es al ladito... Los Foissard Anny, ve que no podré hacer la cena sin la sal.

-Los... ¿Qué?

-Foissard mi vida.

-¡Ya voy! Déjame vestirme mami.

Fin de FlashBack.

Siempre tenía esa suerte de que mi madre se le olvidaba comprar algo y me mandaba con los Foissard, era la escusa perfecta para ver a Francés.

Teníamos 9 años, yo siempre me sentaba en la mesa de su comedor esperando la dicha Sal, mientras lo veía jugar en su Xbox.

Para su madre era gracioso verme, ella no entendía lo que pasaba por mi cabeza, en ese entonces no teníamos la comunicación que tenemos ahorita.

-Anne aquí tienes la Sal, dile a tu mami que le mando muchos saludos.

-¡Sí! Yo le digo Sr. Foissard, muchas gracias por la sal nuevamente.

Me encantaba ir a verlo, creo que se me notaba, por eso siempre su mamá me invitaba a cenar con ellos.

Mi madre nunca me dio esa oportunidad, por mucho que conocía a la Sr. Foissard no me dejaba quedarme en su casa.

Me río siempre al recordar aquellos momentos, los tengo a cada rato rondando por mi mente, los atesoro tanto como un mendigo protegiendo sus lingotes de oros.

(...)

Me siento estúpida cada vez que digo esa palabra.

Amo

Es la palabra a la cual le he tenido tanto miedo, ni en juego he podido decirla, tal vez porque la tomo tan sagrada.

Creo que es sinceramente por eso, soy tan estúpida en esa parte o... ¿Ustedes lo ven normal?

FRANCÉS• <EDITANDO>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora