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PCM Adelaide

Anne piensa que soy estúpida, es obvio que vino para decirle toda la verdad a mi Francés. Ni muerta permitiré que Anne le cuente la verdad.

¡Mi chico me odiaría!

Él tiene que seguir pensando que soy la mejor opción para él.

Lo amo, lo amo tanto y ahora que lo tengo no lo dejaré.

Anne y yo siempre hemos sido amigas, en un tiempo fuimos hermanas. Yo acabé con eso, desde ya hace mucho tiempo.

¡La odio!

Ella siempre me quitaba la atención de todos, hasta la de mi puta y asquerosa familia. Anne no tiene padres, ellos murieron en un accidente automovilístico y se quedó huérfana. Mis estúpidos padres la rescataron el día del accidente, al verla sola y desprotegida la acogieron, fue desde ese entonces que mis problemas esperaron a llegar.


Flashback:

-¡Anne mi amor! ¡¿Puedes bajar!?

Gritaba mi madre, llamando a la tarada de Anne.

-¡Sí, ya voy!

-¡Ella no es tu mamá!

Chillé en mis adentros, estaba cansada de lidiar con esa tarada. El día que llegó a mi casa, mis padres comenzaron a no me tomarme en cuenta, ahora todo es Anne, Anne esto y Anne lo otro.

¡La odio tanto!

-Adelaide dale ese asiento a tu hermana.

Ordenó mi madre y ruedo mis ojos, ya me quito suficiente como para ahora despojarme de mi lugar en la mesa.

-¡Adelaide es una orden!

-¡Ya déjame en paz! No lo voy a dar mi lugar a esa tarada recién llegada. ¡No!

Mientras mamá me fulminaba con la mirada veía como la tarada bajaba las escaleras para sentarse en las piernas de papá.

No, no, no...

-Tranquila, me voy a sentar con papá.

Siempre haciéndose la inocente, no soporte más la situación y me paré de la mesa para dirigirme a mi habitación.

-¡Adelaide debes comer! No te vas si antes venir a comer con nosotros.

Con lo estúpida que fue ¿Ella realmente piensa que tengo ganas de comer con ellos? Está loca, ni muerta, ni en vida me siento a comer con esa tarada.

-Come con tu querida hija, voy a jugar con Anita mami...

Dije vacilando y fue todo para ver a mi madre explotar.

-¡Vete entonces! Si no quieres comer vete, tu hermana se queda con nosotros, no te necesitamos para comer.

-¡Ella no es mi hermana! Y desde que llegó la han preferido más ella y ya no me sorprende que no te importe si ceno o no con ustedes, adiós.

FRANCÉS• <EDITANDO>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora