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Mérida.

El tiempo es sabio cuando se trata del pasado, ¿es responsable de las cicatrices y las consecuencias de los hombres? Es algo que jamás se podrá decir a la ligera.
Siempre culpamos a una persona por un motivo adicional, como es en el caso de nuestros propios errores y eso amerita grandes desventajas en nuestra persona.

— Mérida ¡¿Por que?! Simplemente hay que regresar — regañaba Elsa — tu padre nos matara si sabe que estamos cerca del muelle.

— No podemos... Aun — hablé — debemos esperar a que ese chico regrese.

— ¡¿Para que?! Para que llegue y diga hay ¡Sirenas! Haga un escandalo y tu solo tengas que borrarle la memoria ¡para que tu padre no te mate antes de que llegues al poder!... — suspiró pesadamente — Pues veras yo no quiero ser testigo y que le diga a mis padres.

— Cobarde... — susurré — no escuchaste lo que dijo hace unos momentos.

— No y no me importa lo que haya dicho — rezongo — lo que quiero es ir con mi madre comer ese hermoso bufett de algas, pescado y claro brochetas de cangrejo que ella ha preparado.

— Pero esto es importante para el — dije tomando de la pulsera antes caída al agua — le perteneció a su madre y es el único recuerdo de ella.

— ¿Y que quieres hacer? — mencionó rendida la joven a mi lado — dársela y decirle se te cayo al agua y... oh! Soy una sirena la encontré y te la traje.

Un momento basto para que mi querida amiga comprensiva me diera su apoyo, realmente esto le daba igual o más bien no le importaba en lo más mínimo.
En mi cabeza resonaban muchas cosas, una ellas las palabras de mis sabios padres "Los humanos son malos" " Son una escoria" " Jamas estés cerca de ellos son peligrosos y crueles" realmente esto no lo era para mi no era cierto, solo basto un momento para saber la verdadera sensibilidad de los humanos cuando vi aquél joven de cabello castaño  mostrado mucha lastima, dolor  al expresarse de su madre perdida y al sentir el sufrimiento que le causaba no poder estar con ella.

¿Acaso eso era de crueles y malos? Pues no creo.

— No! Tampoco pero... — pensé, solo tal vez salir del estanque e ir a ese mundo del cual mi padre nos había prohibido hace tantos siglos... Solo eso — No sería genial poder salir y ver más aya, esto es una buena excusa Elsa.

— Pues para ti — suspiro — Es mala idea ir a un mundo extraño y desconocido como el de arriba, dónde te quieren casar y tener como un trofeo. Mi madre me ha dicho que las ordenes del Rey Fergus deben ser escuchadas y acatadas y  eso mismo  haré ahora — tomo de mi brazo fuertemente provocando entre jalones mi retirada de aquél lugar —  Es hora de irnos Mérida.

— ¡No Elsa! — luche contra ella aunque sabía que era imposible, me sostenía de una gran roca para no ser llevada, pero gran error ella es una de las más fuertes en el mar — Quiero darle esto — mostré la pulsera — Por favor es una buen causa — rogué.

Ella solo rodó los ojos mostrando su fastidió hacia mi,  insignificantemente ella me solo para  ser libre hacía el lugar donde antes nos encontrábamos para poder ir por fin a tierra firme.

— Mamá... Perdoname... Mamá... Perdoname... Mamá... — mencionaba Elsa con notario nerviosismo — Rey Fergus perdona a esta... a esta pecadora de los mares... Por favor.

— Ya calla Elsa — la callo — Tu me ayudaras con esto okey. Iré a ese lugar — señale el gran puente de madera — Buscare a ese chico, le entregaré la pulsera regresare y nadie de nosotras dirá nada ¿Entendido?

— Mérida... ¡¡E-s-t-a-s l-o-c-a!! — Refunfuña — Pero igual eres mi amiga y no te dejare sola... Tendré que inventar algo grande por tu falta de presencia. 

— Vales todos los mariscos de los mares — Sonreí para luego abrazarla — Gracias. Estaré aquí en menos de dos días.

— Eso espero — sonrió devolviendome el abrazo — cuidate mucho de esos seres Monstruosos.

Lo haré Elsa, lo haré Elsa y perdona por el gran problema que pronto de causare.

Mermaid Secret - Mericcup Donde viven las historias. Descúbrelo ahora