Mágica Grecia

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Voy a negar que tengo calor, no tengo calor. Solo un poco y ya.

Aunque la gente diga que es mucho yo digo que no.

No saben lo que es calor. Y calor es estar a casi 35°C diario, no estar a 22°C y tener calor.

Los odiaría si no fuera porque me acabo de ver el teatro Epidauro y que me haya encantado, enamorado, gustado o fascinado, y es decir poco a lo que sentí.

Sentirte así de pequeñita pero que todo se ve y oye no tiene igual.

Grecia es impactante. Y orgullosa.

El camino a al pequeño apartamento que rente siempre se siente sacado de un cuento medieval. Las luces, las calles y los puestos que están preparan todo para irse no tiene igual. Ni que cada tienda tenga a un adonis.

No hay hora que no vea a alguien que parezca modelo. Niños, adultos e incluso ¡¡personas mayores!!

Es fácil sentirse muy simple aquí, digo mi cabello claro y ondulado no resalta, tampoco mis ojos claros o mi piel. Aquí nadie me nota.

El pequeño cuarto que alquile es perfecto, solo hay una pequeña sala/comedor, un cuarto y un baño, la vista era simple y aun así mágica.

La brisa de la noche era fría así que siempre la dejaba abierta.

Mañana tengo que tomar un tren. Solo me quedan unos días más en Grecia. Contra todo miedo de mis padres aun estoy viva.

Solo unos días, ya estuve aquí un mes, nada malo puede pasar ahora.  

Fuera de víasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora