Rosa blanca

Caricias tóxicas

Esta mañana me levanté con la idea de buscar en lo más profundo de mi corazón la cuarta rosa, pero tu no estabas... Esta mañana me desperté pensando que iría hasta los rincones más astutos de la Tierra y encontraría la cuarta rosa que, entre todas las demás, destaca por su Imponente apariencia, saliendo fuertemente hacia la más luminosa luz con sus más puras raíces... Pero no estabas, miré hacia un lado de la cama y no te vi dormir plácidamente como todas estas noches, me desperté y sentí que tu alma y tu esencia se fue junto a tu cuerpo por la puerta que tanto temo de lo que un día fue nuestro hogar... Está mañana me he levantado al son del jazz en un antiguo tocadiscos que tú me regalaste por una de mis visitas... Y eso que yo solo visito una vez aunque he de reconocer que cerraste cada una de las ventanas para que no pudiera salir de esta casa, y lo conseguiste ya que a día de hoy un sentimiento como yo, un sentimiento como la lujuria permanece sin opción alguna a escapar... En este amanecer de este frío invierno me he levantado y el armario me contó que tu maleta preferida se fue contigo, las escaleras me susurraron que lentamente bajaste las escaleras por miedo a despertarme, un trozo de papel arrancado y un bolígrafo a medio gastar me dijeron que escribiste antes de marchar y la puerta entre llantos y condenas, entre agudos gritos y graves susurros me hizo ver que te fuiste para no volver...

- ¿Sabéis lo que hizo que se fuera a pesar de mil y una flores regaladas, de tantos sentimientos dados, de tantas caricias, de tantos besos, de tantos placenteros juegos?...

El tiempo, el largo tiempo mataba, el largo tiempo dañaba las paredes de nuestro amor y por muy mágicas que sean las flores que te traigo el tiempo de espera se te hacia eterno mi amor... Pero te prometo que te iré a buscar y cabalgando un dulce caballo blanco iremos a por las más bellas rosas que este mundo pueda ofrecernos pero nos iremos juntos pues por mucho que tu te hayas ido y que yo solo sea un sentimiento más, nuestras frágiles pero derrumbadoras almas se unen por un aterciopelado lazo rojo...

Así que prepara la mochila por que no volveremos durante un largo tieeeempo.