03. Feromonas

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Jennie voltio cuando percibió un aroma mezclada con la de su esposo. No le gustaba para nada la combinación, era una combinación que no había olido desde hace años. Era la de su hermano y Jin. Nunca pensó que volvería a olerlo. Ese olor estaba grabado en su mente. Miro a Jungkook vestido en las viejas prendas del alfa. No podía creerlo. Su hermano estaba feliz de la vida con la ropa, sus feromonas de felicidad que soltaba por el camino lo acusaban. Ella se enojó por el simple hecho de que sus aromas estaban mezclados con tanta naturalidad—como si fuera la combinación perfecta.

–¿Que haces con la ropa de Jin?– No quería sonar disgustada pero era algo que no pudo evitar. Mejor volteo de nuevo a cortar unas frutas que le gustaban a su esposo para el desayuno.

–Alfa...Jin-hyung me las dio. Son prendas que ya no usa. Noona, no se enoje conmigo. Sabe que no traje mucho de cuando me corrieron de la casa. Y no quiero que hyung gaste dinero en ropa que eventualmente no usaré.

El pequeño omega sabía que su hermana hablaba cegada por los celos. Tenía razón en estarlo ya que el regocijaba ante este detalle. Aún así no había hecho nada para acercarse al alfa con intención de quitárselo. Solo quería tenerlo cerca si no podía obtener más de él.

Jennie sabía que era lógico pero aún así tenía celos. No quería que el aroma de su alfa se mezclara con un aroma ajeno—en especial con otro omega. Solo debía mezclarse con el suyo y de nadie más. La omega respiro profundo terminando de cortar las frutas. Dejó el cuchillo a un lado. Sus nudillos le dolían por las fuerzas que hizo.

–Tienes razón. Te prometo que cuando tenga un día de descanso iremos de compras así tengas ropa para cuando estés enseñando la pancita. Haré tiempo para que vayamos y así luego te acostumbres a tu ropa. Lavaré tu ropa cuando regrese del trabajo. No quiero que huelas a humedad. Jin te hizo cita al doctor y saldrá temprano para llevarte.– Sirvió la fruta en tres platos. Ya había hecho la avena para desayunar. Odiaba tener que hacer tales cosas pero no quería que Jungkook oliera a su alfa. Se aguantaría que usara su ropa pero no que sus aromas se mezclaran.

Jungkook la ayuda a poner la mesa. Quería alejarse antes de que su noona se diera cuenta que no le prestaba atención. Su corazón se emocionó al saber que su alfa se tomó su tiempo para hacerle una cita al doctor, y hasta lo acompañaría. No quería que sus feromonas fueran percibidas por la omega. Así que puso distancia entre ellos. Ya cuando estuvo más tranquilo regreso al lado de la omega. Los dos esperaban al alfa antes de empezar a desayunar.

–Buenos días– sonreía el alfa. Lo saludaron y se pusieron a desayunar. El alfa le decía de su plan al pequeño omega que escuchó atentamente.


Jungkook había hecho sus quehaceres y se arregló para estar presentable para el alfa. Hasta le preparó algo liviano para comer. No habría mucho tiempo para que se siente a comer bien. Además lo esperaba para comer junto a él. Su pancita estaba hecho una revoltija. Acarició su vientre tratando de tranquilizarse. Algo en él le decía que su bebé también ansiaba la presencia del alfa. Era algo incómodo para él ese revoltijo. No sabía si era por falta del alfa o algo no estaba bien.

Cuando llegó el alfa tomó los documentos de Jungkook y los puso a un lado para comer rápidamente antes de salir al doctor. El alfa miraba como estaba incómodo el pequeño omega así que soltó unas feromonas para tranquilizarlo. Jungkook se pudo tranquilizar un poco y ya no estaba en dolor a causa de su vientre.

El alfa notó que se tocaba el vientre a cada y nada. Sabía que no lo había hecho antes en su presencia; al menos no recordaba un momento. Quizá hoy estaba incómodo o por fin se había ilusionado con su cachorro. Aunque pensaba que sería lo primero ya que no aportaba una sonrisa. El alfa no sabía que hacer por el pequeño omega. Solo trato de distraerlo con platica aburrida todo el camino hacia al doctor. No tardaron mucho en llegar. Se registraron y llenaron el papelero necesario para ser atendidos. El alfa se puso de contacto de emergencia para el pequeño omega.

Situación Desastrosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora