05. Tensión

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Había pasado una semana desde la pelea del alfa y la omega. La casa estaba callada cuando los dos estaban ahí. El pequeño omega estaba consciente que el mínimo ruido de su parte haría que los dos lo miraran. Su noona con irritación y su alfa para ver que estaba bien. No importaba porque lo veían, el se sentía incómodo y fuera de lugar. Era un ambiente tenso. Para hacer las cosas peor hoy se sentía mal y no sabía qué hacer. Ayer no se sentía así. El dolor solo era incomodidad para él. Debía decir algo pero eso sería quebrar el silencio que imponían.

Bajo las escaleras para ver si uno de ellos estaba ahí. Preferible si era su alfa pero hoy no estaba para ponerse los moños. Necesitaba que ir al hospital. El dolor en su vientre era fuerte. Estaba apunto de quebrar en lágrimas el pequeño omega. Algo estaba mal, su lobo aúlla de desesperación. Estaba apunto de pisar el último escalón cuando sintió un mareo. Se sostenía fuertemente de la barandilla y respiro profundamente mientras cerraba los ojos. El dolor era fuerte. No podía más.

–¡Alfa!– gritó por auxilio. Ya no podía más. Esto era intenso. –¡Noona! ¡Alguien, por favor!– se dejó resbalar al piso. No podía mantenerse parado. Sus piernas y su cuerpo débil del dolor.

El pequeño omega oyó los pasos apresurados. Abrió sus ojos para ver los pies de alguien. No sabía quién. Cerros los ojos y se encogió por el dolor. Oía su nombre pero no podía más con el dolor. Sintió líquido entre sus piernas y es cuando el pánico se apoderó de él y cayó inconsciente.


El alfa y la omega esperaban preocupados al omega. Aún no despertaba y llevaba unas horas en el hospital. El doctor les había dicho que no se preocuparan si dormía de más ya que su cuerpo estaba en recuperación. La pareja se sentía culpable por haberle causado problemas al pequeño omega. Querían pedirle disculpas ya que por su culpa habían puesto en riesgo su vida y la de su cachorro.

Jennie se mordía las uñas de nervios. No sabía si su hermano la perdonara por esto. El doctor les dijo que se recuperara rápido por ser joven pero eso no aseguraba que su hermano no le guardara rencor por el incidente. Dirá que ella es envidiosa y por eso quiso que perdiera el bebé. No era cierto. Ella solo estaba preocupada en si misma en esos momentos. No quería compartir a su amado alfa pero lo haría si eso ayudaría a su hermanito de corazón. Lo amaba tanto. Jin tenía razón era como su cachorro y cuidaría mejor de él. Haría las cosas bien esta vez. Comenzará con irse un tiempo para que su hermano se recupere bien y quizá la distancia haría bien para su esposo y ella. Solo sería breve hasta que ellos resolvieran sus problemas y ella sus celos.

Mientras ella pensaba, Jin miraba al pequeño omega. Le acariciaba la mano esperando que despierte. Estaba preocupado por la salud del menor y deseaba que no se pusiera histérico. El omega había pasado por mucho a causa de su testarudez. Fue por la situación con su omega que fue negligente del menor. Él se había negado a pedir disculpas a su esposa y comprenderla. Fue por su culpa. Él había causado que el pequeño omega se sintiera rechazado. Era el peor alfa del mundo por no percibir los cambios en Kookie. Ya sea el aroma o actitud. ¿Como pudo ser tan despistado? Juro cuidar de ellos, cuando él es el que les causó problemas. No sabía que decirle al pequeño omega.

Jungkook abrió los ojos y los cerró de nuevo. Parpadeo hasta que por fin mantuvo sus ojos abiertos. Miro al alfa y a su hermana. Le tomó unos segundos recordar lo que había pasado. Se soltó de su alfa y tocó su vientre. Jin se paró y lo sostuvo.

–Está bien el cachorro. Tranquilízate– dejo que sus feromonas se soltaran para tranquilizar al pequeño omega. El menor al olerlo y oírlo se tranquilizó. Jin tomó sus manos y las dejó en su vientre. Le miro a los ojos al omega quien estaba tratando de averiguar qué fuera real. Tenía que creer en su alfa que no le mentía.

–¿Sangre? ¿Lo perdí?– Jungkook casi estaba en lágrimas recordando los eventos que lo trajeron al hospital. Soltaba feromonas de desesperacion. Jennie fue por el doctor o una enfermera antes de que se altere el omega.

–Tuviste un sangrado pero el cachorro está bien. Estarás aquí unos días más y luego iremos a casa. Estarás en reposo. Van a estar bien.

Jin miro que el omega no se tranquilizaba rápidamente. Puso su frente con la de él y le ronroneó. El lobo del omega se tranquilizó y ronronea por igual. Las feromonas eran más delicadas y la tensión desvanecía. El alfa soltaba feromonas que pondrían al omega a dormir otra vez. Pasaba una mano por el cabello del omega y no le soltaba las manos. Estaba tratando de darle al omega la tranquilidad y paz que necesitaba.

–Alfa— nuestro cachorro– Quería decir algo más pero se concentraba en los ronroneos del alfa. Lo hacían feliz y sentir protegido. Se sentía seguro en sus brazos. Su lobo estaba feliz y no se sentía vacío. Su vientre se sintió mejor con el alfa.

–Shh...descansa que necesitarás cuidar bien del cachorro. Necesitas descansar para que el cachorro sea sano y fuerte, ¿si?

Jungkook ronroneo feliz. Puso su nariz contra la del alfa y la movió felizmente contra su alfa. Jin se recordó cuando Jungkook era un pequeño cachorro. De niño le gustaba jugar, y le encantaba seguir al alfa por donde sea. En esos tiempos era difícil ir a casa y cortajear a Jennie. El pequeño omega, si lo olía empezaba a buscarlo y gritar por él. –¡Hyung! ¡Jin-hyung!– Gritaba por la casa.

Se siente qué pasó solo ayer pero el tiempo a pasado pero ciertas cosas no cambian. Al pequeño omega le encantaba recibir mimos de su hyung. Se ponía tierno y se dejaba llevar por el alfa. Dejaba que el alfa lo llenara de sus feromonas hasta que lo durmiera pero siempre y cuando estuviera contra el pecho del alfa. Y esta vez no fue diferente. El alfa se sentó a un lado de Jungkook, lo puso contra su pecho y dejó que sus latidos llevaran al omega a un mundo de sueños.

Jin se mantuvo en su lugar para no perturbar a Jungkook. Admiro las facciones del pequeño omega. Así cuidaría de sus cachorros si Jennie le dará la oportunidad. Pasó su mano por el pelo del omega dejando su frente visible. Su esposa entra con una enfermera atrás de ella. La enfermera chequea los signos vitales en la máquina que está conectada al omega. Jennie de queda viendo a los dos y se siente incómoda. Quizá era los celos o era la comodidad de su alfa junto al omega que le hacía cuestionarse. Preguntar si su alfa lo miraba como una pareja potencial. No ella no debía pensar en tales estupideces. Su alfa le había prometido fidelidad, estar con ella en las buenas y las malas—él no la dejaría.

La enfermera se fue después de ver que el ambiente estaba calmado y el omega estaba contento junto al alfa. Jennie se sentó enfrente de ellos y los observó. No podía parar de hacerse ideas en su mente. Era inevitable para ella. Su alfa estaba concentrado en el omega que no se dio cuenta que ella estaba en el mismo cuarto. ¿Estaba siendo celosa? ¿Eran sus miedos? ¿La inseguridad? Ya no quería ver cosas que no eran. Amaba a esas dos personas enfrente de ella y ellos la amaban. No se harían daño. No, ella sabía que no harían tal cosa. Su mentalidad estaba volviéndose en algo tormentoso y desastroso. A lo largo causaría problemas, una situación desastrosa.

December 27, 2018

Situación Desastrosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora