I. EXPRESO A HOGWARTS.

99 16 2
                                    

          BUSCÓ CON LA MIRADA EL
andén nueve tres cuartos, pero sólo encontró en su lugar un gran número nueve de plástico sobre un andén mientras que en el otro había un diez. ¿En en el medio? Nada.

«—Tal vez, de verdad todo es una maldita broma. Como dijo la señora Meredith—pensó refiriéndose a la directora del orfanato.»

El baúl, llenó de sus cosas para ir a Hogwarts ( entre tintas de colores, tintas invisibles, y muchos libros más de los que necesitaba ) le resultó más difícil mover su baúl, que pesaba como los mil demonios. Además, estaba su gata, Anastasia, y su lechuza, Cepheo ( porque resultó que tenía más dinero del que hubiera tenido en toda su vida, era millonaria, aunque aquel dinero no funcionará en el mundo muggle )

Anastasia se restregó contra sus tobillos, haciéndola casi tropezar. Algunas personas se detenían a observar a la niña, luego a su lechuza ( blanca como la nieve ) y por último a la narcisista mata de pelo anaranjado que seguía intentando hacerla caer.

—¿Cómo dijo que era? —escuchó una voz que preguntaba—. ¡Ah, sí, el andén tres cuartos!

El mismo andén que ella buscaba, pero parecía que aún no construían.

La voz provenía de una mujer castaña junto a un hombre que parecía muy confundido, por último, estaba una chica que parecía tener la edad de Anahí, de cabellera castaña y alborotada, grandes dientes y una mirada chocolate que la atrapó.

Dudó antes de avanzar hasta la familia ( Anahí suponía ) pues parecían muy muggles para ser magos, aún así, recordó que no había que juzgar a un libro por su portada, por lo que se acercó a la mujer mayor, que estaba viendo a la nada, pensativa.

—Disculpen... —comenzó Anahí.

—Oh, hola—soltó la castaña—, ¿también vas a Hogwarts?

—¡Mamá! —exclamó la menor, viendo detenidamente a Anahí.

—No te preocupes, soy una bruja—añadió es un susurro, señalando su baúl—. Pero tengo problemas para recordar cuál era...

—¿El andén tres cuartos? —interrumpió, con su mirada chocolate como sonriendo—, es muy fácil. Soy Hermione, es mi primer año.

—Anahí—Sonrió—, también es mi primer año.

Hermione asintió ( ¡Anahí ya tenía una amiga! ) luego apuntó disimuladamente la pared que había entre los dos andenes.

—Sólo tienes que ir recto hacia allí, ¡y ya está! Enseguida estarás en el andén correspondiente—dijo.

Ella miró la pares sólida frente a ellas mientras escuchaba de fondo como los padres de Hermione ( eso creía, le preguntaría después ) se despedían de su hija.

—¿Estás segura? ¿No voy a chocar contra la pared? —preguntó desconfiada.

Hermione rió—Sí quieres, puedes tomar mi mano. Así correremos juntas hacía allí, y si tú chocas, yo también lo haré—ofreció con una sonrisa amable.

Ambas se tomaron de la mano, Anahí a sujetó fuerte su carrito, y por lo sudada que estaba la mano de Hermione, supo que la castaña se encontraba tan nerviosa como ella.

Empujaron los carritos y corrieron a hacia la barrera, la cual parecía muy sólida.

Aceleraron el paso y Anahí sujeto la mano de Hermione aun más fuerte.

Tenían problemas, los carritos no podían parar y la pared se aproximaba más y más. Anahí miró muerta de los nervios a Hermione, que a pesar de todo le sonrió.

Cerraron los ojos justo a tiempo cuando la barrera estaba sobre ellas.

—¡Ana, mira esto! —escuchó que le decían.

—¿Qué...?

Las palabras murieron en su boca cuando se dio cuenta de lo que tenía enfrente. Una locomotora de vapor, color escarlata, que esperaba en el andén lleno de gente. Un rótulo decía «Expreso de Hogwarts, 11 hrs.» Anahí miró hacia atrás y vio una arcada de hierro donde debía de estar la taquilla, con las palabras «Andén nueve y tras cuartos» grabadas en él.

—¡Lo logramos, Hermione! —gritó Anahí abrazando a la castaña, sin importarle las extrañas miradas que le lanzaban algunos magos.

Hermione rió—Mejor vámonos al tren ya.

Ambas tomaron sus cosas, y con un poco de ayuda encontraron un compartimiento libre. Acomodaron sus baúles y se sentaron a conversaron.

—¿Eres hija de magos? —preguntó rápidamente Anahí—. Es que cómo sabías lo del andén y todo eso...

Hermione rió por la manera que tenía la pelinegra de moner las manos al articular.

—No. Soy hija de muggles, mis padres son dentistas—explicó Hermione—. Resulta que un día llegó un hombre vestido de túnica, dijo que yo era una bruja y me enseñó muchas cosas sobre el mundo mágico. Una de esas cosas era lo del andén, no querían que me perdiera y no llegará a Hogwarts.

—Oh—Ambas rieron.

Hubo unos momentos de incómodo silencio ( al menos por parte de Anahí ) en donde la de ojos azulados pensaba cuál sería su siguiente pregunta, para no sumirse en aquel vacío otra vez.

—Cómo... —comenzó Anahí recordando algo—, ¿cómo me llamaste antes?

—¿Eh? ¿Ana, así?

—¡Sí!

—Oh, ¿no te gusta qué te llamen así? —preguntó.

—No, es sólo que nadie me a llamado así desde hace mucho—contestó Anahí recordando a su primera amiga, la cual al final fue edopatada y no a podido ver desde entonces.

—Bueno, sí quieres podemos buscarte otro apodo. ¿Cuál es tu nombre completo?

Anahí se sonrojó—. No creó que deba decirlo, pero bueno—Suspiró—. Me llamo Anahí Fiel Damergon.

«O así dijo mi tía que era mi nombre antes de abandonarme en aquel orfanato» agregó en su mente.

—¡Fiel es el nombre de mi perro! —exclamó Hermione.

—Gracias por compararme con tu saco de pulgas—dijo sarcástica Anahí. Pero al final ambas terminaron riendo—. ¿Y tú?

—Hermione Jean Granger.

—Jean—repitió como saboreando la palabra. Asintió—. Me gusta.

Ambas se sonrieron.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ANAHÍ | 1 | HARRY POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora