Zed.
Ella era como un ángel.
Un ángel que anhelaba destruir, que deseaba tener con todo el corazón. Pero yo era un monstruo, un pobre diablo que no la merecía, uno que ya no podía salvarse de si mismo, un monstruo, ella era ángel, un ángel que no merecía.
Que sin embargo reclame como mío.
Ella era todo lo que un hombre anhelaba a su lado y deseaba destruir.
Ella era una melodía triste e ingenua, una melodía triste que intente descubrir.
Lo prohibido siempre era más tentador. Ella era la jodida manzana que tentó a Adán.
Y yo no pude resistirme a la tentación de reclamarla como mía.
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BLUE TIDE |PRÓXIMAMENTE.
Fiksi Penggemar«En marea alta y marea baja, yo siempre estaré contigo...»