CAPÍTULO 1: LEYENDO CARTAS

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En la gélida penumbra del crepúsculo, los Cullen se encontraban reunidos en su acogedora residencia de Forks, debatiendo sobre los planes para las próximas festividades. El tema central flotaba en el aire, pasar o no la Navidad con el misterioso clan Vulturi como se le había ocurrido a la matriarca de los Cullen, Esme. Las opiniones divergían entre la prudencia y la intriga, mientras Edward y Bella, siempre cautelosos, expresaban sus reservas acerca de la idea. Sin embargo, la curiosidad y el espíritu aventurero de Alice ganaron terreno, abriendo un espacio para la posibilidad de compartir el tiempo festivo en el enigmático castillo en Volterra.

Después de un animado debate, algunos miembros del clan finalmente cedieron ante la sugerencia de Esme, Alice y Emmett, aceptando la idea de Esme que en sus propias palabras opina "esos seres abandonados por Dios tendrán la mejor Navidad". Así, la familia emprendió su viaje hacia Italia, donde el aire estaba impregnado de un aura ancestral y misteriosa.

En el castillo Vulturi, la pequeña Renesmee, con sus rizos dorados y ojos chispeantes, se cruzó en el camino de Alec, el silencioso miembro de los Vulturi con una habilidad peculiar. A pesar de la inicial reserva de Alec, la chispa se encendió entre ellos, revelando una conexión única que desafiaba las expectativas.

Mientras la nieve caía suavemente sobre Volterra, Renesmee, con su encanto infantil, logró persuadir a los Vulturis y Cullens, incluso al imponente Aro, a unirse a una tradición humana que ella encontraba fascinante y curiosamente divertida: escribir cartas a Santa Claus. En medio de la majestuosidad del castillo, cada miembro del clan se sumergió en la tarea, descubriendo el placer de expresar sus deseos más profundos, incluso si solo eran deseos egoístas o extraños.

Sentados en el majestuoso salón del castillo Vulturi, Renesmee y Alec compartían risas y gestos de asombro mientras hojeaban las cartas a Santa Claus que habían recopilado. La chimenea crepitaba con un calor acogedor, creando un ambiente perfecto para sumergirse en el espíritu navideño. Renesmee, con su inocencia infantil, descubriría las peticiones peculiares de cada miembro, desde los Cullen con sus deseos de paz, rarezas e hilarantes pedidos, hasta los Vulturi con solicitudes más extravagantes y humorísticas.

Alec, por su parte, mostró una sorprendente expresión de diversión, extrañeza y molestia ante las cartas inesperadamente graciosas y extrañas de sus compañeros de clan. Algunos revelaban deseos que parecían surgir de bromas internas y secretos compartidos. Entre risas compartidas y miradas cómplices, Renesmee y Alec disfrutan de la rareza y diversidad de las cartas, revelando un lado más ligero y humano en aquellos seres tan inusuales.

—¡Jane pidió a Demetri para navidad!—dijo la pequeña divertida en un susurro.

—No es gracioso Renesmee.—dijo Alec haciendo una mueca.

—Sí, tenías que ser el hermano sexy, malvado y celoso—dijo la Cullen con apariencia de una niña de trece años, a pesar de tener cinco.

—Mejor leamos la de Rosalie.

—¡Síii!—respondió la pequeña.

QUERIDO, SANTA: (escribo en letras grandes para que sepas cuanto quiero este regalo :D)

Hoy, cuando "desperté" (aunque no pueda dormir), vi algo.¡Una cana!, ¡sabes lo vergonzoso que fue!, así que te pido esto de todo corazón, viejo panzón, (je, je, je, eso rimo), te pido, ¡Mucho tinte rubio! Ahh y un Emmett, más, más... ¿Sexy?, como ese Vulturi castaño, no... No es Demetri, como Alec, ¡Sí!

Bien, también quiero... ¡Un hijo!, sí, pueden decir que con Ness es suficiente, ¡Pero no!, ahora que se hizo amiga del Vulturi me ignora por completo, ya casi no la veo porque ella está con ese Vulturi, (me alegra que Ness no tenga la suficiente edad como para que Alec se la lleve a la cama).

──⇌•UNA NAVIDAD VULTURI-CULLEN•⇋──Donde viven las historias. Descúbrelo ahora