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Especial de Navidad 2018

Como todos los años la familia de Gil y Arturia se reunían en la sala para colocar los adornos en el árbol de Navidad, una vez listo por fin a los gemelos de cinco años les tocaba el turno de colocar los adornos que ellos decidieron que sus padres les comprarían para colocar en el árbol, algo así como "adornos únicos de ellos", puesto a que Kardra y Asmo tenían también los suyos.

Kay tenía una figurita de un Osito llamado Orión, este era marrón y llevaba un mazo de madera, por otro lado el pequeño Evans llevaba una figurita de lo que el llamaba Padoru.

-Padoru, Padoru...

El pequeño sonreía tras tararear la canción mientras su madre lo tomaba en brazos para que él colocará la figura, por otro lado Kay con ayuda de su padre colocaba la figurita del osito y así todos felices, porque ahora solo faltaba esperar a que llegara el dichoso día.

Una semana después...

-¡Tch!, de todos los regalos porque tenian que pedir algo tan complicado...

Gilgamesh se encontraba recorriendo las tiendas navideñas para encontrar los dichosos duendes mágicos que le pidieron sus peques para esta navidad.

- Flash Back -

Kay y Evans estaban en brazos de su padre viendo programas infantiles, cuando de repente aparece la propaganda de unos juguetes infantiles o mejor dicho peluches llamados duendes mágicos.

-Papá, papá, mira, mira.

Kay gritaba de la emoción y se acercaba a mover los brazos de su padre, Evans hizo lo mismo que su hermano y él rubio solo ríe ante lo divertidos y tiernos que se ven sus niños.

-Duende, duende.

Señalaba el pequeño Evans a la pantalla del televisor.

-¿Uhm?- Gilgamesh miro la pantalla con poco interés, no entendía como unos simples muñecos aparentemente de trapo podían captar tanto la atención de sus peques - ¿Con que quieren eso?.

Preguntó mirando a sus cachorros quienes dejaron de mirar la tele para verlo a los ojos.

-Si, si, si

Repetían los pequeños felices, en eso ve como se bajan del sillón con un poco de dificultad para luego recoger una hoja de papel y lápices de colores que tenían desparramados por el piso del living.

-¿Qué hacen?.

Preguntó ahora algo curioso por el repentino cambio de actitud de los peques.

-Pedirle a Santa los duendes.

Kay como siempre es el primero en contestar, mientras Evans comenzaba a hacer garabatos de lo que se suponía eran letras.

-Si, Santa los traerá.

Contesto el peque sin despegar la vista de lo que hacía.

-Ya veo,- comento con una sonrisa divertida el rubio mayor, yaque se le ocurrió decirle algo a los peques - espero que lo haga,- finge seriedad, mientras se cruza de brazos - sino le voy a prohibir la entrada el próximo año.

Los gemelos pese a ser pequeños ya sabían de sobra que cuando su padre hacia ese gesto tan propio de él es porque era algo que iba a hacer sí o sí, por lo que ambos se miraron preocupados.

-¡No papá!.

Kay y Evans se levantaron del sillón y corrieron a acercarse a su padre para tironearle los pantalones.

-¡Papá no seas malo!.

Evans como era el más sensible ya le comenzaban a asomar lágrimas, a lo que Gil decide dejar su pequeña broma para que no comenzará a llorar.