Your Hell

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Quería llorar.

Y era jodido porque Jungkook no lloraba.

-Esos dos volvieron -alguien dijo en un susurro, como si se tratara de un secreto. Como si todo el mundo no lo supiera ya. Al girar se encontró con su mejor amigo mirando hacia el patio-. Era de esperarse. Siempre es así.

Y pese a que era cierto, Jungkook sintió un pinchazo en el pecho que lo obligó a cambiar de posición y bajar los pies sobre el pavimento intentando ocultar que estaba temblando. ¿Por qué se sentía así de desdichado? ¿Por qué si sabía que resultaría así desde el principio?

Desvió la mirada antes de volverse loco. Y es que no fue capaz de cambiar nada. Todo lo que había que hacer, creía haberlo hecho. Incluso intentar ser perfecto para verlo sonreír.

Jungkook no era un príncipe, podría fingir serlo. Pero, carajo, tampoco era un buen actor.

No pidió enamorarse, no pidió que sus ojos empezarán a llorar. Ya entendía, que a pesar de sus intentos, no era nada. Taehyung había elegido desde antes, sin saberlo. Y lastimaba no ser su elección.

Él jamás lo vería de la misma forma que veía a ese alguien más y le quemaba el pecho darse cuenta de ello de nuevo.

-¿Jungkook? -alguien más llamó. Levantó la cabeza sin comprender la preocupación en el timbre de esa voz-. ¿Quieres que nos vayamos de aquí?

Parpadeó aturdido antes de pasar una mano por su rostro con cansancio. Sonrió, pero estaba seguro de que se veía más como una mueca extraña porque las miradas que obtuvo eran de tristeza total. Ya no importaba.

-Él escogió, ¿verdad?

Sus dos amigos se miraron entre sí y solo uno de ellos fue capaz de darle cara y asentir. Pues bueno, lo aceptó al fin.

Taehyung prefería el infierno que ese tipo le ofrecía y estaba genial. Jungkook no tenía algo mejor que dar; sin embargo, juraba por Dios, que lo habría intentado. Se creyó capaz de pintar el puto mundo de rosa por él.

¿Quién en el mundo querría que el mundo fuera rosa?

Idiota.

En ese instante estaba dispuesto a dejarlo todo atrás, iba a huir y ser un cobarde. Prefería eso a quedarse y observar a la persona que amaba ser consumida por un amor dañino. Y es que, si Taehyung creía que aquel chico que lo hacía llorar lo amaba más que él, bien. Jungkook lo dejaría darse cuenta de que no era así.

No iba suplicar, prefería la soledad.

Ese sería su infierno.

(...)
Otra de las historias que me enviaron a borradores. Esta consta solo de tres capítulos. 💜