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Por supuesto que Taehyung iba a empujarlo.

Fueron diez o quince segundos, o puede que haya sido una eternidad. Lo que era estúpido y Jungkook ya había hecho demasiado cosas estúpidas. Así que, dejó de pensar e intentó calmar su respiración antes de encontrarse con los ojos desenfocados y llenos de confusión de Taehyung. Mantuvo la mirada porque él no estaba arrepentido de lo que acababa de hacer, no del beso en sí. Quizás sí de la forma, pero era algo que debía hacer.

Debía. Maldita sea.

—¿Qué carajo, Jungkook?

Sonaba igual a cómo se veía. Igual de desconcertado y asustado. Jungkook pasó la lengua por sus labios mientras buscaba, desesperado, palabras que pudiesen explicarlo. Se aclaró la garganta, no funcionó. Estaba seguro de que su voz se perdería apenas intentara hablar.

—En serio —dijo y tragó el nudo de ansiedad que le impedía hablar—, en serio, me gustas, Kim.

Taehyung no estaba preparado para una confesión, menos si venía de Jungkook. Parpadeó tratando de mirar a otro lado, a dónde sea. Pero sintió un toque en su barbilla, tan suave y rápido que apenas logró percibirlo ya había desaparecido. Sin embargo, se halló mirando al contrario una vez más. Su corazón se apretó debido a que los ojos siempre divertidos y bromistas no estaban. No, lo que estaba era una expresión diferente a todas las que conocía. Jeon Jungkook parecía querer huir aterrado, mas por alguna razón no lo hacía. Y su cuerpo estaba tenso a la espera.

¿Esperar qué? ¿Una réplica? ¿Qué debería decir Taehyung ahora?

—Si es una broma te juro que voy a golpearte.

Y es que la relación que ellos tenían era esa, una basada en las bromas y juegos estúpidos que a menudo terminaban en gritos y maldiciones. Entonces, ¿por qué Jungkook parecía frustrado al oír su respuesta?

No pudo pensar demasiado en ello.

El viento movió su cabello haciendo que un mechón le cayera sobre el rostro, Jungkook lo apartó antes de que pudiese hacerlo él mismo. Y ni siquiera pudo gritarle por tocarlo de ese modo, no si al encontrar sus ojos, éstos lucían así de brillantes. Dios, ¿Jeon podía verse así de frágil?

Y si Taehyung pudiese observarse a sí mismo sabría que no se veía muy diferente. Quien si lo observó fue el pelinegro.

—Si hubiese sabido que ibas a ponerte así de bonito te lo hubiera dicho antes —Jeon bromeó sin pensarlo demasiado. Cuando los ojos furiosos de Taehyung lo fulminaron casi sonrió. Casi, debido a que había algo que necesitaba decir antes de cualquier cosa—: Me gustas mucho.

El castaño pasó la lengua por sus labios.

—¿Por qué?

—¿Tiene que haber una razón?

Es decir, Jungkook con dificultad podía mantenerse cuerdo y no dejarse sobrepasar por los nervios. Dios, él en serio se había confesado. ¿Quería una razón? ¿Una sola? Tenía miles y a la vez ninguna que explicara, de manera efectiva, lo mucho que sentía. Se pasó una mano por el cabello para tratar de enfocarse cuando Taehyung ladeó su rostro pareciendo ofendido.

—¡Claro, Jeon! —Suspiró el castaño mirando al rededor—. Aquí es cuando me das razones.

—Si estás buscando halagos...

—¡Estoy buscando la verdad!

Jungkook cambió su expresión, él trato de ser serio una vez notó la vulnerabilidad en la cara del contrario. Se miró las manos y pensó demasiado en si era buena idea sostener las contrarias. Pero no parecía correcto aún, no mientras no aclararan lo que había sucedido. Exhaló. Jamás había pensando tanto en lo que hacía, él simplemente actuaba.

Your HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora