¿Qué cúmulo de palabras habríamos hacinado ya para que yo, ineludiblemente, me diese cuenta de que buscaba su sombra, aquel oscuro e informe lugar donde el calor no me asfixiaba y disfrutaba relajado de leerle?
Huía por sentir sus palabras en la distancia, su pensamiento, en algún momento, dedicado a mí... Con el tiempo, dedicado a compartir un rato de café, no sólo sus letras escogidas, sino también mi compañía.
Imaginé volar y volé: a nuestros sueños, a una nueva realidad, a sus brazos, mi refugio, donde las hojas caducas de mi tristeza caen para nacer nuevamente más verdes.
Hoy cambio mis cien lluvias por su pérfido sol y cuando extraño la melancolía de aquel rumor primitivo y monótono o esa estrella me embauca, siempre busco la sombra de su abrazo.
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busco la sombra
Poetrytodos necesitamos un refugio donde sentirnos a salvo: un papel en blanco, una nota musical...