Susan!

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El asunto de mi hermano me tenía con el corazón en la boca, tenía miedo de preguntarle la razón del porque se encontraba en ese lugar con esos hombres, y no era miedo del cómo me fuera a responder, eso es lo de menos, me da miedo de que me diga algo como "Es que soy ladrón" "Es que asesino personas por dinero" "Pertenezco a alguna banda criminal" o cosas así...Porque la verdad no sabría que hacer teniendo en cuenta que nuestro padre es policía.  Volví a la sala y lo mire fijamente.
-¿Qué es lo que quieres enana?- me sonrió- Ya me estas preocupando. 
-Preocupada me tienes tu a mí.
-¿De qué hablas? 
-¿Qué estuviste haciendo hoy?- me cruce de brazos.  -Mmm pues estuve dando un breve paseo, y comí en un restaurante- se rasco la nuca con nerviosismo.  Negué con la cabeza. 
-¿Qué es lo que pasa Anastasia ? ¿Acaso es que no puedo dar una vuelta por la ciudad o qué? 
-No a mí no me interesa si tu sales y te revuelcas en medio de la calle eso ya es tu problema lo que a mí me preocupa es las personas con las que interactúas.  -Ay- rodo los ojos- Si hablas de Jack no te preocupes solo me pago un dinero que me debía. 
-¡No te hagas más el idiota!- grite exasperada- ¡Te vi hablando con unos tipos, uno de ellos te entrego un sobre amarillo y tú le entregaste dinero! ¡Quiero saber ahora mismo que hay en ese sobre! 
Se levantó del sofá con rapidez y me miro incapaz de creer lo que le estaba diciendo. 
-¿Me estabas siguiendo? 
-Fue una casualidad- mire hacia otro lado. 
-¿Tu que hacías en ese lugar? ¿Con quién estabas? 
-Ahh pero si ves que si sabes de que te estoy hablando. 
Se giró con molestia y se agarró el cabello. 
  ¡Te pille hermanos!   
Caminaba de un lado para otro con preocupación, lo pare en medio de la sala y tome sus manos. 
-¿Qué ocurre hermano? Sabes que puedes contar conmigo ¿Verdad?
  -Promete que no le contaras a papá...  Lo mire dudosa y baje la cabeza.
-Promételo Anastasia . 
-Te lo prometo- le sonreí- Pero por favor cuéntame que es lo qué pasa. 
-Está bien te contare- ambos nos sentamos.
-Ay Ana es que estoy metido en un problemón- puso la cabeza hacia atrás en el sofá pero luego me volvió a mirar- Es que otra vez volví al casino.
-No Billy... 
-Y esta vez el problema si es grave, porque le debo dinero a un tipo muy peligroso.
Me lleve las manos a la cabeza con preocupación. Otra vez mi hermano metido en estos problemas. Hace unos años paso lo mismo, por suerte las cosas salieron bien gracias a que papá actuó rápidamente y toda esa mafia desapareció. 
-Billy tenemos que decirle a papá... 
-No Ana...ellos no son como los de hace unos años...me tienen vigilado, saben que papá es policía si se enteran que les dije pueden hacerle algo.
-¿Qué hay en el sobre? 
-Un arma. 
-¡¿Qué?!- me levante- ¡¿Acaso te volviste loco?! ¡¿Un arma?! ¡¿Para qué?! 
-Es para mí protección Ana.
-No Billy, esto hay que decírselo a papá...él te brindara más protección que nadie. 
-No Ana- me tomo de los hombros y me sacudió- ¡Entiende que papá no puede saber esto! Yo resolveré este problema...dame unos días mientras termino de conseguir el dinero y si ya veo que no lo logro le decimos a papá...porque esto no se trata solo de mi...ellos lo saben todo, pueden atacar a cualquiera de nosotros, por eso te voy a pedir que tengas mucho cuidado a la hora de salir...yo procurare llevarte a la escuela todos los días...puedes decirle a Dean o a Hanna que te traigan, por favor no intentes venirte sola.  Asentí un poco en shock.
  -Pe...pero y ¿la tía Lauren?... ¿Christine?
  -Yo estaré todo el tiempo con ellas no te preocupes...  Me abrazo y beso mi frente.
  -Saldremos de esto- lo anime- Yo tengo un dinero...puedo dártelo para que intentes reunir lo que falta.
-No Ana como crees...es tu dinero.
-Eres mi hermano y te lo quiero dar...  Él asintió sonriéndome tiernamente. 
-¿Dónde está? 
-Bajo la cama...-suspire.
Él se levantó y empezó a subir las escaleras...ahí recordé el desmadre que tengo bajo la cama y ciertas cosas que Billy no debe saber que existen.
  -¡No espera!- grite- ¡Yo saco el dinero!  Corrí pero Billy se percató de que había algo raro en ese grito mío. 
-¿Acaso que tienes ahí o qué?  Me obstaculizo en las escaleras.
-Billy es mi cuarto y es mi dinero...
-Si no me dices yo mismo lo averiguare.
-Déjame pasar...  Salió a correr.
-¡Billy!- al intentar alcanzarlo pise mal uno de los escalones y empecé a rodar por las escaleras. 
Me lleve de por medio un jarrón, este se rompió, caí sobre el haciéndome una herida en el brazo por los vidrios, me rompí la boca con uno de los escalones y finalmente caí casi que en la puerta adolorida.
  -¡Anastasia !-Billy se devolvió. 
En ese momento abrieron la puerta claramente golpeándome la cabeza
  -¡Cariño!- exclamo la tía Lauren preocupada.
  -¡¿Quién mierda pone un jarrón en las escaleras?!
-¡Anastasia esa boca!- me regaño la tía.
  -Perdón...-le di una tierna mirada a pesar del dolor que sentía. 
-Fui yo- dijo Christine detrás de la tía- Lo siento...era para poner estas flores- me las enseño. 
-No te preocupes Chris- le sonreí- Al menos fue gracioso ¿no?  Billy me alzo en brazos y me puso en el sofá. La tía Lauren llamo nuestro médico privado quien una hora después llego...cuando ya no tenía brazo ¡Qué maravilla de doctor!  Tuvieron que ponerme puntos en el brazo, la herida en la boca solo la limpiaron y no fue más.            
Cuando papá llego tuvimos que explicarle lo sucedido y esta vez fue tan gracioso recordarlo que me dolía el estómago de reírme... ¡Sí! Fui la burla de la casa el resto del día.  En la noche decidí llamar a Christian ...quizás estaba aburrido revisando exámenes, así que lo animaría contándole mi caída.  -Hola preciosa- respondió y sonreí instantáneamente.
  -Hola mi amor...
-¿Cómo estás?- pregunto.
-Si supieras lo que me paso. 
-Cuéntame pequeña. 
-Mañana te cuento lo que paso con mi hermano...lo otro es que por andar de necia e ir persiguiendo a Billy me caí por las escaleras- me empecé a reír- caí sobre un jarrón y ese jarrón me rompió el brazo y con la caída me rompí la boca. 
-Ana- él rio un poco-...tienes que tener más cuidado.  Me volví a reír al recordarlo y también le produje risa a él.
-Hubieras visto mi caída y te hubieras muerto de la risa- me volví a carcajear.
  Él se carcajeo y oí un ruido al otro lado de la línea.  -¡Susan! ¡Por dios!- él grito

La Alumna Favorita Del ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora