Ojos rojos

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El cumpleaños 13 de la princesa Azula de la nación del fuego se llevaba a cabo en el enorme palacio real. Pero lo que para la mayoría de los niños del mundo era un día especial y lleno de alegría para la princesa no lo era ¿la razón? Todo era sumamente aburrido e igual que todos sus cumpleaños anteriores, lleno de ambiciosos nobles y sus patéticos hijos que huían al verla.

Azula estaba sentada en un elegante trono digno de ella, a su lado derecho estaba un guardia de elite para que nadie intentará nada en su contra, la chica se preguntaba si algún día encontraría a un hombre lo suficientemente hábil, poderoso que no saliera huyendo con su mami al verla pero sobre todo que pudiera vencerla en un combate "no lo creo" dijo para ella misma.

"Es momento de entregarle sus regalos a la princesa" Dijo un anciano de los sabios del fuego y casi de inmediato una larga fila de joven herederos se formó.

Azula recibió los mismos regalos de todos los años la ropa más costosa y de moda y joyas preciosas, nada de su interés al igual que los jóvenes que las entregaban, entonces el último joven se puso frente a ella y lo primero que llamó su atención fueron sus únicos y afilados ojos rojos, tan rojos como la sangre misma.

"Supongo que la princesa ya está cansada de residir los mismos inútiles y nada originales regalos todos los años" la voz calmada y grave del joven hicieron que la princesa le pusiera más atención.

Azula miro mejor al joven frente a ella, era difícil saber su edad pero seguramente tenía entre su edad y la de su hermano, era más alto que ella como por 10 centímetros, su cabello era negro como la nada misma, su piel estaba bastante bronceada, llevaba una extraña armadura negra azabache con detalles dorados que protegía su cuerpo algo corpulento que por su postura firme, algo amenazante pero claramente relajada debía de ser un cuerpo con bastantes músculos algo no muy común en personas de la nación del fuego pero lo que más resaltaba de el eran sus afiliados ojos rojos que la veían con tranquilidad, el no le temía incluso la veía con un toque de arrogancia que solo personas como ella o su padre podían percibir.

"Si me sigue viendo con tanto interés podría llegar a pensar que se a enamorado de mi princesa" el tono arrogante y divertido del joven no molestaron a la princesa sino que su interés por el aumento un poco.

"¿Cómo te atreves a hablarle de ese modo a la princesa?" El guardia a lado de Azula se puso frente el joven que era un poco más bajo que el viendolo de manera amenazante.

"A un lado basura o morirás en este lugar" el joven levanto levemente la cabeza para ver al guardia, entonces este retrocedió un al ver la mirada amenazante del chico "No quiero causar problemas princesa" El joven le entrego su regalo a la princesa que era una caja mediana envuelta par regalo y se retiro sin decir nada más.

"Interesante" por primera vez Azula se había quedado sin palabras y el hecho de hacer retroceder a un guardia de elite con una simple mirada solo incremento su interés en él, Azula tomó el regalo del joven misterioso y aunque quería abrirlo decidió esperar, si resultaba ser algo que no valía la pena lo desecharía con los demás.

Por lastima el resto de la fiesta fue igual de aburrida que antes, entonces el evento principal llegó, Ozai pidió la atención de todos y de inmediato todos pudieron su atención en el mientras los meseros movían varias cosas dejando un considerable espacio vacío "El momento del evento principal llegó. La princesa Azula aceptará el reto de cualquiera en la fiesta que crea tener lo necesario para derrotarla"

Varios valientes aceptaron el reto por lastima no tenían lo necesario para hacerle frente a Azula. Ozai sonreí con arrogancia al ver cómo incluso adultos y militares caín ante el poder de su arma.

"¿Eso es todo? ¿No hay nadie que por lo menos sea un reto?" Azula estaba decepcionada pero entonces alguien salió de entre las multitud y camino hasta estar frente a la princesa a unos 3 metros de distancia "¿Tú?" Azula reconoció de inmediato a la persona era aquel joven que había llamado su atención como nadie más en su vida.

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