Cuando llegó a la sala común, le metió una patada a uno de los sofás.
—¡Estupido oxigenado!— exclamó y los pocos alumnos que allí habían la miraron. Después soltó un bufido y se subió a su dormitorio, dando un portazo.–
Media hora más tarde, Rebecca apareció en la habitación.
—Es increíble que ya estés peleando con Malfoy desde el minuto uno, venga hombre...—suspiró cansada y negó .— ¡Ignóralo!, no merece la pena, es un estupido y nos va a costar puntos. Ravenclaw ya tiene cinco.— se dejó caer en la cama.—
—Lo lamento mucho, pero lo odio, y además, yo soy muy orgullosa ¿vale? No puedo dejar que se meta conmigo y callarme... no soy capaz de mantenerme quieta.– dijo mirándola, la peli castaña suspiró.—
—Como sea, mañana, será nuestro primer día y debemos empezar con buen pie. Durmamos.— ambas se pusieron el pijama y se acostaron.–
(......)
Al día siguiente, las jóvenes se prepararon para la primera clase que tenían, pociones con el profesor Snape. Si, junto esa clase odiada.
—Bueno, al menos espero que no se sobrepase por ser el primer día.— una sonrisa tímida se podía ver el los labios de Becca, estaba nerviosa también y se le notaba.—
—Ya... pues yo creo que no, además, me tiene una manía tremenda... y todo porque siempre estoy peleando con Malfoy, que es de su casa.– bufa y ambas entran él aula de pociones.—
Algunas personas ya estaban en sus sitios ojeando los libros. Ellas se sentaron en unos sitios no muy atrás, pero tampoco adelante.
Comenzaron a hablar de temas triviales hasta que el profesor Snape, entró dando un portazo.
—Bien, bienvenidos a mi clase de pociones, para ver qué tal vuelven del verano, preparen una poción multijugos, y no espero menos que la perfección.– en ese instante miró de reojo a Valentina y esta desvío la mirada.—
La de cabellos plata trabajaba de vez en cuando levantando la mirada, mientras de vez en cuando, sentía la mirada del profesor en ella. Tenía una teoría, y es que no le caía demasiado bien porque gracias a que siempre peleaba con Malfoy, se veía obligado a quitarle puntos a su propia casa. Aún así, Snape no era demasiado conocido por su amabilidad con los alumnos. O profesores.
—Creo, señorita Ginely, que si mirara su poción más que a mí, se daría cuenta de que no esta hechando en el orden correcto los ingredientes.— dijo en un murmuro Snape mientras la miraba.—
—C-claro profesor.—tartamudeó, estaba perdida en sus pensamientos y no se dio cuenta de que estaba haciendo las cosas mal, agachó la cabeza y siguió a lo suyo.—
Cuando terminó su poción, buscó a Snape con la mirada y lo vio en la mesa de Goyle y Malfoy, quienes estaban recibiendo una felicitación del profesor por su trabajo. En verdad, todo lo había hecho Malfoy, ya que Goyle era un desastre en esa asignatura y si aprobaba, era por su compañero.
—Que asco me da...— susurró y tapando su boca, conjuró un hechizo, la poción de estos, se deslizó por la mesa hasta caer al suelo y romperse el frasco.—
—Serán torpes...— murmuró Snape. En seguida hizo un hechizo para limpiarlo todo.—
Goyle iba a replicar que no habían hecho nada, pero no lo hizo por el respeto que Snape le causaba. En cambio, Malfoy sabía que era obra de Valentina ya que vio lo que hacía.
El resto de la clase se desarrolló con normalidad, alguna que otra explosión y claro, alguna reprimenda de Snape.
Cuando todo acabó, ambas salieron del aula y se despidieron, ya que Becca tenía herbologia y Valen tenía clases de vuelo, este año se apuntaría al equipo de Quidditch.
No le dio tiempo a andar mucho, nada más doblar la primera esquina, notó como agarraban su brazo y la ponían contra la pared.—¡Suéltame maldito inútil!— chilló al darse cuenta de que Malfoy era el responsable.— ¿Acaso quieres una paliza como la de ayer?– bufo.—
—No seas imbecil, ayer no me habías ni cosquillas. ¿Te crees que no he visto como tirabas mi poción al suelo? ¿Eso eran celos Ginely?— murmuró entre dientes apretándola contra la pared.—
—Que más quisieras, celos de un estupido de cabello quemado en la peluquería.— escupió.— Ayer le costaste puntos a mi casa, ¿es que no sabes estar callado?–
—Aprende tú a no tirar pociones ajenas— la miró mal y Valen lo empujó.— ¡No me toques maldita sangre sucia!— exclamó y la empujo de vuelta.–
—¡Te he dicho mil veces que no me llames así! Eres más repulsivo que una maldita babosa!— exclamó y los estudiantes que allí pasaban los miraban ya que estaban levantando mucho la voz.—
—¡No te atrevas ni a hablarme, sanguijuela!— los empujones comenzaron mientras se chillaban indultos y se miraban mal, en seguida la gente comenzó a hacer un corro alrededor de ellos.—
—¡Eres un imbecil asqueroso!— esta tropezó tirándolos a ambos al piso, ahí empezó una pelea similar a la de ayer.—
Ambos comenzaron a rodar por el piso, tirándose del cabello mientras se insultan o discuten por tonterías, todos soltaban pequeñas carcajadas. Llevaban tres años con lo mismo y nunca dejó de parecerles tierno, muchos los shippeaban en secreto, claro "Dralentina" y muchos decían que acabarían juntos.
Mientras, seguían dándose patadas.—¡Maldita pelo ceniza quítate!— decía mientras trataba de apartarla de encima, hasta que la empujó y quedo encima apretando los hombros de Valentina.—
—¡Déjame en paz Malfoy!— chilló y agarro un mechón de cabellos platinos mientras tiraba de estos con fuerza. Los chillidos agudos del mayor se hicieron presentes y sonrió satisfecha volviéndose a poner encima.—
—¡Suéltame! ¡Ahh!– chilló tratando de quitarla y esta negó.—
—¡No hasta que te disculpes por llamarme sangre sucia y prometas que dejaras de hacerlo! ¡Cara sapo!— exclamó sonriendo.—
—¡Nunca!— consiguió empujarla lejos de él y con ayuda de Crabbe y Goyle se levantó acomodándose y agrando sus libros.— Estupida....— negó mirándola con asco y se marchó de allí rápidamente.—
La multitud se fue poco a poco y la peli blanca bufo levantándose y yendo a clase de vuelo, había llegado algo tarde debido al rubio.
La clase comenzó haciendo ejercicios simples, y como estaba de buen humor, la profesora los dejó un tiempo libre para que volaran en escoba. Valentina era sin duda de las mejores alumnas de vuelo de su año, muchos le decían que debería apuntarse al Quidditch, por fin había considerado hacerlo, para distraerse y además, no se perdía un partido.
—Profesora Hooch— la nombrada se volteó sonriendo.—
—Dime Ginely, ¿Que te ocurre?— dio una suave palmadita a su espalda.–
—Bueno... este verano lo he estado pensando y... creo que me uniré al equipo de Quidditch de Gryffindor.
—¡Eso es maravilloso!— sonrió.— Habla con el capitán de tu equipo, y por cierto, ya era hora de verte en acción.— sonrió y Valentina le sonrió de vuelta, esa profesora, era la mejor desde su punto de vista.—
Cuando se encontró con Becca, le contó lo sucedido con Malfoy y la profesora Hooch, esta se alegro, ya que sabía cuánto le gustaba el Quidditch
—Por cierto, Dumbledore ha dicho que Hagrid nos dará una asignatura, cuidado de criaturas mágicas.— sonrió leve.— ¿No es genial? Seguro que es muy divertido, y suena interesante—
Ambas rieron y se fueron al gran comedor, donde se encontraron a Malfoy un gran moretón en su rostro, Valentina sonrió ampliamente, aunque ella también tenía un arañazo cerca del ojo.
Si, mucha gente lo había visto, pero todos sabían que las marcas de guerra eran algo normal entre aquellos dos
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-Maldita Sangre sucia-
أدب الهواةEsta es la historia de Valentina Ginely, una joven estudiante de Hogwarts perteneciente a la casa de Hogwarts. Hay una cosa en especial.... Y es su rivalidad con Draco Malfoy, se llevan horriblemente mal desde el primer día que se vieron. ¿Cambiará?