Día 7 Seca - Sed

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Nunca, en su larga vida pensó que estaría en esa situación, muerto de sed, SE ESTABA MURIENDO DE SED, en... ¿Cuántos años tenía ya? No importaba, tenía que concentrarse en lo que de verdad importaba... estaba solo, en un barco en mitad de la nada... y se estaba muriendo de sed.

La cuestión no era que no pudiese pescar algo para alimentarse... porque vaya que lo hacía, ni que no pudiese "llamar" a alguien a que fuera a rescatarlo, era que, de hecho estaba en busca de su pareja que, como siempre, complicado de la vida se iba a los rincones más incognitos del mundo por el mero placer, porque puede y quiere.

Se embarco en esa odisea sin dar explicaciones a nadie, porque puede y quiere, dado que nadie sabía de su "romance" con el tipo más problemático del planeta, en situaciones así, se pregunta ¿Qué se supone que vio en Zarc? Aparte de la belleza y sex appeal que poseía como cualquiera de los demás hijos de Seto y Atem...

Zarc se cargaba una personalidad complicada... que aun no termina de explicarse.

Suspiro, estar en el mar era lo peor para un vampiro, porque el calor era sofocante, tener que esperar oculto en la parte inferior de barco a que se volviera de noche, con solo sangre de pescados y algún delfín... los mariscos no eran sus preferidos, prefiere la sangre de sus pares o de algún humano...

-Maldita sea -se queja de nuevo, toda esa situación por las particularidades de Zarc.

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El rito de alimentarse de sangre era algo que decidió conservar, porque era algo tan personal y cercano que no podía tomarse a la ligera. La sangre, ese líquido vital que todas las criaturas tenían, tan preciado y del cual dependía para vivir... dado que... era un vampiro, no cualquier vampiro, era el rey, pues había luchado y devorado a la primer generación de su especie, volviéndose el Alpha de todos los demás que fueron creados. Tuvo sus tiempos de gran insensatez, de ser salvaje y conforme los siglos pasaron se volvió más... normal.

Tuvo muchas parejas, tanto humanas, como algún otro vampiro, incluso con alguna otra raza y solo confirmo que el hecho de alimentarse de la sangre de alguien era algo sagrado. Cuando tenía parejas se solía alimentar exclusivamente de ellas, les dejaba alimentarse de su propia sangre. Porque su sangre era valiosa es que no cualquiera podía beberla, tal honor no sería regalado así como así...

La pesada presencia de su pareja se sintió cerca en la sala, donde los demás lidéreles de algunas otras razas se pusieron alertas.

-esta presencia tan densa -se quejo Serena, la joven que ahora lideraba al clan de las brujas compartía la opinión de que los Lucifenia eran más una amenaza que tendrían que matar pronto

-¡como odio sentirme así de intranquila cada que se aparecen! -bramo Rin, la Reina de las hadas que no se terminaba de acostumbrar a sentirse así tantas veces

-"si tan solo supieran que su mansión esta en medio de todos nosotros" -pensó, su humilde hogar, junto a la entrada de algunos otros reinos estaban muy cerca unos de otros, en un bosque humano... donde los Lucifenia Vivian... los tenían en las meras narices pero los otros estaban tan protegidos que eran invisibles la mayoría del tiempo

Los cuchicheos se fueron haciendo menos cuando finalmente las puertas se abrieron, dejando ver al que todos llamaban el hijo más problemático de los 6. Entrando con una sonrisa inusualmente "inocente" tan ajeno a que estaba arreglando algo, que de hecho parecía de buen humor para variar

-Luces de buen humor Zarc -comento viéndole avanzar hacia él, pasando por los demás asientos del lado izquierdo

-sí, estoy de tan buen humor que tenia antojo de verte Reiji

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