Parte 2: Clases sociales

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Se la pasaron contando a Satou sobre lo que pasó antes de que él llegara, como siempre, Tonomachi aprovechaba en hacer alguna pequeña broma o exageración sobre Hikari y la chica de cabello blanco, quien no había visto muy bien, pero los efectos que causó entre los chicos sí. Y era un tema bastante divertido, a decir verdad, después de todo, una pareja se había peleado por la aparición de la chica.

Así que entre tanto y tanto, llegaron al lugar donde usualmente se hacían las ceremonias de apertura, cosa que no era más que un mensaje de bienvenida del director y del estudiante de honor o alguna cosa parecida, realmente no le tomaron tanta importancia, hasta que fueron detenidos por un grupo de chicos y chicas.

—Un momento, chicos —dijo una chica mayor que ellos por un año, con el cabello negro brillante, atado en una cola de caballo con tres mechones libres, uno le caía encima de la nariz, sus ojos eran oscuros y su piel blanca, aunque un collar adornaba su cuello.

—¿Y ahora qué? —preguntó Hikari con cierto desgano—. Íbamos tan bien...

—No entiendo eso —dijo la chica, un poco confundida, sostenía una lista en sus manos, igual que otros alumnos tenían listas similares, detrás de ellos estaban dos grupos diferentes, al parecer, aunque eran más los del lado derecho—. ¿Acaso no saben quién soy? Sabía que no debí de atarme el cabello de esta forma.

—Ah, Ryouko-san, representante de la clase 3-A —dijo Tonomachi con una pequeña sonrisa, ella asintió con la cabeza con los ojos cerrados—. Sí, este será tu último año en esta escuela, ¿no eras tú la que pensaba suicidarse si la escuela cerrambmnng?

—¡Pero qué cosas estás diciendo! —dijo Ryouko con una sonrisa amarga y tapándole la boca a Tonomachi, los demás solo sonrieron con diversión—. Y ustedes deberían de llamarme Senpai, chicos malcriados.

—Sí, Kusakabe Ryouko-san, hmm... —Se acercó para desatarle el cabello ante la sorpresa de ella, entonces su cabeza hizo clic—. ¡Ah! Ah... Jeje, así que sí eres tú, tenía que asegurarme. Capitana, un placer volver a verla, ¿qué le parece si me hace un favor por los viejos tiempos y me deja saltarme el discurso del viejo director?

Hikari al momento en el que decía eso, sonreía con buen humor y le ofrecía la mano a Ryouko, ella se la estrechó con fuerza, como si fueran viejos rivales o algo parecido.

—Que sea un favor doble, realmente no me importa mucho el discurso del viejo calvo.

—Sí, eso quisiera, pero esto no es una lista para eso, chicos —dijo después de soltar a Hikari, luego vio a los otros dos y se acercó a Shidou—. Parecen hermanitos ustedes dos, nunca se separan, de verdad, Shidou-kun.

Ambos se saludaron con un apretón fuerte de manos que hizo ruido como una palmada, además de que se sonrieron mutuamente, luego ella vio a Satou, quien estaba tranquilo, pero extrañado de ver a los alumnos tan separados.

—¡Ah, Satou-kun también está aquí! —dijo al momento que le daba la lista y la pluma a Shidou, para dar un pequeño salto para abrazarlo con cariño, el otro no se lo esperaba, pero la atrapó en sus brazos—. Hace mucho que no te veía, sí te acuerdas de mí, ¿verdad?

—Sí, sí me acuerdo de ti, Ryouko-san —contestó un poco avergonzado de que ella lo rodeara con sus brazos del cuello y juntara su mejilla con su cabeza, Tonomachi lloró al estilo anime, Hikari le guiñó el ojo a su hermano.

—Vaya, parece que nuestro amigo ya está creciendo —comentó Hikari con cierto aire de respeto.

—Cierto, cierto, las mujeres van detrás de él y no sueltan su cuello, es todo un galán, dejó de ser el chiquitín que conocías, Capitana —dijo Shidou, siguiéndole el tono a su hermano.

Date A Ojou-samaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora