Sadao Uchiha

103 5 2
                                    

Era algo extraño pero, justo al dispersarse las hojas o plumas del cuerpo del paciente, Sakura percibió una especie de aire dulce en el ambiente, una corriente como la que se genera tras hacer un genjutsu, reaccionó rápido para dispersarlo pero al ver a un integrante de su familia en la cama aun inconsciente corrió a abrazarle y revisar más de cerca sus lesiones.

-Estaba preocupada desde que saliste hoy en la mañana sin despedirte de mi...¿acaso quieres que me vuelva loca si te pasase algo más grave que esto?...-decía la pelirosa al tiempo que se apartaba para ver si no había algún tipo de herida externa pues, fractura al parecer no ya que se habría quejado durante el abrazo.

-Ma—mamá...¿qué haces aquí?...-respondió el chico aún confundido y algo desorientado mientras creía que estaba aún en la academia en el patio principal, al parecer no recordaba que le atacaron y bueno, que ya no era la misma o mejor dicho, el mismo.

-Por el amor de Dios Sadao, ¿cómo que qué hago aquí?, estos shinobis te encontraron a medio camino de regreso a la zona central de la aldea, cerca de la academia inconsciente en el piso, cubierto de unas cosas extrañas color negro, y me llamaron pues no sabían que mal podría estar atacándote y vaya sorpresa que me llevé al ver que mi paciente es mi hijo...

-¿Sadao?...-el pelinegro estaba confundido, ¿cómo que el chico?, si ella se había esforzado con verse femenina por iniciativa propia como para que su madre le viniera a hacer ese tipo de comentarios.

-Si...¿qué pasa hijo?, ¿no recuerdas tu nombre? –Sakura paso a sentarse a una esquina de la cama cerca de su primogénito y pidió a una de las enfermeras su equipo médico para revisar al pelinegro; mientras tanto Tsunade dió indicaciones para preparar unos exámenes de rayos x por si había una especie de contusión craneal que podía ser causa de pérdida temporal de la memoria, lo hizo mientras su alumna revisaba a Sadao, el chico era muy callado, en eso se parecía mucho a su padre, pero era a diferencia de él, educado y alegre, sonreía bastante seguido de forma discreta y de vez en cuando mencionó sin pena que su sueño era ser un hokage tan honorable como el Séptimo. La vieja sannin le tenía ya de por sí un gran cariño al joven por ser hijo de Sakura pero, ese sueño que le recordaba a sus seres queridos le había generado en su interior más cariño hacia el menor.

*Sarada-Sadao en su mente algo confundida: ¿pero que está pasando?, ¿acaso me están jugando una broma?, me están tratando como si fuera un chico incluso mi nombre lo han cambiado...me pregunto...si será obra de...Boruto... ¿se estará vengando por lo que le dije hace un rato?, no, no es tan listo como para convencer a mi madre y a Lady Tsunade de ser parte de algo de tan mal gusto como sus bromas...pero...¿entonces?, ¿porqué todos parecen estarme tratando como si estuviera gravemente enfermo..?

*Sus pensamientos fueron interrumpidos por su madre y una enfermera que le estaban dando indicaciones pero por estar enfrascado en sus pensamientos no escuchó, de pronto sintió que le estaban quitando su chaleco rojo y su paliacate amarillo que tenía atado al cuello, se sobresaltó pues había un par de enfermeros aún movilizándose y otros tomando notas dentro de la habitación y aún así pretendían desvestirle así sin más. Rápidamente forcejeo con ambas mujeres y tomó con fuerza sus prendas, no permitiría que personas extrañas le vieran desnuda.

Sakura, que ya estaba acostumbrada a su hijo que tenía ciertos comportamientos de "diva", cayó en cuenta de su pena para desvestirse aunque fuese para revisión médica y les pidió a todos que salieran un momento de la habitación.

-Bien hijo, sólo estamos tu y yo, así que por favor, necesito que te descubras el pecho y me dejes oír tu corazón y pulmones, será rápido ¿si? –sonriente, la madre se acercó para ayudarle y viéndolo más tranquilo procedió a su labor. Mientras ella checaba su ritmo cardiaco y respiración, Sadao incrédulo se quedó viendo su reflejo en el espejo que estaba justo al lado de la cama donde antes pasó largo rato inconsciente...no lo podía creer...ella/él sabía que no era precisamente una chica exuberante y que sólo le gana en planicie la delegada pero, esto que veía era alucinante...¡¡no había nada más que un pecho desnudo que parecía estar a medio trabajar en cuanto a pectorales y abdomen marcado!!.

-Soy...¡¿UN CHICO?!...-gritó finalmente Sadao quien comenzaba a creer que todo esto no era una broma y una voz más grave de lo que recordaba le confirmó sus sospechas.

La historia de como me enamoré de un Uchiha || EN CURSO 2023 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora