Prólogo

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-Señorita Blas...

-Llameme Jackson, no me gustan las formalidades en este tipo de lugares, realmente son un asco.

Todos los presentes me miraban con atención, cada movimiento, como si en cualquier momento fuera a sacar un arma y convertir este lugar en un campo de minas.

-Mejor hablemos del porque está aquí... De nuevo -Su ruca y lenta voz me causaba asco.

-Ya lo hablamos, se debe a que soy una persona de palabras y acciones, a diferencia de todos aquí que son solo acciones.

¿Entonces podría decirse que la sentencia a condena de por vida empezó allí? ¿O desde él hecho de que mi padre quería un varón y por lo tanto (aunque fui niña) me llamo Jackson?

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